Anécdotas, Cuentos, Historias

martes, 22 de mayo de 2012

Ramoncito...


Ramoncito…. El profesor…


En el año 1968 o 1969, llego a Miraflores procedente de Tuta Boyacá, el profesor RAMON DIAZ; licenciado en matemáticas, de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia UPTC, quien además de  ser matemático,  tenia  buen conocimiento del latín, francés, sabia de historia, geografía, astrología, arte y letras,  en su juventud fue miembro de la comunidad Franciscana; de ahí su amplio conocimiento; él era un profesor ilustrado y muy culto.


La llegada a Miraflores, fue como profesor de planta del Instituto integrado Sergio Camargo, que en ese entonces (1964 /1969) era dirigido por su primo el presbítero Luis Alberto Cely Diaz y que luego fue reemplazado por el  Licenciado Salvador Rodríguez,  (1970/1976 ), en esa misma época, llegaron varios  profesores, como el   profesor copete, el profesor Fernando Rodríguez, hermano de Salvador, el profesor  Salom,  el profesor Quiko Martínez y otros mas que no recuerdo.

El relato  sobre el profesor Ramón más conocido por todo el estudiantado como Ramoncito; un hombre  de contextura gruesa, estatura baja,   cabeza grande, cabello cano y áspero, siempre peinado con gomina hacia atrás, manos gordas, brazos cortos,de hablar pausado, con voz gruesa y muy panzón; pero con una amabilidad, decencia, sapiencia, y nobleza  que lo caracterizaba, en resumen  un  hombre y profe buena persona.

Las clases de matemática, álgebra, trigonometría  y calculo  con Ramoncito, eran relajadas y muy tranquilas, la llegada a su clase era siempre muy puntual; mientras nosotros los alumnos íbamos llegando lentamente hasta que él decidía cerrar la puerta.

Llamaba siempre a lista, pedía las tareas, pasaba al tablero, explicaba su clase detenidamente mientras los alumnos nos dormíamos, o  poníamos lata en la clase, a veces nos volábamos por una ventana, porque habíamos roto un vidrio a propósito para tal fin, bien para Salir del salón o bien para entrar al mismo de manera furtiva.

Luego en clase con Ramoncito, si nos cerraba la puerta, de manera sigilosa entrabamos al salón por la ventana, contestábamos la lista  y salíamos nuevamente  por el mismo lugar; cuando el profesor se daba cuenta de que los alumnos no estaban completos en clase, entonces antes de terminar la misma nuevamente llamaba a lista; y si los que estábamos por fuera  nos dábamos cuenta de ello, entonces nuevamente ingresábamos al salón  y le respondimos la lista.

Anécdotas sobre Ramoncito  hay  muchas; porque este famoso profesor  allí en Miraflores se instalo definitivamente, allí  vivió, se hizo hijo de Miraflores por adopción, allí se pensiono como docente del colegio y  muchas generaciones de estudiantes recibimos clases de él y le hicimos muchas pilatunas.
Su rutina era  de lunes a viernes de la casa al colegio, del colegio a la casa,  de la sala de profesores al salón y  del salón a la sala de profesores; él entraba, se sentaba   y procedía a buscar el borrador, la tiza, los apuntes  y desde allí sentado llamaba a lista, e impartía el conocimiento, rara vez se ponía de pie y cuando lo hacia  el tiempo era  muy corto.

Luego esa  rutina conocida por todos, se aprovechaba  para colocar  un chicle  o chinches en la silla, en donde él se sentaba; también le escondíamos el borrador  en un cajón del escritorio, mientras  quedaba  el tablero lleno de escritos  por todo lado, entonces  en los cajones del escritorio metíamos sapos para que cuando el profe fuera a sacar el borrador, se  encontrara con el sapo.

Cuando no sabíamos sobre el tema nos decía con frialdad, con mucha calma y parsimonia; “Ustedes no son capaces de pasar en la Nacional, por sus venas  no corre sangre sino guarapo…. Si no aprenden  no  van a tener la oportunidad de triunfar”

En las evaluaciones, o  previas,  las notas eran muy raras, había alumnas que sacaban 10 máxima nota en la época sin que  las preguntas estuvieran bien resueltas, o   un tres o cinco para aquellos que teníamos un buen trabajo desarrollado; no entendíamos; entonces se decía que Ramoncito para calificar las previas se acostaba en la cama, boca arriba, tiraba al aire las previas y la que cayera sobre su gran panza tenia el 10 y a medida que se alejaban de su panza, entonces la nota iba disminuyendo. También se decía que el profe le ponía buenas notas a todas  aquellas muchachas que  le mostraban la pierna; de hecho muchas compañeras, cuando había clase de algebra, se sentaban con la pierna cruzada y con la falda recogida sobre las piernas más de lo normal; los ojos de Ramoncito no dejaban de darse su paseo frecuente por las protuberantes piernas de algunas compañeras y por supuesto la nota era inmejorable.

Los fines de semana el profesor se tomaba sus cervecitas,   con amigos del pueblo; en muy pocas ocasiones con algunos estudiantes de último año algo muy excepcional.

