Anécdotas, Cuentos, Historias

miércoles, 20 de junio de 2012

El limonar…


El limonar… o Limonal.

Paraíso turístico local  y ancestral que  tenemos el privilegio de disfrutar en nuestra región del Lengupá.

Nuestro limonar es ese lugar paradisiaco, que tiene como característica la producción de limones; allí el clima, los suelos, y demás condiciones hacen de este lugar una tierra fértil y apta para el cultivo del limón y otros cítricos. 

Hace unos años era común encontrar plantas de limón de castilla, limón mandarino, limas, limón dulce y otros cítricos  dispersos de manera silvestre en los  potreros, solares  y caminos de este lugar  por el lado de Miraflores en las fincas de Enrique Alba, la familia Cubides y una familia Barreto quienes Vivian en los limites antes de pasar el puente colgante, en donde esta una ceiba centenaria.


Mientras que por el lado de Berbéo  estaban las fincas de la  familia Cortez, y de una familia Barreto, Doña Lolita de Cortez, madre de don Manuel Cortez  y este a su vez padre de ( Jorge Luis, Manuel , Jorge Eduardo, Carlos, Gloria, Yadira y Yolanda.).

El lugar se  denominó EL LIMONAR, por  la presencia de limones  en el área de influencia; mismos que servían para apaciguar la sed de trabajadores, y caminantes que circundaban el lugar y que  en época de verano llegaban hasta las orillas del rio a refrescarse dentro de sus aguas abundantes y cristalinas.

Este tradicional  lugar geográfico  está ubicado entre los municipios  de Miraflores y Berbéo    y marca el límite  entre los mismos, siendo separados por el rio Lengupá; y  unidos por el puente colgante del limonar; un puente que hiciera la Federación Nacional de Cafeteros hace muchos años, de ingeniería básica pero practica,  que consiste principalmente en cuatro estructuras de concreto dos a cada lado del rio, las cuales soportan  largos y fuertes cables acerados,  sobre los que  se anclan tablas de madera; los cables soportados sobre los grandes pilotes de hierro  y concreto, atraviesan el rio por lo alto formando una catenaria (curva que forma un cable suspendido de sus dos puntas  de manera natural por su propio peso),  misma curva que después de soportar el peso adicional de las tablas  y  de los transeúntes  se vuelve más cóncava  y pronunciada, lo que hace por ley física que  a medida que se transite por sobre el puente, este  realice movimientos hacia adelante y atrás  combinados con movimientos hacia los lados. Movimientos que en nuestra juventud aprovechábamos de manera irresponsable para asustar a las personas que se atrevían a pasar a nuestro lado y que no tenían la práctica  para sostenerse en pie sobre el puente; muchas veces vimos como  algunos hombres y mujeres se petrificaban del pánico cuando el puente empezaba a moverse y debían entonces esperar que nosotros pasáramos corriendo y dando saltos, o bajarse y pasar  caminando por el lecho del rio echándonos la madre, mientras nosotros nos carcajeábamos a más  no poder.

Este maravilloso puente ha  sido preservado y cuidado por la comunidad local  no solo como un bien de servicio público, sino como un icono, característico  y legendario del lugar.


El rio Lengupá hace años era un rio muy caudaloso en época de verano y mucho mas lo era en época del invierno; porque  sus rondas y montañas  desde las lejanas tierras de donde proviene y por donde pasa  aun no habían sido tan intervenidas  por el hombre, los grandes y exuberantes bosques permanecían en pie, mientras que la estabilidad de los suelos era muy buena. Luego sus aguas abundantes y cristalinas era la sensación para propios y visitantes. Bueno hoy siguen siendo la sensación,  solo que   sus aguas ya  no son tan abundantes ni cristalinas en el verano, como lo eran en el pasado; pero siguen siendo frescas y con un aditivo adicional producto de la deforestación y erosión y es que vienen cargadas de arcillas, minerales y otros elementos que bajan disueltos en el agua desde las lejanas tierras de Rondón; y que  a los veraneantes que las disfrutan, les queda como ganancia adicional muchos minerales impregnados al cuerpo y  otros muchos incorporados a su digestión….

Los periodos de invierno y verano, eran muy importantes en la potamología  del rio; ya que una vez pasaba el invierno; el rio dejaba sus marcas, sus huellas bien definidas y puestas entre orilla y orilla y mucho mas allí en el limonar  por ser un lugar relativamente plano, ancho en donde las aguas   pierden  velocidad y entran en  un área de mayor calma por la topografía del terreno; luego  para el verano va quedando atrás, rocas, playas de arena y pozos  largos, anchos y profundos, en donde se podía y puede nadar y disfrutar en compañía de amigos y familiares.

Los paseos al Limonar o “limonal” como comúnmente se le conoce a este lugar; eran y son como un gran ritual, al que todos llegábamos con frecuencia  y con mucho cumplimiento en la época de verano y vacaciones; pero mucho más lo era  en días  como el 25 de Diciembre, el 1ro y 6 de Enero. En estas fechas especiales el paseo era diferente  al que normalmente se hacía fuera de ellas; básicamente  esta diferencia está en que para la ocasión, toda  la familia asiste al río incluido el perro, entonces se llevan las más diversas viandas, que generalmente se componen de gallina carne, yuca, papa y plátano para hacer el respectivo sancocho,  y se acompaña con arroz, arepa, pan, dulces, refrescos, aguardiente y cerveza por montón, mas una grabadora gigante, o un carro con su stereo tipo costeño que hace retumbar la música variada por todo lado. (ranchera, llanera, bailable carrilera etc.)

