Anécdotas, Cuentos, Historias

miércoles, 1 de agosto de 2012

70 AÑOS DE HISTORIA


70 AÑOS DE HISTORIA
FORMACIÓN, CULTURA Y SABIDURÍA


Colegio Sergio Camargo 19...? Fot. Aut. Desconocido.

En 1942, en un afortunado 27 de septiembre, nace en Miraflores el glorioso Colegio Sergio Camargo que toma su nombre en honor al General nacido en Iza – Boyacá el 26 de diciembre de 1832 pero que por esos designios del destino  fallece en Miraflores el 27 de septiembre de 1907

Al igual que este experimentado combatiente, nuestro colegio,  durante largos pero bien llevados 70 años de funcionamiento,  ha librado  múltiples batallas, buscando  siempre la excelencia, y formando a cientos de jóvenes que se abren campo aguerridamente dentro de la sociedad local, nacional e internacional.
Panoramica, fot. Autor desconocido.

Por sus salones y corredores han transitado muchos educadores, trabajadores y cientos de  estudiantes, que,  generación tras generación llevamos en el corazón  el orgullo de  haber  sido formados en su seno, o haber pertenecido a esa honrosa nómina, acumulando en la mente los recuerdos de múltiples vivencias que de alguna manera nos marcaron para siempre.
Bloque de Aulas Fot Autor desconocido.

En el colegio,  muchos vivimos los mejores años de nuestras vidas, ingresamos  siendo niños y salimos siendo hombres y mujeres orgullosos de haber alcanzado  la meta de ser bachilleres.

Los recuerdos  inolvidables en sus amplios y sencillos salones, de los laboratorios de física, química con lo elemental para aprender, pero que se han ido  adecuando con el pasar de los años y obedeciendo a las nuevas necesidades las aulas especializadas de informática y robótica, que  han contribuido al desarrollo tecnológico y científico de las nuevas generaciones, permitiéndoles traspasar fronteras valiéndoles importantes reconocimientos nacionales e internacionales.

Vista General Fot Ciro Franco.

Mis más intrínsecos recuerdos me transportan a los salones en donde librábamos batallas campales con semillas de pomarrosa, tiza, cascaras de naranja o almohadillas llenas de tiza, a los campos deportivos; la cancha de baloncesto, que además servía de lugar  para la formación de los estudiantes quienes corrían llevados por el sonido inconfundible de la campana de bronce  que con la puntualidad de un reloj suizo era tocada por Guillermo. Allí  jugábamos  diariamente  basquetbol, voleibol y otros  juegos a la hora del descanso; la cancha de fútbol, en donde formábamos para las izadas de bandera, jugábamos fútbol, corríamos, o nos castigaban dando tres o cuatro, y hasta mas vueltas, cuando hacíamos una pilatuna o llegábamos tarde a la formación matutina; también en la que ensayábamos las marchas, que acompañadas de la banda de guerra se convertían en el acontecimiento esperado para la conmemoración de las fiestas patrias en el municipio.

Presentación Patria Fot Ligia Ballesteros.

Como olvidarme de  la piscina, que  se hizo con el esfuerzo y la mano de obra estudiantil, para convertirse en el orgullo y deleite de todos, aquella que disfrutamos  nadando, tomando el sol, y admirando  los sensuales y bellos  cuerpos de las bañistas mientras se contoneaban o nadaban, o bien por el “huequito” que se hizo en la pared del vestier con el propósito de ver las nalgas y lactas peladas de muchas.

Otros lugares recordados como la estación de meteorología, que siempre fue un enigma, muy cerca de la cual en alguna época quisimos practicar Beisbol, allí, improvisamos un  diamante para la práctica incipiente de este deporte, la caseta de la cooperativa  en donde    a la hora del descanso hacíamos un tumulto y a gritos pedíamos  gaseosa con roscón y otras  golosinas, la sala de profesores, en donde guardaban los  tableros de ajedrez, y los balones para la práctica de deportes y por donde podíamos observar si ya había llegado  o estaba allí sentado tal o cual profesor, los  amplios patios y corredores, por donde caminábamos viendo las lindas estudiantes uniformadas con sus ceñidas blusas y falda a cuadros,  corta, mostrando las piernas, con medias blancas y zapatos negros; a los hombres no nos imponían un uniforme de diario ¡bueno, en esa época!, solo debíamos  mantener bien lustrados los zapatos, y un corte de cabello  corto, adecuado para la época.
Estudiantes en la Frontera  Fot Autor desconocido.