Una  vez  sentado en una cafetería al frente del teatro  ESQUIVEL, en el primer piso estaba libando sus cervecitas con  uno de los personajes legendarios de la región, uno de los hermanos Buitrago, entonces Ramoncito en medio de su  calentura por los tragos, de manera decente, calmada  y muy pausada, esperando un consejo de amor, le  pregunto a uno de estos que estaba allí sentado con él . “Señor Buitrago como hace usted para conseguir tanta mujer por todo lado; en cambio  yo no  consigo nada; cual es el secreto?”

El  señor Buitrago  se queda mirándolo  de arriba hacia abajo,  y le dice con voz fuerte y burlona;  “Esu si quien le manda ser jeu projesor…”  la risa de los   que estábamos en ese lugar fue a carcajadas y el pobre profe no pudo más que sonrojarse   y acompañarnos con una risa nerviosa y pedir otra tanda de cerveza para todos.

Al profesor Ramoncito le gustaba salir caminar con mucha frecuencia, los fines de semana se le veía por la entrada o salida del pueblo, bien hacia la Mocasía o hacia la salida para el río; su hora preferida era después de las 11 o 12 de la noche y su regreso muy a las 4 o 5 de la mañana como máximo. 

Siempre se le veía arribar al pueblo, sudoroso, muy agitado por su obesidad y  con un poncho al hombro con el que   se limpiaba el sudor. Luego los que  lo encontrábamos a esa hora, lo saludábamos de manera socarrona “buenos días profesor…” y él respondía con un buenos días... por acá haciendo deporte… y era cierto, solo que la caminada siempre era combinaba con largas  faenas en la casa de  doña Rosario.

El era uno de los clientes  VIP de allí, siempre bien atendido por las damas, bien alojado, y con servicios preferenciales, por ser un cliente frecuente.


En otra oportunidad dicen que el profesor fue encontrado por el Amayita, en horas de la madrugada, en el parque principal, sentado sobre una de las sillas de granito que se ubicaban allí; El Amayita,  era el mejor  lustrador de la época; y permanecía en el parque principal desde  muy tempranas horas del día, él era un hombre enjuto,de baja estatura, de caminar lento y muy encorvado, acompañado  en todo momento de 3 o 4 perros de raza pequinés, que llevaban siempre los mejores collares de cuero y cadenas lustrosas, mientras en su mano y bajo su brazo cargaba su  caja   de lustrar a todo meter , 
es decir bien engallada; las cajas de lustrar del Amayita, eran famosas, él mismo las hacía y se las vendía a otros lustradores pero la que este usaba  era la  más engallada, es decir, toda llena de espejos relucientes y   vidrios de múltiples colores, mas otros aditamentos que la hacían llamativa; entonces el Amayita, le pregunto al profesor Ramón el por qué de su llanto a tan tempranas horas; la pregunta no fue respondida jamás…  sin embargo después se supo que el llanto de Ramoncito ese día en el parque, era porque tenía una rasquiña en los genitales y  llevaba cinco días tratando de vérselos   y  no  podía… luego su tristeza aumento  al ver  que ya nunca más iba a poder observar directamente con sus ojos, la parte más preciada de su cuerpo porque la  gran barriga se lo impediría para siempre.


El profesor Ramón, entrego  años de su vida a Miraflores y a su gente; fue ese profesor, apreciado por todos, ese que  enseño a muchas generaciones, ese que nos  explico miles de veces  la teoría  y operaciones de conjuntos,(Unión, Intersección, diferencia, complemento.) ese que  nos enseño a resolver los problemas de la matemática y el álgebra de BALDOR  su libro de cabecera. (Cuatro hermanos tienen 55 pesos, si el dinero del primero se aumenta en 2 pesos, y el del segundo se reduce en dos, el del tercero se duplica, y el del 4 se reduce a la mitad, todos los hermanos tendrían la misma cantidad de dinero. Cuánto dinero  tenia cada uno?)
4 hermanos = x+y+z+t=55     El primero mas 2 = x+2     El segundo menos dos= y-2     El tercero se duplica = 2z      El cuarto se reduce a la mitad= t/2
Luego : x+2 = y-2 = 2z = t/2

Fué ese profesor  que  nos enseño la geometría y trigonometría de Baldor, nos enseño cálculo, ese que nos explico miles de veces a manejar la tabla de logaritmos en base 10; un librito  de color amarillo con verde lleno de números por todo lado, que debíamos ver con lupa, misma tabla que era obligatorio conocerla bien, saberla manejar   y aplicar correctamente en los ejercicios y previas; porque en esa época las calculadoras solo servían para las 4 operaciones básicas (suma, resta, multiplicación y división), y nadie tenia acceso a las mismas fácilmente.


Ramoncito, un gran hombre, un gran profesor, un gran señor, un Mirafloreño por adopción, que dio sus mejores años  y su vida a la formación de sus educandos, hoy le agradecemos por su paciencia, transmisión del conocimiento, y por soportar nuestras insolencias  durante años y generaciones… 

Ramoncito falleció en Tunja en el barrio los Muiscas... Dios lo tenga en su Gloria.  mientras nosotros lo recordaremos con aprecio.

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