Anécdotas, Cuentos, Historias

martes, 27 de diciembre de 2016

Avarizzia

Avarizzia una conexión directa entre Roma y Miraflores.



Avarizzia, un libro del periodista italiano Emiliano Fittipaldi que narra  con lujo de detalles lo ocurrido dentro del  vaticano mediante documentos super secretos que fueron filtrados por un sacerdote; entre ellos  en alguno de sus apartes dice estas palabras:
 “Tienes que escribir un libro, tienes que escribirlo para Francisco. Él tiene que saberlo. Tiene que saber que la Fundación del Niño Jesús, nacida para recoger ofrendas para niños enfermos, pagó parte del trabajo realizado en el nuevo domicilio del cardenal Tarcisio Bertone.  Debe saber que Vaticano posee casas en Roma por valor de 4000 millones de euros […]. Francisco debe saber que las fundaciones en nombre De Ratzinger y Wojtyla han ganado tanto dinero que ahora conservan en el banco 15 millones de euros. El Papa debe saber que las ofrendas que los fieles le dan todos los años a través del Óbolo de San Pedro no son gastos para los más pobres, sino que se amontonan en cuentas e inversiones por el valor de 400 millones de euros […].”
Pues bien eso era lo que ocurría allí en ROMA mientras en nuestro  pueblo ocurría algo distinto otra forma de avaricia pero al fin y al cabo avaricia definida  como  el afán o deseo desordenado y excesivo de poseer riquezas para atesorarlas. Desde un punto de vista religioso se trata de un pecado y de un vicio ya que trasciende lo lícito y lo moralmente aceptable; la avaricia, se vincula a otros pecados o a ciertos delitos, como la traición, la estafa y el soborno.
El avaro sólo pretende sumar más y más riquezas y no conoce ningún límite legal o ético para cumplir con su objetivo. Si es necesario perjudicar a otra persona o pasar por encima de la ley, no tiene problema en hacerlo.
Y es así que esta escasa diferencia entre lo real e irreal de la  historia mirafloreña que hoy comparto, se inicia de lo contado por  algunos amigos y de la avaricia  que  los humanos  y mortales alguna vez en la vida tenemos…