La ceiba milenaria,  testigo muda de  alegrías y tristezas, de amores  furtivos, inocentes, de encuentros amorosos apasionados y ardientes, punto de escondite de alumnos cuando se hacia alguna  pilatuna, pero también punto de observación distante por parte de profesores y estudiantes, El camino  de la entrada  al colegio en donde  sembramos muchos árboles, como pinos. Ocobos y otros, a los vecinos de las casas por donde nos escapábamos  o por donde entrabamos cuando llegábamos tarde.
Camino de entrada principal. Fot aut. Desconocido.

Con gratitud son recordados los trabajadores  que hacían parte de la nómina del colegio y lo mantenían en orden y aseado o se ocupaban de llamar puntualmente a estudiantes y docentes con el tin – tan de la campana como Marina, Trina y Guillermo, mismos que por todos sus años de trabajo, ya eran parte del inventario general del instituto.
Marina  Fot albun de  su familia.

Los profesores de diferentes áreas, la mayoría licenciados, profesores que en medio de muchas limitantes  nos enseñaron   y  transmitieron su conocimiento, unos legendarios y apreciados  como el profesor Salvador Rodríguez  y su hermano Fernando, Quico Martínez quien llegó desde Corozal –Sucre-, Ramón Díaz,  el profe Copete,  Salóm, Julio Pulido, Amanda Roa, Carmenza Valcárcel, Alcibíades Camacho, el profe Mendoza, ,  Graciela Alvarado, Elisa Castellanos, el profe Prieto, Cibel Camacho y su esposa Anita, Raúl Quintero, Susana Barreto y Crisanta López, entre muchos mas; otros legendarios pero no  tan apreciados como    el profe Lagos,  “el castalia”,  Manuel Villamarín, Bertha Buitrago, Omaira Barrera, “casco de buey”, Miguel Yenguimochi, “el mochilón”, "la cipote vaina" y otros mas que no recuerdo.


Toda esa diversidad cultural de los   educadores, de muchos rincones del país, las diferentes formas de ver la vida, y la distinta formación  de ellos, se encargaron de nuestra formación y fue, precisamente, esa diversidad y exuberancia, la que nos  permitió  aprender  no solo de la academia sino de la vida misma,  sin distingo, con ansia y con lucha  para enfrentarnos  y poner el pecho al mundo, allí en nuestro campus; fue esa universalidad de conocimiento, cultura, costumbres, formas de pensar y otros,  los que hicieron que cada uno de nosotros los alumnos  decidiéramos nuestros caminos y destinos; porque a decir verdad hasta  militares  como el profesor Vicente, tuvimos dándonos clases y no precisamente  sobre milicia.

Orgullosa estudiante. Fot Autor desconocido.

En cuanto a los estudiantes, muchos, cada uno con  sus propias historias y vivencias, con su grupo de amigos y compañeros de curso y de colegio, que fueron  llenando día a día,  año tras año las paginas blancas de la historia del colegio  durante estos setenta años.

Fuimos  los estudiantes esa masa que  pudo criticar, defender, exigir  derechos y deberes, por parte del municipio, el departamento y el estado, como en cierta ocasión, cuando querían mover a  un profesor, académicamente  bien formado y con valores morales y éticos por otro de  dudosa reputación, entonces hicimos  en un esténcil  un comunicado que  imprimimos en el mimeógrafo del Dr. Rafael Barreto, mismo  que nos valió  un llamado de atención fuerte, pero también el logro de no dejar mover a Quico Martínez de su lugar.

Otras acciones similares como  cuando debimos dar la pelea para que  fueran nombrados profesores para diferentes áreas, o  para pedir presupuesto y  dotación para los laboratorios de física y química, acciones que emprendimos con manifestaciones públicas por la calle y frente al palacio municipal; en otras ocasiones con la toma de la parroquia San Joaquín de Miraflores,  acompañada de una huelga de hambre, que fue burlada por cuenta del muchacho que a diario se pavoneaba frente a los huelguistas con un canasto lleno de roscones frescos, y su agradable olor  traicionaba el mediático ideal y así se colaba por los sentidos de esos cuerpos hambrientos que   no soportaban y  debían consumir algo mientras terminaba la operación , misma que tuvo un impacto social no solo a nivel local y regional sino nacional, hasta allí, al parque principal   de Miraflores y al templo San Joaquín llegaron los reporteros de Caracol Radio a  realizar su  noticia que reflejaría la inconformidad y el motivo  de esta toma pacífica al templo y, que como era de esperarse, concluiría con la atención y pronta resolución de la problemática y, de manera favorable, a los intereses del estudiantado.