La llegada era temprano después de la amanecida  de la rumba,  entonces  había  que buscar el mejor lugar, cerca a la playa, muy sombreado, en donde se pudiera colocar las tres piedras para el fogón, en donde se presumiera  no haya mucha garrapata y en donde haya piedras grandes o un montecito en donde  pudieran  los veraneantes ir a hacer sus necesidades fisiológicas.

Luego se alista la leña, se pone la cerveza al agua, se pela  la gallina, se alistan los demás ingredientes, se pone  a cocinar todo y después todos  a su traje de baño.

Ese es el mejor momento para el observador ya que  se ven los más diversos vestidos  de baño para las damas, en una o dos piezas, otras  con camisetas puestas sobre  su  cuerpo tratando de tapar lo que todos vemos o imaginamos,  cuerpos esbeltos, cuerpos gordos y gorditos,  bananitos, bananos y bananotes, llanticas, llantas y llantotas,  neumáticos bicicleta, automóvil o camión, de diferente marca y tamaño, colores especiales, toallas diversas coloridas, ponchos, combinaciones, shorts, y demás prendas que  permitan   estar dentro del rio de la manera más cómoda.

Los hombres con sus pantalonetas narizonas, otras largas anchas y floridas  que permiten que la panza descanse suavemente sobre la misma sin que se maltrate mucho y  por donde se puede sacar el pipi fácilmente para orinar sin problema, que generalmente se hace por una manga de la pantaloneta.

Algunos veraneantes con sombreros, gorras, gafas deportivas, oscuras para el sol,  chanclas plásticas PANAM, otros con la macha,  zapatos cómodos, y muchos  descalzos, que en definitiva es lo mas practico  y común mientras dura el paseo.

Los niños de corta edad empelotos mostrando la herencia de  su padre, el padre orgulloso de su hijos, mientras saca pecho y se toma unas cuantas en honor a  los genitales que heredo su hijo; la madre comentando con la familia lo que es la genética, mientras se pone roja de vergüenza, cuando alguien pasa por el lado y escucha; pero feliz por  el origen de este don.

Las niñas   bien educaditas, con su vestido bien puesto, las madres enseñando como taparse todo para evitar las miradas, los padres celosos por las miradas y pensando en el mañana.

Los mirones  con los ojos fuera de orbita viendo cómo pasan contoneándose las nalgas peladas flacas o con los gordos gigantescos, a velocidad o lentamente para tirarse al agua, mientras se saborea una fría  y deliciosa cerveza y se comenta con el vecino lo bueno , lo malo y lo feo de quienes pasan  por los lados.

El enamorado  sacando el pecho, hablando duro, y  mostrando su más masculinas poses mientras le dice  piropos a las muchachas, las muchachas feas  coquetas, riendo y haciendo miradas  seductoras, mientras las bonitas tuercen la boca, giran la cara y menean el pelo en señal de desprecio.

El borracho viendo doble, y borroso, manifestando su amor a gritos y diciéndole piropos a  todos los que pasan por su lado sin importar si es hombre o mujer, si es joven o vieja, si es casada o soltera, porque lo que importa es decirles algo.

A la distancia otras personas en la playa y en el agua,  nadando, otros sobre las piedras tomando el sol, las parejitas embelesadas y deshidratadas por las mieles del amor, la suegra pendiente de la hija de manera disimulada, el  papa orgulloso de su hijo y los mirones esperando de manera encubierta  los movimientos de pareja y el destino final después de las caricias.

En fin todos con su cuento pero  todos al final alegres, felices, disfrutando de la vida, y de la familia y eso es lo más importante. 
https://www.youtube.com/watch?v=Jv7Bz7N9-ic

Hace años parte del paseo al rio  y al limonar, era   pescar: si.. así como lo leen PESCAR;  allí en nuestro rio Lengupá se podía pescar, era común encontrar peces  de  diferentes tipos y de buen tamaño; mismos que bajaban silenciosos y fugaces dentro de las cristalinas aguas en compañía de otros peces propios y únicos  de  un afluente que desgraciadamente recogía y llevaba en sus aguas las descargas de los cientos de inodoros del casco urbano… la famosa e internacional MENUDERA que por demás tiene un nombre muy perfumado y  que deberíamos cambiar urgentemente… pero lo más triste de todo esto, es que los peces de verdad se agotaron, mientras que los peces  del casco urbano que descienden nadando a la vista de todos en las aguas de la  menudera van en aumento, es  un gran cardumen permanente los 365 días del año  … y todos nosotros seguimos y seguiremos disfrutando año tras año del paseo al rio  y sintiendo orgullo y nostalgia por este nuestro balneario  denominado el limonar.


1 comentario:

María Ligia Ballesteros Barreto dijo...

¡Qué bonito relato!. Se siente mucha nostalgia al recordar esos tiempos de juventud maravillosos de disfrute en éste hermoso sitio con los amigos y amigas, con quiénes nos ibamos por carretera y camino y nos devolvíamos en bus o en el carro que parara a la señal de dedo. Para mí, pasar el puente era el mayor desafío del paseo, nunca me fué facil, el pánico era gigante, precisamente por que no faltaba el travieso que meciera el puente para divertirse con quienes le temíamos al movimiento y altura y sentíamos que al río ibamos a caer. Gracias por traer a nuestra memoria el sitio y los paseos.