A las cinco de la mañana de un día jueves  del mes de Marzo del 2014, fueron citados a la casa de Juan Manuel ubicada en  el barrio chapinero, un barrio de la capital  de la república Bogotá, cinco grupos de trabajo,  los cuales recibirían instrucciones concretas, para realizar una a ardua y rápida misión en varios municipios de Boyacá, entre ellos Miraflores.
La reunión seria desde  la hora señalada, en la casa de Juan Manuel un hombre que  había sido vendedor  de víveres, rancho y licores por los pueblos de Boyacá, y quien  conocía perfectamente la peculiaridad de los lugareños en los  municipios seleccionados, y muy en especial  el de los mirafloreños.
El desplazamiento a los municipios  de Ramiriquí, Zetaquira, Miraflores y Páez,  y Garagoa, sería el día viernes a las 8 de la mañana, de manera tal  que se estuviera arribando   a eso del medio día , para   hacer las reservas hoteleras, hacer los diferentes contactos para  desarrollar el plan propuesto y dar a conocer a la comunidad de cada lugar el  proyecto que se realizaría en tiempo record para  invertir unos cuantiosos recursos que se habían logrado obtener  a través de un proyecto que había sido radicado en el Fondo Nacional  de Regalías, mismo que salió adelante con la ayuda de un senador de la República y que fue asignado a la firma contratista propiedad de Juan Manuel.
A eso de las dos de la tarde  del  viernes  en Miraflores,  Juan Manuel, propietario de la firma contratista,  se hizo presente en la alcaldía municipal, directamente en la secretaria de planeación, con el fin de buscar referencia de  un  buen ingeniero civil y un  buen arquitecto, para que fueran los residentes del gran proyecto que se adelantaría,  en la ciudad de los Ocobos “La construcción de 675 casas de interés social, para las familias de más bajos recursos  y madres cabeza de familia de Miraflores Boyacá”.
El   secretario de planeación  estupefacto  por tan gigantesco proyecto, nunca antes visto en  el departamento, ni en la región y menos en el municipio,  de manera inmediata, se puso  en contacto telefónico con el alcalde de ese entonces, quien de acuerdo, con la información había salido de comisión el día anterior a la ciudad de Bogotá,  a realizar gestiones de gobierno y a cumplir con reuniones importantes en el ámbito político; el alcalde al escuchar  a su secretario lo de la inesperada visita,  pasa de inmediato al teléfono y no solo agradece al contratista, su presencia,  sino que además le solicita una reunión con carácter urgente para el día Martes a primera hora, por no encontrarse ese día  viernes en el pueblo;  dicha reunión seria para tratar asuntos relacionados con el desarrollo del proyecto, especialmente lo de las licencias, permisos e  impuestos, así como  lo  el tema laboral, lo de participación  de contratistas locales entro muchos otros incluyendo el  del “CVY”, (Como Voy Yo).
Dicha reunión de acuerdo con las palabras del contratista, manifestadas a la primera autoridad,  solo podía  realizarse ese mismo día viernes, o máximo el día sábado, a primera hora, debido a que el dueño del proyecto   estaría solo  hasta el  día lunes siguiente y este debía  viajar    antes de las 2 de la tarde, para  no llegar a la capital en horas de máxima congestión vehicular, ya que  por ser ese lunes  un día  feriado,  o festivo, o de puente como le decimos  en Colombia a los días que el gobierno decretara no laborables cuando se celebra una fiesta patria  o religiosa  dentro del calendario normal de actividades, no podía esperar mucho tiempo debido a la congestión que se presenta en esos días al salir de  la capital  muchos viajeros mismos que regresan  el día lunes  y la  congestión  es muy grande por el arribo nuevamente a la capital  de todos los viajeros.
El alcalde quien se encontraba según las palabras del propio mandatario, “gestionando” como lo hacen muchos mandatarios, desde que descubrieron que  de esa manera se logran   algunos viáticos y otras prebendas, así se encuentren en su casa, de manera inmediata emprende el viaje y llega  en una hora de ese mismo día viernes a la reunión urgente programada con el contratista. En esta reunión se acordó la  referencia de los dos residentes un ingeniero civil y un arquitecto, así como el acuerdo  de pagos por adelantar de manera rápida y veloz, en la secretaría de planeación los respectivos permisos y licencias, también se acordó el  pago  de todos los impuestos para el desarrollo  y ejecución de tan grande proyecto,  y  las  comisiones (CVY). Los acuerdos  concluyeron que los pagos por permisos y licencias  de planeación, se debían cancelar todos  sin  descuento alguno y  los impuestos municipales con un descuento especial del  25% por pago anticipado mas  la suma de 350 millones de pesos  para el Burgomaestre,   de los cuales se tenían que repartir a los concejales la suma 50 millones de pesos para los cinco  que votarían el proyecto de acuerdo  para el desarrollo del proyecto y el descuento especial de impuestos. Dicha suma  fue cancelada bajo el más profundo  sigilo, con el  cheque  No 2345, de la cuenta  corriente No 00987-654-13-00 de un reconocido banco nacional, sucursal chicó;  un barrio prestante y elegante  de  la ciudad  de Bogotá;  el cheque  fue girado a nombre  de un tercero por orden del burgomaestre; mismo  que sería cobrado  el día martes a primera hora en las oficinas del banco, directamente en la capital de la republica Bogotá.
Como todo en este pueblo, y en muchos otros de nuestra querida región y departamento, el mismo día viernes, en la tarde, la noticia  se rego como pólvora, dando la vuelta al pueblo muy rápidamente, una y  otra vez,   ya que el desarrollo de este gran proyecto daría mucho empleo  y generaría múltiples recursos para los todos quienes pudieran ingresar al desarrollo del mismo;   especialmente para  los  ingenieros, arquitectos, abogados, obreros, carpinteros, soldadores, ornamentadores,  propietarios  de volquetas, de camiones y de maquinaria pesada, asi como propietarios de de ferreterías, de hoteles, de restaurantes, de gasolineras, de  almacenes de víveres, etc. etc., quienes atraídos por  los desarrolladores,  y ávidos de obtener recursos de manera  fácil  y rápida, llegaron por  cúmulo  a las  oficinas del proyecto. Todos los presentes mientras hacían la fila, se empujaban para ser los primeros de la fila,  se hacían ofensas, se decían  grandes insultos, agravios, ultrajes, ofensas y hasta puñetazos, situación que  se agravo hasta cuando hizo presencia la policía,  quienes  lograron después de un tiempo acomodarlos y apaciguarlos mientras ordenaban una fila doble al frente  de  un local comercial que horas antes había sido alquilado para las oficinas centrales del proyecto; allí se tenían que entregar las hojas de vida ( currículos)  y las  propuestas económicas para el suministro de bienes y servicios.
Luego de haberse  cumplido la reunión con el alcalde,  y haber obtenido el visto bueno para el fin propuesto,   el siguiente paso era el de adquirir mediante compra  inmediata, un  lote de terreno muy cerca del pueblo, que tuviera posibilidades,  viales, y posibilidades de   servicios públicos,  mismo que fue ofertado  por un propietario que tenía  dicho terreno cerca al pueblo y que su valor comercial no superaba en ese entonces los 5 millones de pesos pues aunque estaba bien ubicado y cumplía con lo solicitado,  la inestabilidad geológica  de esa zona, no lo hacía apto para el desarrollo de dicho plan de construcción,   sin embargo como  ocurre en nuestra bella tierra,  en múltiples ocasiones,  y en múltiples negocios, el vivo es vivo,   y hay que tumbar al otro o desplumar a quien se deje desplumar, pasando por encima de lo que sea, y fue con esa filosofía que se oferta el terreno  por un valor de  350 millones de pesos,  propuesta que fue pactada por el comprador  y el vendedor  por  un valor de 300 millones de pesos; suma  que se cancelo con un  cheque  por el valor convenido mismo cheque que sería cobrado el día martes a primera hora en la capital de la republica.  El pago fue realizado  por solicitud del  vendedor bajo el más profundo secreto, pues el hecho  de recibir esa gran suma de dinero, lo ponía a él y  a su familia en un gran riesgo de secuestro, o de  ser asaltados allí en su almacén del ocobo, en donde  atendía diariamente.   O de que todo el pueblo y la familia, al enterarse,  le solicitara plata prestada,  pues ese negocio  fue como ganarse el premio gordo de la lotería, por lo que  debía evitar a  toda costa,  que sus coterráneos  y su familia extensa  tuvieran conocimiento del valor  de dicho terreno.