Parroquia San Joaquin. Fot Myriam Vargas.
El colegio  ha  formado con orgullo, y decisión a muchos estudiantes destacados  en actividades académicas y deportivas, hoy profesionales íntegros, sobresalientes y dignos, tuvimos por varios años representación en las justas deportivas de los intercolegiados  departamentales y fuimos destacados en disciplinas como   natación,  fútbol  y  baloncesto,  carreras de los 100 metros y otras, a pesar de las limitaciones económicas tanto del deportista como de la institución misma.

En los últimos años, hemos conocido con orgullo verdaderos campeones mundiales de la informática y la robótica; estudiantes que se  han destacado  en los resultados de las pruebas de estado ICFES, frente a   otros colegios de mayor jerarquía y tradición a nivel nacional; el Sergio Camargo, además,  es el colegio con el más alto porcentaje de egresados profesionales   de toda la región, estudiantes que han llegado  a las aulas  de universidades públicas y privadas con  ganas de triunfar, con ganas de aprender, de terminar sus estudios y de servirle al país.

Campeones de robotica fot. Myriam Vargas.

Nuestro grupo  generacional ingresó  al colegio entre el año 1970 y 1979 siendo la gran  mayoría unos niños entre los 11 y los 13 años como máximo, con muchas expectativas, fuimos de las promociones que impusieron un ritmo y un récord dentro de la historia contada hasta esa fecha,  en las que mayor cantidad de estudiantes entramos a las universidades públicas y privadas dentro y fuera del país, fuimos  parte de esa generación que desde los primeros años tenían el suficiente criterio para defender lo nuestro, defender el derecho a recibir educación;  esa  generación que  vivió, sintió, disfrutó y rompió reglas y paradigmas , pero que siempre actuó con  la responsabilidad de estudiar, de cumplir a cabalidad y con seriedad sus compromisos académicos, familiares y personales.

Bachiller 1980 fot Hector Roldan.
Pertenecemos a esa generación que evolucionó con el mundo, con los cambios, tecnológicos, pasamos del tocadiscos de baterías o pilas a la grabadora, de la grabadora  al equipo de sonido, de los casetes  al CD, al ipod… Pasamos  del  teléfono de manivela,  al  de disco, al celular y al iphone,  vivimos la época de PEACE AND LOVE, pasamos  de la música de tiple y guitarra a la  música de Hendrix, los Beatles, Santana, entre otros; bailamos al ritmo de Bovea y sus vallenatos, del Cuarteto Imperial,  Alfredo Gutiérrez, Los Melódicos, los ocho de Colombia, Los Tupamaros,  Galaxia 2000, pasando por una amplia gama de vallenato, Rock, Metal, y demás,  tuvimos la fortuna de ver, sentir y vivir  los primeros  cambios generacionales relacionados con Rock and roll, drogas y  sexo, pasar de los tabúes ancestrales, a la libertad  de Ublime.
Escudo actual. del Sergio Camargo.


Mi  colegio, nuestro colegio y el de  las futuras generaciones: el  Sergio Camargo, fue, es y será siempre un nido  de enseñanza, un  manantial de conocimiento, un mundo  perdurable de aprendizaje,  un universo infinito de recuerdos  indestructibles que  de generación en generación desde hace 70 años vive en todos  quienes hemos  tenido el privilegio de ser alumnos o de quienes han puesto su vida al servicio del mismo como trabajadores o  empleados  de esta gran institución y vivirá por muchas generaciones mas  mientras exista Miraflores.

¡FELIZ ANIVERSARIO GLORIOSO SERGIO CAMARGO!

Desde acá  evoco con nostalgia los años dorados que pase allí  y ansío retroceder el tiempo para  volver a disfrutar esos inolvidables y maravillosos años juveniles, en donde  sus aulas,  patios y contornos,  sus paredes, techos, puertas y ventanas, la ceiba y demás, fueron los testigos directos y mudos de mis primeras declaraciones de amor, de mis primeros besos y caricias, de muchos amores reales  y platónicos, de muchas  amigas admiradas, de muchos amores emprendidos y  de mis mas grandes sueños y anhelos de ser adulto y profesional rápidamente.

** Especial agradecimiento en este relato a  Angela Patricia Garzon y a todos los propietarios de las fotografias


2 comentarios:

fabiab avila dijo...

Felicitaciones a todos los sergistas y mirafloreños, orgulloso de ser egresado de este inolvidable lugar.

Fabio Moreno dijo...

Muy bien. Gracias por este viaje a toda velocidad.
Me parece muy bien que haya recordado a Marina, Trina y Guillermo, que en nuestra época fueron los que hicieron que la maquinaria del colegio funcionara.