Anécdotas, Cuentos, Historias

martes, 28 de agosto de 2012

Un toro Cimarrón.


Un toro Cimarrón VS Toño.

Los toros cimarrones, son esos toros viejos, que permanecen  por años  escondidos en las matas de monte  comiendo y engordando; son difíciles de encontrar, amarrar y poner en un  camión para llevarlos al  sacrificio, son toros  de cuernos largos, gordos y muy bravíos que   deben manejarse con  personas baquianas y  siempre  montadas a caballo y con otras reses mansas que sirven de madrinas o acompañantes para que estos animales cimarrones salgan del monte y lleguen a su destino final los corrales y el matadero.



Toño a los diez años era un experimentado vaquero que había aprendido todas las faenas del llano y del manejo del ganado por enseñanza de su abuelo;  para el verano de ese año al abuelo organizó un trabajo del llano, que incluía buscar los toros más gordos para llevarlos a la venta.

En un hato tan grande  de 45.000 hectáreas era difícil encontrar a los cimarrones y se dejaban de ultimo para dedicarles tiempo y gente a su búsqueda, pero los vaqueros no gustaban de esa búsqueda por que  podían pasar días y días sin encontrar al  cimarrón y cuando lograban encontrarlo casi siempre salían mal heridos  ellos o sus caballos debido a la fiereza del animal.

Pero Toño ya casi hombre   muy aguerrido fuerte, luchador y arriesgado, salió solo en busca del cimarrón mayor, un toro  negro de unos 800 kilos de peso, cuernos de más de un metro de largo, ojos fieros y muy bravo, el animal era tan bravo que  con solo oir los pasos del caballo,  empezaba a bramar, y a escarbar con sus patas delanteras la tierra desafiando al vaquero para ver si este se bajaba del caballo y  ahí si poder cornearlo hasta  la muerte

Este toro Cimarrón solo había sido visto dos veces  en los últimos seis años pues era un toro muy mañoso, fiero y muy temido por todos los vaqueros del hato.

A la madrugada del día lunes Toño alisto su caballo cuarto de milla,  y salió con su sombrero viejo, su rejo, un poncho grande y un pollero con  comida para dos días, ( carne seca salada, patacones de plátano bien verde y una libra de avena) Toño debía ir bien preparado ya que a como diera lugar debía tener al toro cimarrón en los corrales a mas tardar el día miércoles antes del medio día, ya  que ese mismo día llegaban los camiones a  cargar el ganado gordo con destino a la capital.

Muy a las 4 de la mañana el abuelo le dio un trago doble de aguardiente para el frio, la abuela de dio un buen desayuno, le empaco  su pollero con la carne seca, los patacones y la avena y le  dio la bendición  mientras los demás vaqueros  se burlaban socarronamente de su misión.

Como a eso de las  once y media de la mañana llego al lugar en donde habían visto al cimarrón la ultima vez; pero como este animal salvaje, de solo escuchar los pasos del caballo se volvía más fiero, Toño  decidió  apearse  de su caballo cuarto de milla  e irse caminando descalzo solo con el rejo su sombrero y su poncho fieles acompañantes de las faenas, muy sigilosamente fue entrando hasta  la mata  de monte,  hasta que vio pastando en un claro del  bosque al cimarrón, entonces empezó a silbar un pasaje llanero y  asi  fue domando suavemente al animal bravío  y de manera lenta muy lenta, logro sacarlo de la mata de monte como a eso de las tres y media de la tarde, eso si  la acción debió ser de manera cautelosa, sin que el toro cimarrón lo  viera   ya que  podía correr riesgo su vida y  la misión fracasaría.

Así el toro fue saliendo lentamente del monte  y cuando ya estuvo de frente a la sabana, Toño ya no podía esconderse por lo que decidió jugarse el todo por el todo,  y arranco a correr sabana adentro llevando siempre su  rejo y su poncho y su sombrero  hasta donde había dejado su caballo para que el toro lo persiguiera y asi sucedió el toro  corría tras de él  por más de  2 kilómetros, y  Toño ya  muy cansado sentía que  lo iba a cornear, pero como era joven tenía mucha agilidad  y se le capeaba   siempre, en  uno de esos momentos de angustia pensó este  toro no me va a ganar y  se agacho muy cerca de una casa de termitas poniendo el poncho sobre ella para que el toro le embistiera y asi sucedió, el toro embistió, muy fuerte al poncho que cubría la casa de las termitas y quedo atrapado allí pues su peso , su fiereza y su gran cornamenta  lo dejo ahí  atrapado y  atontado, por lo que Toño aprovecho rápidamente para ponerle el rejo en los cuernos y subirse rápidamente a su caballo cuarto de milla y  amarrar al fiero animal a la cabeza de la montura y  asi  hasta el corral del hato.

Fue tan  impresionante la forma como quedó el toro allí atrapado, que no pudo salir solo, ni tampoco con la fuerza del caballo, por lo que nuevamente se tuvo que apear del cuarto de milla y  ayudarlo a salir halándolo del rabo hacia atrás.

El toro cimarrón de 800 kilos que nadie había podido  enlazar y que todos los vaqueros le tenían miedo  había perdido la batalla frente a Toño, ese día el toro  se fue mansamente  amarrado con su rejo  y sujeto a la cabeza de su montura, caminaron durante varias horas y  como a eso de las 11 de la noche ya estaba nuevamente en la  casa  desaperando su caballo y  desempacando la comida que su abuela le había empacado ya que no había tenido tiempo de  comer  ni tomar nada por estar  en la lucha con el fiero animal.

Esa misma noche se acostó a dormir muy cansado y al siguiente día, a las 4 de la mañana cuando se levanto, el abuelo, la abuela y los obreros no podían creer que  en un solo día  y él  solo, con su caballo su sombrero, su poncho  y su rejo  le había dado  cacería al toro negro cimarrón de 800 kilos que duro muchos años en el monte y que todos temían por su fiereza.

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