Ese día sábado, las oficinas del proyecto,  abrieron a temprana hora y trabajaron los del proyecto  todo el día, cerrando  las oficinas   a las dos y treinta y cinco de la  mañana  del día domingo;  mientras la secretaria, y los demás asesores del proyecto recibían documentos, el director sostenía una y otra reunión   sin descanso,  y ordenaba  a su secretaria  hacer pedidos en las diferentes cafeterías, tiendas y restaurantes del pueblo  de  tinto (café), viandas,  refrescos,  y alimentos en cantidad suficiente para que quienes estaban  haciendo la fila  no desfallecieran.
Ese mismo día sábado, seleccionó, un  maestro  de obra,   y se le  dieron instrucciones concretas del trabajo a desarrollar;  se  le doto de un  overol de color rojo intenso  como el que tenia la alcaldía hace poco y  un gran  casco protector  de color verde; los colores seleccionados eran celestiales, algo así como si desde ese entonces  se hubiera pronosticado o vaticinado  que años más luego  esos mismos colores serian los ganadores  de la gobernación de Boyacá,  cuando se pacto la alianza entre el partido liberal colombiano identificado con color rojo y el partido verde y identificado con ese  ecológico color;  así  el  seleccionado con uniforme nuevo, muy elegante tomo posesión del cargo  y teniendo la autonomía,  para  buscar y seleccionar a los miembros  su equipo de trabajo, ordenó pagar por adelantado los servicios de la primer quincena de trabajo, bajo la condición de que cada obrero incorporado le diera una comisión por incluirlo  y de esa manera  iniciar  el trabajo de inmediato; es decir el día domingo  muy a las 5 de  la mañana, pues los  contratistas  de la maquinaria y los proveedores de materiales y herramienta estarían esperándolos para dar inicio al trabajo.
El maestro de obra  seleccionado, debidamente  uniformado  y  empoderado, quien desde hacía varios años no tenía trabajo, por su difícil carácter, e irresponsabilidad,  de manera inmediata y con  el orgullo  y carácter de un buen mirafloreño, seleccionó a los demás trabajadores;  20 en total , y  de manera despectiva y  prepotente por ser el “JEJE” (Jefe), como decimos en buen colombiano se saco el clavo ( desquitar,  vengarse);  y desde lo alto de un andén con su parado pedante, despectivo y desafiante, ordenaba y gritaba a los colegas, mientras   con desaires y palabras soeces, humillo a quienes lo habían  humillado  no dándoles  trabajo y recomendándolos mal frente al gerente del proyecto, situación que fue apoyada por el gerente, sin reparo  lo  que le dio más empoderamiento al “JEJE”.
En las filas que se hacían en la dependencia, el murmullo  y el chisme, entre los aspirantes a empleos y  contratos, era  que el  gerente si era una gran persona  y que ahora si había llegado la hora de  desquitarse  de tanto desempleo,  y  lograr hacer un dinerito extra fácil y muy rápido  porque  hacer negocios  con esta empresa, era lo mejor que por varios años no había ocurrido, es decir  desde la llegada de las compañías petroleras al  pueblo, sumado a que esta empresa todo lo estaba pagando por anticipado y sin pedir descuento  alguno. 
Entre tanto,  los dueños de la maquinaria, los de las volquetas, los de los camiones, los de las  ferreterías,   los de los restaurantes,  los de los hoteles y demás proponentes, corrían rápidamente al  negocio de Daniel Hugo ,  para  arreglar  y mejorar las propuestas  las cuales corregían  y acomodaban  precios para la prestación de  bienes y servicios  hasta diez veces  más  del  valor  de una oferta normal, luego el negocio era algo asi como si  hubiera caído del cielo mana y había que recogerlo  rápido y por montones;   la gran mayoría  de propuestas para la prestación de bienes y servicios ofrecidos por  los hábiles proponentes,  fueron aceptadas, sin reparo alguno  y  se pagaron  por adelantado pues ningún oferente aceptaba dar crédito, ya que era una oportunidad  única y como dice el dicho o todos en el suelo o todos en la cama, y si se le pagó a  los primeros  por anticipado por qué no a los demás.
De esa manera, se cerraron varios  negocios  con diferentes proveedores previamente seleccionados como el de  movimiento de tierras  con maquinaria pesada incluyendo buldóceres,  compactadores y retroexcavadoras,  volquetas, para el transporte de  tierra, arena, piedra y gravilla,  camiones, para el transporte materiales  y maquinaria que venía de otros lugares de  Colombia, transporte para el personal tanto de operarios como el de ejecutivos,  ferreteros para el suministro  de  hierro, cemento, cables eléctrico, guayas aceradas, tubería, carretillas, mezcladoras, taladros, herramienta varia, incluida palas, picas, barras, palustres, cable eléctrico, pinturas, tubería para conducción de aguas, alcantarillas, drenajes, tanques de almacenamiento de  agua y combustible, pues el tiempo apremiaba y la cantidad de maquinaria y equipo que debía trabajar en tiempo record, podía  hacer que se presentara una gran escases de materiales  y combustible y la obra no podía parar por no haber tenido en cuenta dichos imprevistos, porque lo que todo debía estar debidamente planificado para no tener contratiempos.
Se cerro el contrato de cerramiento  del  lote, el cual consistía en  una base de piedra y cemento   enterrada  a 60 centímetros de la superficie    con sus respectivos filtros y sobre esta base  un muro en concreto  de 50 centímetros de altura el cual  sostendría y una malla eslabonada  con tubería galvanizada cada dos metros   y sobre la misma malla iría un  serpentín de acero inoxidable con púas, para   resguardar la seguridad del lugar,  y  unas plantas de veraneras o buganvillas, las cuales adornarían  el entorno, todo de acuerdo a los planos previstos. La entrada estaría  compuesta por dos grandes muros que se harían en piedra o laja debidamente acomodada y fuerte de manera que debían sostener  un portón de dos hojas  hecho en hierro forjado de  aproximadamente  6 metros de ancho,  esto debido a que en el lugar del proyecto  se haría un campamento para trabajadores  y por allí debían poder entrar camiones, volquetas y maquinaria sin dificultad alguna; para tal fin se firmo un contrato  con un particular,  sin tener en cuenta  una reconocida empresa de suministro de  piedra y  un  ornamentador  que hiciera  el gran portón que sería no solo la puerta de entrada sino también la presentación del proyecto, el  proveedor de piedra,  cotizo como lo hicieron los demás incluido el  transporte, es decir puesto en el lugar de trabajo,  cada metro cubico de material  a $1.200.000 pesos,  y el ornamentador,  cotizo el portón por valor de 25 millones de pesos, más impuestos, sumas que  fueron aceptadas y canceladas por anticipado como todas las demás. El  dueño de la cantera al saber que el contratista había cotizado los precios tan altos decidió no  suministrar dicho material  al intermediario, lo que lo obligo a desistir del mismo, pues al haber  una clausula de incumplimiento muy grande y al no tener capacidad de  pago para  responder por el incumplimiento, no tuvo otra salida que  dejar de lado el contrato y regresar el cheque que había sido recibo por  el pago adelantado; y fue asi como furtivamente el dueño de la cantera, en horas de la noche,  envió a un emisario con el fin de contactar directamente al propietario de la empresa;  la propuesta consistía en darle al gerente del proyecto  la suma de 250.000 pesos por cada metro cubico  y que le dejara el suministro;  y en efecto asi ocurrió se cerró el negocio y el pago por adelantado de los primeros 230 metros cúbicos de material mixto, gravilla fina, arena y piedra . Dejando al  otro de lado y  sin la utilidades previstas.
