Anécdotas, Cuentos, Historias

domingo, 27 de octubre de 2013

El interrogatorio.


DE JACINTO.

 





 

Los años mozos de Jacinto Bautista, un personaje  de la región, que fue criado  por su padre y madre con un rigor extremo, junto a  7 hermanos entre hombres y mujeres, y educado  en una época en donde los hombres ocupaban un espacio  de respeto, que se adquiría  y tenía un valor en la escala social,  no solo por el dinero y el machismo mostrado con las mujeres, sino también por lo aventureros, mujeriegos, trabajadores y peleadores, lugar que se ganaba bien   ganado  y se podía mantener, solo dependiendo  de cuántos  muertos tuviera cada cual a  sus espaldas.

En Páez como en todo el Lengupá y parte de Casanare,  Jacinto,  ocupaba un rango alto dentro de la sociedad del entonces, ya que no solo tenía dinero, y varias  mujeres, sino que además contaba con un gran miedo y respeto por  todas las personas del entonces, porque en su haber para la fecha ya tenía cinco muertos a su  cargo.

El último de los muertos  del año 65 en el que Jacinto  fue el responsable, era una persona humilde y trabajadora, que gozaba del aprecio de muchos del entonces, por lo que una vez ocurrió el crimen, fue rápidamente detenido antes de que  se subiera a su caballo  que lo llevaría con destino a la Ururía, y con ello salir hacia los llanos y  perderse de la justicia hasta que vencieran los términos.

Jacinto  antes de ser detenido, da una batalla final que termina con  5 policías  heridos; y solo hasta que se terminan las balas de su revólver 38 lo pueden capturar, para lo cual se unió una fuerza de más de 15 agentes del orden  y  una docena de enemigos silenciosos que tenia.

De manera inmediata es llevado a los calabozos del cuartel de la policía en Páez y al día siguiente es trasladado a Miraflores, para que el juez promiscuo municipal  lo llamara a interrogatorio.

La imputación de cargos era únicamente por la muerte de Manuel, el hombre humilde que  fue liquidado  por que no le brindo una cerveza a Jacinto y porque estaba cerca de la cantinera en la guarapería, la cual era una enamorada eterna de Jacinto.

La entrada de Jacinto al juzgado fue muy custodiada y el reo acompañado de  unos cuantos agentes del orden, porque no solo era peligroso para la sociedad, sino que además había una alta probabilidad de que se volara. Los curiosos  que por montón se acercaban por la consistorial y frente al palacio de gobierno municipal, en donde estaba la sede de la policía, no dejaban de murmurar,  unos a favor otros en contra y una multitud de mujeres enamoradas del valiente y apuesto Jacinto hacían círculos y lloraban para que juez no encontrara   la forma de condenarlo.

En el interrogatorio,   el juez le pregunta a Jacinto, su nombre, su apellido,  lugar y  fecha de nacimiento, estado civil, y personas a cargo.

El reo tranquilo y calmadamente va respondiendo cada una de las preguntas, de la manera más tranquila, pues ya tenía  un plan para salir sin cargos ante la ley; y su plan consistía en ofrecerle al Juez un buen botín de dinero, o  una bala de su 38, a través de uno de sus hermanos.

En realidad el Juez no tenía más que algunos testimonios muy débiles para  condenar a Jacinto, testimonios que por miedo y presión  no contaban la verdad sobre la muerte de Manuel, luego lo más probable era que Jacinto saliera libre en el primer interrogatorio, pero el Juez empeñado en poner bajo las rejas a Jacinto  debía ser muy cuidadoso con las preguntas y  poner mucha atención a las respuestas.

Nombre y apellido: Jacinto Bautista,

Lugar y fecha de nacimiento: La Ururía "Casanare", el 17 de Agosto de 1928.

Edad: "es que usté no sabe  de arimetica?".

Estado civil: arrejuntao y con varias indias.

Personas a cargo: solo 5 pero todas en dejensa propia.

Y ese fue el punto por el cual se investigo las 5 muertes de la cual había sido autor material  y sin condena.

Jacinto por  su respuesta fue condenado a 12 años de prisión en el panóptico de Tunja, y  se ordenó el traslado  de Miraflores a la capital  un  día miércoles a las 3 de la mañana, acompañado de dos policias.

En la vía que de Miraflores conduce a Tunja, antes de llegar al alto del perico, los policías  que lo llevaban se durmieron; eso fué lo que argumetó la policía, pero al parecer fué una argucia más de Jacinto, usada dentro de un segundo plan de escape. Jacinto se les escapó tomando rumbo desconocido, pero años más tarde se supo que  Jacinto estaba  en las minas de Muzo, en donde afianzo su prontuario,  y años después, Jacinto fue dado de baja en  Casanare, por un comando élite de la policía que lo perseguía por varios delitos.