Los abogados quienes también hicieron parte del proyecto,  hicieron los diferentes contratos  con  trabajadores, proveedores, y demás,  dándose el usual  toque de importancia y conocimiento, esos  tres días, sábado, domingo y lunes festivo,  lucieron los más finos atuendos propiedad de algunos de sus ancestros, mismos que tenían en sus baúles muy guardados y conservados con naftalina, unos vestidos de color negro o gris oscuro, hechos  a la medida  del muerto y fabricados en paño  ingles tipo grano de pólvora y espina de pescado, que lucieron muy elegantemente; también  cambiaron los lentes  gruesos  en marco de carey  por unos más livianos y modernos los  cuales reposaban sobre la punta de la nariz dejando al descubierto los ojos que enrojecidos por el trabajo denotaban el cansancio por tan largas jornadas de trabajo,  estos livianos lentes, solo se los quitaban  para llevárselos a la boca, mientras que con señal de sapiencia, trataban de pensar e impresionar a los que esperaban el borrador del contrato ordenado; y  entre sobro y sorbo de tinto y el humo del cigarrillo  se dictaba el siguiente párrafo   que se corregía una y otra vez   tratando de dejar la mejor impresión, y aunque no tenían experiencia  en los temas de contratación, trataban de demostrar la sapiencia en el tema,  ya que de este  bien elaborado trabajo también dependían las  675 escrituras que se harían el momento de entregar las viviendas,  asi paso a paso y con la presión de  los contratistas y proveedores, dictaban a sus secretarias que eran sus propias consortes, los pormenores de  tales propuestas y de cuando en vez  realizaban una llamada a dueño del proyecto para emitir una opinión simple y sencilla  y con ello justificar  sus honorarios que como los demás eran onerosos, mientras por debajo de la mesa aconsejaban a los proveedores, contratistas   y trabajadores a cobrar más de la cuenta  y a no ser pendejos y aprovechar el momento, eso sí debiendo cancelar algo de dinero por tan prolijo  consejo; lo que ocurría sin reparo pues cada consejo  recibido era un monto más que engrosaría el bolsillo del proveedor o del futuro trabajador quien  buscaba el empleo pensando  de acuerdo con los consejos de los abogados como demandar rápidamente al patrono y asi obtener rápidamente un dinero extra.
El mismo día los proponentes seleccionados,   celebraron  en diferentes lugares, con   comidas y bebidas, que  compraban  por  cumulo,  al precio que las tenderas les dijeran, pues ellas ya se habían enterado y no podían quedarse  sin disfrutar parte del  gran pastel que  se estaba repartiendo, mientras  los clientes bebían  y comían por cantidades, muy orgullosos de tan excelente negocio y de lo hábiles que eran en los mismos,  inhalaban aire, profundamente, sacaban pecho  y se soplaban como sapos,  mientras hablaban de  proyectos futuros   y se mofaban de quienes no habían sido seleccionados para prestar los  servicios. Asi amanecieron y con un guayabo infernal hicieron presencia el  día siguiente como estaba pactado a las  cinco de la mañana con todos sus equipos, maquinaria y suministros; otros más modestos  se fueron a sus casas y lugares de trabajo a hacer los diferentes trabajos, como le ocurrió al  ornamentador quien  arranco el trabajo cortando laminas de hierro, tubos y  demás para tener listo el portón  lo más pronto posible pues de su trabajo  y cumplimiento dependía que le dejaran la ornamentación total de lo que restaba del proyecto pues este trabajo solo era un pequeño abrebocas.
El día domingo muy a las cinco de la mañana, inició la actividad la maquinaria pesada entro al terreno, los proveedores hacían fila para entregar los pedidos, los obreros esperaban órdenes de pasar a tomarse los exámenes de ingreso que habían sido contratados a un laboratorio particular y aunque no estaba acreditado, los realizaba  sin reparo alguno,  los propietarios de camiones y volquetas esperaban que dieran  la orden de cargue,  el propietario de la cantera, llego y sin saludar a nadie entro a conversar con el residente de la obra, los  restaurantes preparaban los desayunos,   los dueños de las ferreterías hacían pedidos a sus proveedores, los propietarios de las gasolineras pedían mas combustible, los dueños de la maquinaria  lo  almacenaban en grandes tanques, los abogados terminaban los últimos contratos, los ingenieros  trataban de resolver  lo mas primordial y de ordenar en  un lugar los  suministros que  llegaban de acuerdo con los pedidos. Mientras esto ocurría, a  las 10 y 20 minutos, después de una reunión con el alcalde, llego el  propietario del proyecto   e hizo un llamado personal  y muy  privado a cada uno de los seleccionados de suministrar los bienes y servicios, para que se reunieran  en  las oficinas del proyecto  con carácter urgente, dándoles a cada  proveedor una hora señalada la  cual debía ser cumplida de manera muy estricta bajo  la presión de cancelar el contrato otorgado, y el primero en asistir a la reunión,  fue señor alcalde,   y en su orden el vendedor del terreno, el propietario de la maquinaria pesada,  el propietario de la cantera, del dueño de las volquetas,  el dueño de los camiones, los dueños de las ferreterías,  el ornamentador,  el carpintero,  y demás proveedores clasificados previamente de mayor a menor y por capacidad económica.
Una vez se entraba a la reunión,  que no pasaba de los 5 minutos con cada cliente,  el  dueño del proyecto les invitaba muy amablemente a seguir y les brindaba  bebidas mientras les decía de manera muy extra confidencial que debía cancelar   algunos dineros en efectivo y que desafortunadamente, el no manejaba dichos recursos en ese momento y como ya habían recibido por adelantado el pago, les pedía amablemente que le prestaran  una cantidad de dinero en efectivo,, mientras el día martes, llegaban los recursos a un banco  local;  ante esta propuesta y después  de que algunos se comunicaron con la línea  1 800, de servicio al cliente del banco   para pedir referencia de la cuenta, y al tener la más amplia referencia dada por la  persona al otro lado de la línea,  certificando no solo la pertenencia de la cuenta al banco, sino la seriedad de la firma constructora,  quedaron plenamente satisfechos y de manera muy rápida hicieron el comentario a los demás  dándoles toda la confianza.
El evento transcurrió entre las once de la mañana y las 9 de la noche  del día domingo, entonces el alcalde saco prestado  sobre el negocio la suma de 20 millones de pesos,  dinero que prestó uno de los concejales del entonces que manejaba recursos propios por aquello de sus negocios,  y que tenia por supuesto el interés de votar a favor lo relacionado con los impuestos  ya que él  también decía ser un  empresario próspero y apoyar este tipo de desarrollo, lo pondría a la cabeza de un plan futuro  para ser candidato a la alcaldía local, el dueño del terreno entrego  la suma de 120 millones, dinero que no tenia disponible en su momento en el pueblo pero si lo tenía en su casa en Bogotá, por lo que debió llamar urgentemente a su hijo para que de manera inmediata viajara  hasta Miraflores, con el dinero  para el contratista, el dueño de la maquinaria  aportó la suma de 15 millones de pesos, dinero que sacó prestado a varios amigos y conocidos a interés del 10 % mensual, situación que no importaba por que el negocio era tan grande  que daba para todos,  el dueño de la cantera,    entrego la suma de 45 millones de pesos, el de las volquetas 6 millones, el de los camiones 5 millones,  los tres abogados del pueblo,  entregaron  la suma de 3 millones de pesos cada uno, el ornamentador dos millones de pesos,   y asi uno tras otro hizo   el respectivo préstamo al contratista, bajo el más profundo sigilo y secreto nunca antes visto en este pueblo; tal vez ha sido el  único momento en la historia del pueblo que se logra guardar aunque sea por un corto momento un secreto. Todos los prestamistas quedaron muy  satisfechos de haber logrado la confianza con el dueño del proyecto por que en adelante  y hasta la terminación del mismo cada uno sería el más cercano y de confianza para los futuros negocios. 
Los dineros fueron recibidos en efectivo uno a uno, en  las oficinas del proyecto,   los contratistas se encontraban en  la entrada y cada uno respondía ante la pregunta del otro, que estaba allí para corregir unos precios que habían quedado mal por culpa de  los abogados o de la secretaria, otros manifestaban que querían  buscarle empleo  a uno de sus familiares, o que querían invitar al  dueño o gerente del  consorcio a una comida o a unos tragos, todos guardaron el secreto  en lo más profundo  de su  alma;  porque revelarlo  pondría en serios riesgos la continuidad del contrato y la confianza que  el hombre les había depositado, misma que de ser bien manejada perduraría por varios meses  y no se podía perder bajo ninguna circunstancia el  dinero que habían esperado como  si fuera el mana.
Ese día domingo  después de las  9 de la noche y una vez recibido  el ultimo préstamo del día,  y al solo quedar pendiente unos tres o  cuatro que estrían haciendo presencia  con el dinero el día lunes antes de las 9 de la  mañana, se reunió el dueño del proyecto con el hijo del vendedor del terreno y lo invito a unos tragos en el café los parasoles, allí reunidos los dos,  el  dueño del proyecto le manifestó  al muchacho que  el se había enterado de que  había sido un serio aspirante a la alcaldía local,  y que las elecciones las había perdido por falta de dinero, pero que ante tal circunstancia no debía preocuparse más, pues él  entregaría una chequera con 400 millones de pesos para la siguiente campaña y  el valor de 250 millones de  pesos en materiales como teja cemento, mercados y otros, lo suficiente para hacerlo alcalde y tal como lo suelen hacer desde hace años algunos aspirantes al primer cargo municipal;  indiscutiblemente seria el alcalde municipal  y con él allí de máxima  confianza  desarrollarían otros proyectos  importantes;  ante tal ofrecimiento  se sello el pacto con  otras tres botellas de Whisky 18 años.
El día lunes, desde las  5 de la mañana, continuaba el trabajo en el terreno,   y al igual que el día anterior   todo el mundo esperando ordenes para  dar inicio al trabajo del día,  los coordinadores,   el “JEJE”,  el dueño de la maquinaria pesada,  y otros mas,  ya tenían órdenes expresas del trabajo a realizar y  arrancaron el día  como cosa rara muy cumplidos a la hora exacta. A las 9 de la mañana, en  las oficinas del proyecto apareció el  último de los contratistas con el dinero  en efectivo para prestárselo al   dueño del proyecto y  de allí salieron rumbo al   los parasoles a tomarse una fría cerveza  que fue cobrada tres veces más que el valor normal; allí  se quedo  tomando cerveza con otros amigos  el contratista del portón, celebrando los negocios brindando  y libando sin medida  hasta altas horas de la noche, mientras el dueño del proyecto salía con rumbo a la oficina.
En la obra solo se recibía a los proveedores que faltaban por  entregar los pedidos de  múltiples materiales, los cuales eran descargados  con  cuidado por tres obreros,   y estos debían acomodarlos con el mayor cuidado sobre estibas de madera que habían sido fabricadas por dos carpinteros locales  dichas estibas estaban en las dos bodegas  de  16 metros cuadrados cada una que fueron  hechas `por 6 obreros, entre el  viernes en la noche una vez se cerró el negocio del terreno y  el día sábado en horas de  la mañana, estas bodegas, fueron  hechas en teja de zinc y postes de  madera  debidamente impermeabilizados para que resistieran el paso del tiempo.
En la oficina del proyecto,  se hicieron múltiples llamadas personales de agradecimiento a cada uno de los proveedores, y la invitación a continuar trabajando en procura de un  municipio mejor, asi mismo se hicieron sendos memorandos a todos los trabajadores que ese día lunes solo se trabajaría hasta las 12 M, pues la jornada del fin de semana había sido  muy extenuante y debían ahorrarse fuerzas para arrancar nuevamente el día martes a primera hora: en tonces  cerraron labores  al medio día y todo el mundo feliz para su casa y para las cantinas de la entrada del pueblo y de la avenida Romero Hernández a libar y brindar hasta altas horas de la noche.  Algunos obreros que tenían los cheques y  no tenían como hacer uso de su dinero recibido por anticipado, buscaron a prestamistas locales, quienes también deseosos de dinero los cambiaban  cobrando el 10 %  mas comisiones por cada  cheque, que se negociaría  con el banco local  el día martes a primera hora
El día Martes a las cinco de la mañana nuevamente inicia la jornada con la llegada de trabajadores, volqueteros y contratistas al lugar de trabajo y no se permite la entrada por parte del celador de turno, pues  tenía órdenes expresas del gerente del proyecto de  no permitir la entrada, hasta que  se  solucionara un pequeño inconveniente que se había presentado con la alcaldía  local, por lo tanto debían esperar que llegara el gerente y eso ocurriría  como a eso de las 10 de la mañana, todos los obreros  dieron gracias de entrar más tarde pues el guayabo los tenia de su cuenta y  ese tiempo aunque corto, era suficiente para calmar la sed con agua y gaseosa fría, que  llevo un vendedor ambulante a la entrada de la obra, los conductores y ayudantes limpiaban  los vehículos, otros aprovecharon para  dormir un poco mas y otros conversaban  entre sí que tal vez le alcalde había parado la obra por que no le habían dado lo suficiente, entre tinto gaseosa,  aguas, sueño y comentarios aclaro el día y llego el desayuno que un restaurante local proveía;  ese día la dueña del restaurante   llevo como desayuno, tamales bien grandes  y con buena carne de cerdo y pollo, huevos, chocolate, queso,  y jugo de chamba   que se  repitieron hasta tres veces para calmar la sed. Igual la señora cobraría un bono adicional por este desayuno especial que  preparo para ese  día martes.
Los dueños de los cheques que  podían ir a Bogotá a  cobrar viajaron en el bus de las tres de la mañana que va directo a Bogotá, otros pagaron expreso y otros arrancaron a las 5 de la mañana para llegar a temprana hora a hacer la fila en  el banco, quienes no pudieron viajar se acercaron al banco local a negociar el titulo valor  con la entidad financiera, misma que aprovecho la bonanza   y cobrando la comisión máxima permitida,  hizo las transacciones, pagándole a algunos clientes de más confianza un valor parcial, mientras que a otros les   hacia esperar los dos días mientras salía el canje.
Entre tanto los trabajadores y demás presentes en la obra seguían esperando la noticia para continuar el trabajo, noticia que  jamás llego, por que el  dueño del proyecto el día lunes después de medio día, dio la orden de cargar todos los suministros en  tres camiones que venían de Bogotá,  y se marcho  a las  dos de la tarde del mismo lunes festivo con rumbo desconocido, se perdió  en el mundo como el humo,  dejando  a los avaros contratistas y proveedores sin parte de su dinero y a otros muy  endeudados con amigos, familiares y prestamistas.
Los que cayeron en esta sorprendente trampa, no comentaban   nada y salían de las entidades,  en el más profundo mutismo, pues era difícil pasar de vivos o abejas a tontos;  entre tanto,  la noticia de la estafa, se regó  nuevamente como pólvora por todo el pueblo y dio vueltas  y vueltas como la primera vez, haciendo que  todos se burlaran  y rieran a grito entero de ver lo hábiles y abejas que  habían salido  estos mirafloreños en los negocios, dando la casualidad de que los que cayeron fueron  los más tacaños,  avaros, agarrados, usureros y egoístas  que   existían en esa época en nuestra querida ciudad de los Ocobos.
Tiempo después se  supo  todo en detalle  de la   famosa estafa; se tuvo conocimiento pleno de quienes más cayeron y las cantidades de dinero que cada uno de los avaros entrego al farsante;  asi como la cantidad de suministros entregados, porque  ya pasada la vergüenza, uno a uno conto su historia  mientras se burlaba del otro que perdió mas, fue asi que el contratista del portón  manifestaba en una tienda  años después, ”la risa que a yo me da es que solo perdí  2 millones na  más y eso que no soy estudiao en  cambio los dotores  y  el alcalde que si son estudiaos perdieron mucho más que yo,  ladrón que roba ladrón mil años de perdón.   
También se supo que  algo similar paso en los otros municipios visitados por los asaltantes, excepto en Ramiriquí,  por que el alcalde de ese entonces tuvo la valentía de manifestar que ellos no querían casas de interés social pues allí no hay pobreza y si se permitía el proyecto llegaría a su pueblo  gran cantidad de personas de  otras regiones  causando no solo  inconvenientes sino  inseguridad, ante tal  oposición del alcalde,  se hizo uso del plan B por parte de los estafadores   y enviaron por las veredas a tres camionetas con los logos de  una empresa cervecera y a tres vendedoras quienes iban tienda a tienda promocionando  una oferta especial  y única de la temporada, “compre 20 canastas  de cerveza y pague solo 15”,  eso sí, el pedido debía ser hecho el mismo día de la visita y únicamente a estas vendedoras y ser cancelado en efectivo para que se pudiera programar la entrega el día martes a primera hora, ante tal oferta todas las tiendas   que fueron visitadas cayeron  en las garras de esta banda de delincuentes.  
Esta historia  fue contada en la esquina del chisme  hoy 25 de  diciembre del 2016,  a las tres de la tarde, mientras  disfrutábamos una  tarde  silenciosa y fresca tomándonos un  café local, allí en la esquina de los parasoles, hoy conocida también como la esquina de  la Próstata  mientras  casi la totalidad de los habitantes disfrutaban las frescas aguas naturales de las quebradas   y del río Lengupá,  haciendo el tradicional paseo de olla y pasando el guayabo,  por la celebración del  24 de diciembre.


lunes, 18 de mayo de 2015

Un Toro Extraterrestre





Toño tenía, solo 25 años cuando  le fue encomendado, por parte de su abuelo, llevar  desde la finca hasta el pueblo más cercano  800 toros cebados que  estaban listos para  embarcar y vender en Bogotá. La finca  del abuelo de Toño,  estaba a mas de  8 jornadas de camino,  y  el ganado debía ser llevado de manera lenta pero constante   para que  no se cansara y asi llegaran al punto de embarque lo menos maltratado posible.
Después de dos jornadas es decir dos días de camino, el toro más grande de color negro y con un peso de  827,5  Kilogramos de peso, se quedo retrasado; por lo que  Toño  al ver esto, debió con  un susurro y silbido suave  animarlo para que continuara y se uniera nuevamente a la manada; pero  el animal  no accedió a su forma de animarlo, luego debió cambiar de estrategia y asi sacó su poncho que siempre lo acompañaba y procedió a  hacerle un sacudón  con el mismo, con el fin de que el toro le hiciera el lance, lo que ocurrió  de manera inmediata  y  en cuatro lances mas, el toro le dio alcance al vaquero y el  animal no se detuvo,  persiguió al vaquero de manera rápida constate, fiera y  despiadada hasta casi alcanzarlo.
Toño el vaquero, al verse  perseguido y asediado por el toro negro,  mientras corría, vio  en la distancia una gran cascada de agua, que caía a mas  de 100 metros de altura,   se dirigió a ella y se subió de manera  muy rápida  por la caída de agua, pero el toro  también lo hizo simultáneamente;  en este momento Toño se acordó que llevaba un machete y  ya cuando el toro estaba a punto de alcanzarlo, saco el machete  y le dio un golpe al agua,  en ese instante, una luz destellante alumbró, el espacio,  y el  chorro del agua, se cortó súbitamente y fue ahí cuando el toro  se desplomo hacia el fondo del precipicio,  y la vida del vaquero se salvo.
Aquel toro negro  cuando cayó al fondo del precipicio  bramó como pidiendo auxilio, el bramido era muy fuerte y diferente a como lo hacían los demás toros;   en ese momento apareció nuevamente luz destellante y fuerte  que ilumino el cielo y la tierra,  y dentro de ella  salió un platillo volador muy grande de color negro, con luces de colores, que hacia  movimientos giratorios hacia adelante y  hacia atrás,  y el mismo se fue elevando de manera muy  rápida sobre el firmamento.

A los 2 días luego   de haber vivido aquella experiencia, el vaquero, su abuelo y  12 trabajadores fueron  a buscar los restos del animal, pero no encontraron ninguna señal  ni de vida, ni de muerte, por lo que infirieron que  aquel animal  era un extraterrestre que había sido enviado en forma de toro a la tierra,   para que aprendiera las múltiples sapiencias del vaquero, quien desde niño y por enseñanzas de su abuelo adquirió año tras año para defenderse en  la vida mientras crecía en  las llanuras de Colombia. El vaquero también fue salvado por los   extraterrestres, y no era para menos, pues aun debía enseñarle a  varias generaciones todo lo que él había aprendido del abuelo y de la vida misma, mas todas las proezas que hasta ese momento había realizado y jamás  descartó la idea que  más adelante enviaran a  otro extraterrestre a   seguir aprendiendo  un poco más sobre    todas  sus hazañas.

miércoles, 22 de abril de 2015

EXTRAÑA VISIÓN

Un escrito de Julio Roberto Pinzón Moreno

I
PREÁMBULO
                        “Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones”.
Joel: 2- 28.


II
Fueron muchos y variados  los relatos  que en mi mente de niño se fueron grabando. Costumbre era de los mayores quedarse en la noches después de cenar para narrar cuentos tradicionales de reyes y princesas, del mañoso Pedro Arrimalas, de arriería, de faenas cotidianas  y de apariciones y espantos, entre otras historias, que me llevaban a soñar con ser el héroe que vencía el mal para casarse con la hija del rey. Más de una vez el temor a un fuetazo  me obligaba a enfrentar la temible oscuridad para buscar  solito  la cama y arroparme muy bien para no ver los espantos de las historias contadas. No quería perderme ningún cuento; Escuchaba con mucha atención arrunchado bajo la ruana de papá.

Estimados lectores: el relato que hoy dejo a su disposición fue repetido en muchas veladas y ante diferentes personas y diferentes tiempos  por mi padre Roberto Pinzón Alfonso,  quien afirmó con toda seriedad  haber tenido la  espeluznante visión en compañía de otras personas, la cual, según él, la contaba ateniéndose a la verdad, sin añadir ni quitar a lo visto y vivido en esa oscura noche de Diciembre de 1.936.

Según mi padre, junto con tres amigos de juventud tuvieron la aterradora visión estando  todos sobrios, en sus  cinco sentidos y sin estar enfermos ni bajo efectos de  fiebre y sin  haber ingerido guarapo u otra bebida alcohólica. No estaban padeciendo alguna de las enfermedades comunes de época como “las tres fiebres del infierno”;   estaban temblando  “ las fiebres y fríos”. Categóricamente mi padre aseguraba siempre: “lo que les cuento es la realidad, no tengo  porqué inventar mentiras”

Lo narrado por mi padre  sobre esa visión en Miraflores; hoy con la ayuda del SEÑOR, lo escribo haciendo el máximo esfuerzo  para ser fiel a la historia tal como él muchas veces la contó y siempre conservando fidelidad a la historia oída y las palabras con que el la narraba.

En palabras de Don Roberto, he aquí la historia:

Al salir de la función en el teatro municipal, los compañeros de siempre: Pablo Bautista Vivas, Tiberio Vivas, Guillermo Umaña Mendoza y yo, decidimos dar un a vuelta a ver que se veía por ahí; aclaro que éramos compañeros de andanzas y aventuras pero no de farras pues  nunca fuimos borrachos ni parranderos.  La noche era fría y amenazaba lluvia. La  planta eléctrica que había en el bosque era de poca fuerza y así  el alumbrado público  era muy   pobre. Las calles estaban muy oscuras y había algo de neblina que se veía a la escasa luz de los  bombillos. Dimos un rodeo por la plaza de mercado que cuando eso era donde hoy es el  parque, nos fuimos por la calle de arriba pasamos frente a tiendas famosas en esa época  como “EL Casino”, llegamos a “Palonegro”, donde estaban las  tiendas de guarapo de “Las Abrelias”  y “El Rubí”. Todo estaba cerrado y en las  calles no se movía un alma.

Llegamos a “El Ocobo” y nos regresamos hacia la municipal  por la calle de abajo. Pablo fue el primero en pasar el puente de vigas de madera sobre la quebrada “Menudera” que en ese tiempo era destapada y bajaba por entre espesos matorrales de “borracherrero”, rascadera “Zurca”, “madrejuan”  y algunas matas de plátano. 

Del  otro lado de la quebrada Pablo se devolvió corriendo y casi sin poder hablar nos hacía señas y señalando el lado del matadero con la mano derecha extendida nos decía: “miren lo que hay allá abajo”.

Mirábamos hacia en la dirección que nos indicaba el asustado compañero pero nada veíamos; creímos que  Pablo nos quería nos en sus acostumbradas chanzas nos quería asustar y sin darle credibilidad pasamos el puente, dimos algunos pasos y fue cuándo en la dirección  señalada vimos que  de la nada aparecía y  se reunía una gran cantidad de gente; era como un tumulto  de mujeres, hombres y niños, con ropas de diferentes colores, unos de pie y otros sentados, parecía la  plaza en día de  mercado; los reunidos permanecían en el mismo  lugar pero movían las manos como  discutiendo; no se percibían sonidos. De repente también de la nada aparecía un hombre muy alto con ropa oscura y  con un largo abrigo o un sobretodo negro  puesto, tenía   sombrero negro de ala grande , botas hasta las rodillas, negras y brillantes; El espanto fue grande, quedamos quietos como estatuas, petrificados; No se en que momento decidimos hablar pero fue Guillermo Umaña el primero en romper el silencio. Hablando en plata blanca don Guillermo, si era un hombre macho de verdad, no le  temblaban los pantalones para nada.

 El hombre de la visión  estaba armado con  algo así como un hacha o una almádana de gran tamaño. Ese hombre  era  mucho  más alto que el resto de la gente y  con ambas manos levantaba por encima de la cabeza la enorme arma  y la   descargaba con mucha fuerza sobre la  multitud; era como si estuviera rajando leña o picando piedra. Así dando golpes sin descanso golpes  muy rápidos avanzaba hasta hacer desaparecer el gentío;  junto con las gentes desaparecía también azotador.

Al terminar la escena, como que todo volvía a ser normal, veíamos un bombillo de poca luz  que alumbraba sobre el andén de “EL Infierno”, que era como se conocía un famoso establecimiento de comercio  de guarapo y miel, por muchos años de propiedad de la señora Columna, el cual quedaba muy cerca de la entrada del matadero.


No puedo  decir cuanto tiempo duraba esta visión pero la misma escena sin cambio alguno se  repitió por tres veces con intervalos como de un minuto entre una y otra. En cada interrupción de la escena apenas quedábamos viendo el bombillo encendido en el andén de la casa de  doña Columna a así,   luego de unos pocos minutos empezaba a disminuir la luz hasta que  iniciaba  la siguiente escena.

Para mi el terror fue grande mirando desde la oscuridad eso que parecía ser una película,  la lengua se trabó, sentía cosquilleo en la cabeza y flojera en las corvas.  

Aunque todos teníamos miedo,  Guillermo nos daba ánimo  y  discutíamos   sin ponernos de acuerdo sobre el sitio  donde aquello estaba sucediendo. Pablo Bautista y Tiberio Vivas aseguraban que era en el matadero; Guillermo Umaña  y yo nos afirmamos en que la visión  era frente al “Infierno” y  argumentábamos que por eso el bombillo dejaba de verse en cada escena. En lo que sí  coincidimos fue en que el hombre que  azotaba a la aglomeración, por su corpulencia y estatura semejaba ser  don Manuel Galindo uno de los tradicionales matarifes de ganado de ese tiempo cuando la carne se vendía en el mismo matadero puesta sobre grandes mesas. Días después llegamos a la conclusión de que el hombre de la visión era de un tamaño mucho mayor que cualquiera de los hombres que conocíamos en el pueblo.

Pasada la tercera escena y como no se volvió a repetir ni se vio nada más nos envalentonamos y  encabezados por Guillermo decidimos  ir hasta el lugar donde creíamos se presentó el espectáculo;  al llegar a la esquina de la calle que baja para el matadero Pablo Bautista Y Tiberio Vivas se devolvieron y cogieron para su casa sin  pronunciar palabra alguna. Guillermo Umaña y yo bajamos por la barrialosa calle del matadero, estuvimos al frente del Infierno, vimos bien  el bombillo que alumbraba el andén de la casa de la señora Columna y entramos al matadero. La luz de dos bombillos de poca capacidad dejaban ver unas mesas de expender la carne y cuatro reses  amarradas, listas  para matar en la madrugada.

En silencio dimos varias vueltas por el lugar sin encontrar rastro alguno de lo que habíamos visto, sin ver y sin oír algo extraño aparte del aullar de  perros que comenzó casi al mismo tiempo que terminó la visión regresamos para ir cada uno a su casa.

Por la hora  en que salimos de la película y lo que nos demoramos por ahí andando, calculamos días después entre los cuatro amigos,  que la visión ocurrió a eso de las diez de la noche. Por ser sábado la planta eléctrica estaba encendida toda la noche; en los otros días de la semana la luz se apagaba a las diez en punto.

Aunque contamos la historia durante buen tiempo y preguntamos a mucha gente vecinos del 
lugar y de otras partes, nadie vio lo que nosotros vimos ni antes ni después de aquella espeluznante noche.

A través de los años, innumerables  veces me he preguntado porqué tuve que ser algo así como testigo de excepción al  oír  de boca de mi padre esta historia que él aseguró ser completamente cierta. Porqué esta narración no se ha borrado de mi mente y porqué cada vez fue mayor  el deseo de escribirla y darla a conocer. Más aún me ha intrigado el sugestivo nombre de la tienda frente a la cual probablemente tuvo lugar el suceso mostrado a los cuatro jóvenes.

En busca de respuestas mi imaginación me ha llevado a relacionar  la visión con una premonición que tendría que ver con el devenir histórico de los siguientes años: Segunda guerra mundial con las relucientes botas nazis desapareciendo pueblos enteros. Violencia partidista en mi patria; la bota militar pisoteado y quemando pueblos sementeras y animales. Miraflores y toda la región del Lengupá cruelmente azotadas  por aquella guerra sin sentido.
También esta inquieta imaginación me ha  hecho divagar sobre el futuro que esperaba a quienes fue mostrada la visión:

Con los sucesos del fatídico 9 de abril de 1.948 y la  persecución a muerte desatada  contra los liberales,  Pablo Bautista se convirtió en  comandante revolucionario en rebelión contra el gobierno de turno; traicionado por algunos de sus  compañeros de lucha  murió asesinado lejos de su tierra natal.  Guillermo Umaña uno de los primeros que en Miraflores con fusil en mano opuso resistencia a los “chulavitas”  huyó  hacia Bogotá de donde arreglado el tiempo  regresó  y se estableció como comerciante; años después, a finales de la década de los sesenta   fue muerto  violentamente en una confusa pelea en la cual ya herido logró dar muerte a su agresor.  Roberto Pinzón con su mujer y dos hijos tuvo que esconderse  por cinco años en la montaña,  en una cueva  al pie de la laguna “Tierra Blanca” en el  Municipio de Zetaquira; arreglado el tiempo regresó a Miraflores y vivió  en “La Frontera”, casa de la familia, luego se estableció en el sector rural; murió en 1994 a la edad de 82 años.



De Tiberio Vivas nunca se volvió a saber; lo desapareció la violencia.

JULIO ROBERTO PINZÓN MORENO

Abril de 2015.

jueves, 12 de febrero de 2015

Un amor otoñal

Un amor otoñal



Cuando  cito a su abogado estaba preso en la cárcel de Berbéo, y le contó el motivo de su detención.
Evelio, a sus sesenta y cinco años se había enamorado perdidamente de Julia una joven mujer de 30 años, quien vivía por la  carretera  de Miraflores hacia Páez, exactamente en el cruce  de la vía que conduce hacia Berbéo.
Evelio, y Julia, mantuvieron su romance furtivo y en el más profundo secreto, por más  de dos años, viéndose diariamente en los potreros de una finca cercana,  o en el limonar o la Tobasía en las épocas de verano, mientras en el invierno, tarde de la noche y bajo la lluvia lo hacían en  una rancho construido, de  manera muy sencilla y  muy camuflado dentro de la vegetación  con el único propósito  de  que  fuera su nido de amor.
Doctor,  quiero que sepa mi historia y quiero que sea mi abogado ,manifestó Evelio al Dr  Vargas. El Dr Vargas un abogado  reconocido  en la región,   uno de los mas prestantes y costosos del entonces, accedió a su pedido, no sin antes manifestarle  el valor de sus honorarios, y lo delicado de la defensa.
La única respuesta de Evelio ante  su futuro defensor, fue, solo hay un problema;  no tengo  dinero, pero quiero que usted sea mi  defensor; a lo que sin palabra  y argumento, alguno,  el defensor  acepto  la defensa del  reo.
Evelio, y Julia después de un tiempo y viendo que  estaban perdidamente enamorados, y que algunos vecinos ya sospechaban de su affaire, decidieron  gritarle al mundo que se amaban, sin embargo,  Julia, planeo, antes  que  su esposo fuera asesinado y asi fue. El  esposo de julia recibió por parte de Evelio y Julia, 35 machetazos que  fueron dados sin piedad, hasta  dejar al cornudo completamente sin vida.
 La defensa del reo muy difícil de resolver; pues toda la evidencia, pronosticaba  unos cuantos años de cárcel, en el barne en Tunja,  ciudad en donde se adelantaría la diligencia.
Las instrucciones del defensor, hacia su cliente, antes de entrar a la audiencia, fueron:  “Allí  le van a conceder la palabra, luego cuando esto ocurra, solo debe decir que cede la palabra a su abogado, y entonces yo procedo”.
El Juez, y en ese entonces los jurados de conciencia, integrado por  personas probas, prestantes  e ilustradas en el tema, sumado a lo delicado del asesinato, hacían  un conjunto   en el salón de audiencia, que causaba,  cierto  grado de incertidumbre, tanto al defensor,  como al reo y demás acompañantes en el proceso.  
El juez le ordena al reo  tomar la palabra y este muy majo,  con su vestimenta de  dril oscuro, pantalón y chaqueta de cuatro bolsillos, camisa blanca y alpargates blancos amarrados con su cordón negro, se pone de pie, y aunque la pobreza era muy evidente,   estaba bien presentado y muy aseado, oliendo a limpio. Lo primero que manifiesta, es que  todo lo hecho había sido  bajo su total responsabilidad, dejando de lado, al amor de su vida.
Evelio, frente al Juez, los jurados  y los abogados el defensor y el acusador, inica a narrar su historia.
“  Mi nombre es Evelio, Castañeda, nacido en la ciudad de Miraflores,  vivo desde hace mas de 40 años en una finquita propiedad de don Ramón, allí cerca a la carretera que va de Miraflores a Berbéo,  y  me enamore de Julia desde hace  mas de 15 años,  por que Julia es una morena hermosa que cautivo mi corazón y mi alma de manera apasionada, desde el mismo día en que la vi  junto a  quien fue su marido,  todos los días me levantaba muy temprano y allí bajo las matas de monte y de manera muy disimulada la veía, como cargaba agua, ordeñaba las vacas y cargaba la leche, mientras contoneaba su cintura al ritmo  armonioso de los pajaritos. Yo le tenía mucho miedo y respeto por ser una mujer casada, pero puede más el amor que las condiciones  que la sociedad impone, y fue asi como me anime un día a saludarla, acordándome lo que me contaba mi abuelo paterno cuando  me daba miedo tomar una determinación “Hombre flojo no goza mujer bonita”; luego decidí  decirle que era  muy linda, por que ella era como la luna llena que en el Lengupá se refleja en las noches de verano, en las cristalinas aguas de los ríos quebradas y manantiales, , era como los cámbulos y los Ocobos florecidos en el verano,  o como el reflejo de la luz que día a día hace presencia en la peña del aura, no había ningún defecto,  ni tampoco había palabras para describir su singular belleza, toda era muy bella. Y fue entonces cuando al escuchar mis palabras sonrió dejando ver su blanca dentadura  amarfilada que hacia juego con el color de su piel canela, el carmín de sus labios,  y lo azul de sus ojos. Tenía razón estaba completamente enamorado y mis palabras hicieron  camino en su corazón que latía  a ritmo de tambores mientras apasionadamente le colmaba su cuerpo de besos,  mientras nuestros cuerpos ardían de  incontenible pasión, enjugados de sudor y olores que se mezclaban finamente con el aroma de las flores perfumadas que ese día acompañaron  nuestros cuerpos lujuriosos y nuestro mayor secreto.
Ustedes señores del jurado no entienden no podrán entender como  cuando el amor  nos  golpea la puerta, podemos negar su entrada, ustedes señores del jurado, y su señoría  jamás podrán entender que el amor entre  dos seres  no tiene  límites ni medida, por lo que  decidí de una vez por todas terminar con la vida de aquella persona  que se interponía entre nuestro amor infinito. Y fue ese día viernes cuando decidí, llegar hasta la casa de habitación, de los esposos, y aunque ella no estaba ahí presente, mi corazón tuvo mas fuerza que la misma vida para  darle los machetazos a quien no merecía el amor de mi doncella.
Mientras decía esto,  y  mas,  los miembros del jurado enjugaban sus ojos  de las lágrimas que este relato de  amor les causaba, pues jamás en la vida,  habían escuchado a un analfabeta,  a un hombre pobre y enamorado expresarse de manera tan poética;   y fue ahí   en ese momento, cuando el abogado, pudo  entender que la defensa estaba hecha, defensa que  de manera poética realizo  Evelio, finalizando con la frase, Señores del Jurado, y su señoría, espero que me entiendan  todo lo que  se hace por amor y más cuando se está en la época otoñal, y si de ustedes  esta mi condena por amor iré al panóptico  con la cabeza en alto a purgar mi condena.
Acto seguido se sentó y  pidió que le fuera  dada la palabra su defensor, quien manifestó algunos tecnicismos y terminó la audiencia que duro más de 6 horas  de un asesinato  que  por su forma atroz  debía ser castigado con la mayor pena.
Todos en silencio,  defensor, acusador,  reo, juez y  jurados, quedaron  mudos, mientras el juez  impartía la orden de desalojo  de la sala mientras se tomaba la  determinación del jurado de conciencia. No paso más de 4 minutos cuando nuevamente fueron llamados a la sala,  el fallo ya estaba tomado por parte del jurado…….. INOCENTE, a lo que el juez llamo en privado a los jurados, a los abogados  para replicar sobre la determinación tomada  para este asesino que por amor le quito la vida al esposo de su amada.  El defensor,  con diplomacia debió hablar con el juez manifestándole  lo magistral de la exposición de motivos del asesino y que un hombre como esos y mas a esa edad, debía  declararse no culpable y más cuando los jurados ya habían dado su veredicto. Situación que el juez en medio de su autoridad lo acepto declarándolo INOCENTE.

Años después cuando  el Dr. Vargas paso haciendo una campaña política por los lados de Berbéo, y  en medio de un calor inclemente, paro allí en la tienda para tomarse una gaseosa; mientras  lo hacia un  hombre de más de 85 años salió de la mano de una mujer también mayor y le saludo de manera efusiva, recordándole quien era y que debía aceptarle una sola cerveza por qué no tenía más ,que solo una.  Evelio vivió hasta los 99 años,  y todos los  días de su vida, acompañado  de  su amante,  a quien nunca dejo de amar, en medio de la naturaleza, los cámbulos, los  Ocobos, el  canto de los pájaros, el amarillo de la luna y el reflejo de la misma en las  aguas cristalinas de los ríos Lengupá y las quebradas la Mocasía y la Tobasía.

jueves, 22 de enero de 2015

EL ROBO DE LA MARRANA

EL ROBO DE LA MARRANA
Un texto de Julio Roberto Pinzon Moreno

El  escrito que hace parte de los numerosos documentos en que consta este caso y que reposa en el archivo general del municipio  comienza así:
Yo, Transito Vega Heredia, mayor de edad, vecina de la vereda de Matarredonda, de esta jurisdicción, identificada como aparece al pie de mi firma, con todo respeto y  acatamiento expongo ante el Señor Juez:
Hija de padres Católicos, trabajadores, honrados y cumplidores de los mandamientos de la Santa Madre Iglesia, educada con todo el rigor que corresponde a la “hijas de María”  y heredera de las buenas costumbres de  mis progenitores, soltera, sin hijos,  a mis sesenta años de edad nunca he faltado a la santa misa los domingos ni a las  festividades y celebraciones  dedicadas a la virgen María y  actos  religiosos celebrados por nuestros  sacerdotes. A nadie he hecho mal y por el contrario practico las buenas obras de misericordia como dar de comer al hambriento y de beber al sediento y dar posada al peregrino, proveo económicamente para algunas  las  necesidades de la parroquia y ayudo a gente necesitada.
Muy joven me hice cargo de mis padres y velé por ellos hasta cuando fueron llamados a la presencia del creador. Tenía cuarenta años cundo falleció mi madre luego de soportar una penosa enfermedad que la mantuvo paralítica durante diez años.  Mi padre dejó este mundo apenas el martes de la semana pasada, luego de confesarse y recibir del padre Miguèz la sagrada comunión y  la extremaunción, murió en la gracia del Señor y de María santísima.
El miércoles tuve que dejar la casa sola para estar en el pueblo arreglando las cosas para dar sagrada sepultura a mi progenitor a quien enterramos el jueves a la tres de la tarde y solo hasta el viernes en la noche luego de participar de la celebración del viacrucis volví a mi casa y noté que la cerda grande de cría que amamantaba catorce lechones no estaba; la vecina Florinda Vaca encargada de dar vuelta a la casa y dar de comer  a los animalitos me dijo que la cerda no amaneció en la cochera el día jueves y  desde entonces ella estaba alimentando  los cerditos con biberón suministrándoles  tetero con   leche de vaca para evitar que murieran de hambre.
Del robo de la cerda culpo a Diovigildo Lancheros Rodríguez quien ha sido de mala fe toda su vida y acostumbra robar en las casas de personas solas y sobre todo cuando las familias viajan o se les presentan urgencias de atender como en mi caso. Este mal vecino es de los que practican el dicho de que “unos en bulla y otros enterrando la uña”. El señor Juez puede consultar la historia de este hombre y se dará cuenta de todas sus fechorías; la mayoría de ellas sin castigo por falta de pruebas; muchas no denunciadas por miedo a la venganza.
Yo aunque mujer sola y anciana y  sin temor a lo que me pueda ocurrir denuncio penalmente  a Diovigildo Lancheros Rodríguez ante el despacho del Señor juez  por el delito del robo de una cerda de cría,  de mi propiedad  y proveo  todas las pruebas y testimonios suficientes sobre el  hecho, los cuales pongo  en manos de la autoridad para que se aplique  un  castigo ejemplar; este sujeto  tiene asoladas las veredas y sobre todo las casas de las viudas y  gentes cortas de espíritu a quienes intimida para que no lo denuncien; hace apenas unos meses el inculpado aprovechando que una señora viuda a cargo de sus  cinco nietos menores de edad y huérfanos fue remitida a Bogotá enferma de cáncer  le robó la única vaquita que tenía y que daba la leche para los niños. Esta maldad sigue en la impunidad.
Según lo encontrado en los documentos depositados en el archivo podemos resumir:
El jueves en la mañana la señora Tránsito en su duelo y ocupada de los pormenores del funeral de su padre fue avisada del robo de la cerda y entonces recordó  que en la semana anterior Diovigildo había llegado a su casa  donde ella lo atendió personalmente sirviéndole guarapo y haciéndole  esperar para darle “un bocado de comida”.  Diovigildo hizo elogio de la calidad y raza de la cerda, de  tan  buena “paridera” y la gran cantidad de cerditos que estaba criando lo cual raras veces ocurría.  Así, entre charla y charla propuso negocio por la cerda ofreciendo pagar un buen precio por ella. Doña transito extrañada por esta proposición no aceptó vender el animal argumentando que  cómo iba a dejar huérfanos a los cerditos con apenas ocho días de nacidos. Este fue el primer indicio de que el ladrón era Diovigildo.
Enterada del robo, sin perder tiempo la señorita Tránsito habló en secreto con el padre Miguéz, el Pàrroco; este era  un buen sacerdote, activo, enérgico y muy humanitario; él le  aconsejó lo que debía hacer y le propició toda la ayuda necesaria.
Se dispuso de todo un discreto y efectivo  servicio de espionaje y vigilancia sobre la vivienda del presunto  ladrón y el seguimiento de todos los movimientos que este realizara, incluyendo averiguaciones a vecinos y personas que frecuentaban los caminos de acceso a las fincas; eso sí, sin alertar autoridad alguna y menos a la policía;  lo referente a las autoridades debía  hacerse cuando ya Diovigildo no tuviera la menor posibilidad de negar su delito; no podría darse campo para que  el malhechor se burlara una vez más de la justicia y de su víctima.
Algunos de los detalles  con que contó el juez para dictar sentencia fueron:
A eso de las ocho de la noche aprovechando que la casa estaba sola Diovigildo acompañado de una mujer llegó a la cochera y con un lazo nuevo amarró la cerda muy bien poniéndole un cabezal reforzado con fiador o barboquejo  y haciéndole unas lazadas en el espinazo por detrás de las patas delanteras del animal, casi arrastrándola la sacó de la cochera  hasta el camino real y él  cabestreando y la mujer arreando lograron llegar con la cerda hasta cerca de la casa de Diovigildo a eso de las dos de la mañana; ya en ese lugar su vecina Chiquinquirá Colmenares se hizo cargo del cuidado de la cerda ocultándola en unos matorrales, donde estuvo amarrada  hasta el sábado en la madrugada cuando fue llevada al pueblo para entregarla  un  negociante de cerdos que la llevaría a Ramiriquí para ser sacrificada.
El viernes Diovigildo se dedicó a laborar en su estancia desyerbando yuca y cortando algunas cañas para una molienda; a eso de las dos de la tarde ya bien vestido y abrigado con la  elegante chaqueta amarilla, muy cojo y trancándose con la vara de guayacán caminó hasta el pueblo, se apuró unos “amarillos” en la “Cascada Chiquita” y se dirigió a la plaza de mercado. Esperó hasta las cinco de la tarde hora en que llegó de Páez cargado de cerdos el camión de don Chucho Duitama. Habló algunas palabras a solas con el negociante y recibió unos cuantos billetes que disimuladamente guardó en el bolsillo interno de la chaqueta. De vuelta en la Cascada Chiquita se hizo servir otros whiskies y cogió  camino para su casa sin pasar por la esquina de don Torcuato donde  doña Transito tenía la pieza para dormir y guardar sus cosas cuando permanecía en el pueblo.
Muy temprano el sábado entre oscuro y claro por la carretera a Garagoa bajaba Diovigildo cabestreando la cerda y su vecina Chiquinquirá arreando, se encontró con  Joaquín Hernández, uno de los espías al servicio de la señorita Tránsito, quien simulaba ir a ordeñar las vacas en una finca a su  cargo. Diovigildo lo saludó amablemente y como en tono burlón le dijo: “me cogió la tarde”. La declaración de este campesino fue una de las más contundentes en contra del ladrónl.
En el sitio denominado “el Topòn” en la salida a Tunja Diovigildo entregó la cerda que de inmediato entre varios hombres con gran destreza la subieron al camión y don Chucho sin bajarse del carro le entregó otros billetes que Diovigildo  no se molestó en contar. El vigilado se despidió con mano dada del negociante y se dirigió  al  mercado del ganado en el matadero municipal. Cerca de ese  lugar entró al “Infierno”[1] y se Tomó algunos tragos finos con comerciantes de ganado y allí  estuvo hasta la  tarde hablando de negocios; Muy cojo abandonó el lugar a las cuatro de la tarde para  coger el camino de su casa. Todos los movimientos y pormenores estaban siendo vigilados muy de cerca por personas que seguían al pie de la letra las instrucciones del padre Miguèz y la señorita Tránsito. Aún lo que hablaba era escuchado discretamente.
En la semana siguiente a los hechos, Diovigildo fue capturado y mantenido en el calabozo, incomunicado y sin derecho a visitas durante setenta y dos horas. De allí fue llevado al juzgado primero promiscuo municipal donde una vez rendida  indagatoria y surtidos otros actos legales fue trasladado al patio de la cárcel del Circuito. 
Aunque se presentaron sus influyentes amigos politiqueros y de negocios para pedirle al juez que aceptara una fianza en dinero y dejara libre con presentaciones a Diovigildo, el juez no accedió y se limitó a aconsejar que le pagaran un abogado  por que el asunto era  muy complicado.
Diovigildo, consciente de que irremediablemente tenía que pagar con cárcel su delito, pues su abogado así se lo dijo, se valió de todos los recursos a su disposición para no ser castigado o por lo menos obtener una considerable rebaja de su pena y fue así como uno de sus influyentes amigos llamó a Tránsito en privado y le propuso pagarle la cerda por un precio tres veces superior al valor comercial;  algunas de las hijas del inculpado viajaron desde Bogotá para pedir disculpas por la  actuación de su padre y hacer la misma proposición de resarcir el daño pagando el animal por un precio muy superior a su valor comercial.
La señorita Transito se mantuvo muy firme en sus principios de honradez, veracidad y justicia y no accedió a ninguna de las proposiciones para que retirara el denuncio.
_ “Solo cuando me devuelvan la cerda para mostrársela al Juez como prueba de que el robo no ocurrió, entonces retiro el denuncio. No voy a engañarme a mi misma ni  al  señor Juez con una mentira de esas. Eso es pecado”
Surtida y sustanciada toda la parte legal de judicialización y luego de tres meses de permanencia en prisión, Diovigildo en presencia de su abogado el doctor Vicente Pineda Pineda  y acompañado por dos guardianes compareció ante el despacho del juzgado para ser sentenciado. El joven  juez vestía  muy elegante con camisa blanca impecable almidonada, traje de  paño negro, corbata azul con rayas blancas y reloj de oro con  cadena del mismo metal en el bolsillo del chaleco;  el enjuiciador estaba sentado muy ceremoniosamente en un  sillón detrás del escritorio e  inspiraba cierto aire de gravedad; así presidió la lectura de la sentencia que  el secretario del juzgado efectuaba con voz grave y muy pausada. Diovigildo permanecía como indiferente en su silla de acusado con la cabeza baja y entre cerrados los ojos;  daba la impresión de  que nada le importaba lo que se estaba leyendo; estaba como en otro mundo.
La lectura llegó a  la parte resolutoria en los siguientes términos… Por lo expuesto anteriormente y agotada la parte probatoria junto con la intervención de la defensa, concedidos todos los derechos legales al sindicado y probada categóricamente y sin lugar a la duda la comisión del delito por…  este despacho procede a sentenciar a Diovigildo Lancheros Rodríguez a la pena máxima de  veintiocho meses de prisión que deberá cumplir con reclusión en la Cárcel del circuito de.
Al oír lo anterior Diovigildo hizo un movimiento brusco en su silla abrió  lo ojos, miró al juez  y cabeceó fuertemente preguntando con tono enérgico:
_ ¿Todo eso por una marrana doctor?
El juez muy serio le contestó con voz fuerte que  se oyó  en todo el tercer piso de la casa municipal
_”Eso no es por la marrana sino por los catorce marranos que dejó huerfanitos”.
EPÍLOGO
Desde la cárcel donde purgaba pena por hurto de ganado mayor Diovigildo exigió a sus cómplices pagarle abogado, encargarse de que nada faltara en su casa, visitarlo cada ocho días y entregarle una fuerte suma de dinero como compensación por  hacerse cargo ante las autoridades como único responsable del delito.  De no acceder a sus requerimientos serian  denunciados  ante la Fiscalía y el juzgado   y todo el pueblo y sus familias  sabrían de su condición ladrones
Los novatos malhechores sin poder satisfacer a su jefe en sus peticiones decidieron quitarse de una vez por todas el problema.
El joven aprendiz de sicario, no fue descubierto y pocos días después de asesinar a su maestro y jefe viajó a las selva del Guaviare para cultivar “coca”; allá en un  pueblo llamado “El retorno” fue ultimado de cinco disparos de pistola  calibre siete sesenta y cinco.
DEDICATORIA ESPECIAL
Al SEÑOR de los reyes por su infinita bondad y misericordia al permitirme escribir.
El agradecimiento sincero
A Toda mi querida familia: mi estimada esposa Flor Marina, mis hijos  Albert, Diana Yaneth, Àngela Edith  y muy especial a mis hermanos Clementina, Luis y Elena Pinzón Moreno. A mi estimadísima tía María del Carmen Pinzón Alfonso Q. E.  P. D.
A Héctor Roldán y Elizabeth Moreno Guzmán de quienes admiro sus escritos y su dedicación a la cultura de nuestro pueblo. Ellos me han motivado a escribir junto con Luz Castillo Quintero y Carlos su hermano. A Héctor muy especialísimo por hacer que este escrito llegue a los lectores.
A mis queridos  hermanos  Pablo Castillo Rodríguez, Rafael Alfonso Palacios.
A mis profesores y  compañeros de estudio promoción Maestros Bachilleres Instituto Integrado Nacionalizado Sergio Camargo 1.978
A Hugo Alberto Roa Morales y Ciro Tomás Cucaita parra, a mi muy recordado profesor Adriano Cucaita Parra.
Por supuesto a todas y todos mis queridos paisanos de Miraflores y Lengupá esa querida región que en boca Del escritor Héctor Roldán tiene tantas sorpresas como el Macondo de García Márquez.
Contribución especial a las historias de mi padre Roberto Pinzón Alfonso, (Q.E P. D.)  mi madrastra Concepción y muchas personas que ya no están presentes pero que no dejo de reconocer su aporte y las historias que desde niño les oí e impactaron mi vida.


[1] El infierno fue llamada desde la antigüedad una famosa tienda de guarapo muy cerca del matadero municipal y su primera propietaria fue la Señora Columna, una próspera empresaria de la miel y el guarapo.