Anécdotas, Cuentos, Historias

sábado, 6 de octubre de 2012

Un pollo gigante.


De 29 libras  y media



En la finca del abuelo todo era en abundancia;  obreros, familia, ganado, cerdos, caballos,  chigüiros, lapas, venados, perros  y también gallinas y pollos, Contaba Toño a pocos días de su muerte.


Allí por la abundancia de comida, por las buenas tierras, por lo excelente del clima, pero sobre todo por el cuidado que  yo tuve que darle a todos los animales; estos crecían y engordaban rápidamente, nadie cree  lo que cuento, pero  los testigos de todo eso fueron mis abuelos, ellos no mienten, decía Toño, en una cantina mientras tomaba unas cervezas  en compañía de amigos, conocidos y extraños que le rodeaban atónitos y jetiabiertos (con la boca abierta)  mientras  Toño contaba sus fenomenales historias.


En  el año 1960 o 61  no recuerdo bien la fecha, llegaron unos amigos de mis abuelos a visitar la familia; y de regalo le trajeron  12 docenas de huevos de una raza de gallinas gigantes, con el fin de que  la abuela los  pusiera a empollar bajo las alas y calor de las gallinas criollas que había en el hato.


Como los huevos eran tan grandes,  no cabían bajo  el cuerpo de una gallina criolla, por lo que la abuela Catalina seleccionó 24 de las mejores gallinas   y las puso a empollar, a cada una le asigno de  a solo seis huevos ya  que no alcanzaban más; a los 21 días nacieron todos  los pollos,  los cuales empezamos a cuidar en  un patio especial que  la abuela ordeno hacer solo para atender las 24 gallinas y sus 144 pollitos.


Para  la alimentación de  las gallinas y sus pollos, debíamos partir maíz,   y arroz,  todos los días y suministrarles  a toda hora junto con  agua suficiente;  asi mismo en los potreros buscábamos el  comején de tierra (termitas),  arrancábamos los murutuyes (casa de termitas) y  los llevábamos al patio, allí los partíamos y   cuando salían todas las termitas los pollos y las gallinas comían sin descansar.


Con esa alimentación, mas los cuidados que  debíamos tener para que no se enfermaran, los pollos  crecieron rápidamente  y empezaron a engordar a  un ritmo muy rápido, incluso muchos de esos pollos  no se podían parar de los gordos, en esa época,  no existían las vacunas  ni las vitaminas,  los remedios caseros  como agua con limón, y gotas de creolina, era lo que no dejaba que  les diera peste; así fue como tuvimos que criar a todos estos pollos.


De los 144 pollitos, salieron  unas pocas    gallinas los demás fueron gallos grandes y fuertes que   nos fuimos comiendo en épocas especiales, como para el cumpleaños del abuelo, o la abuela Catalina, o para mi cumpleaños, y para las visitas especiales como los compadres de los abuelos y  algunos políticos que llegaban a saludarnos, solo quedaron 5 gallos, los más grandes que la abuela  dejo para conservar la raza, las gallinas si las dejamos todas por que los abuelos querían poner un criadero especial de esta raza gigante.


Cuando mi abuelo  cumplió  años. La abuela decidió poner en la olla uno de los más grandes  gallos de todo el patio,   yo tuve que ir  junto con  2 obreros mas a perseguirlo hasta alcanzarlo y llevárselo vivo a la abuela para que ella lo sacrificara,  después de dos horas de persecución no podíamos alcanzarlo, en aquel momento, pensé en sacar uno o dos  de los perros finos de cacería, pero la abuela no permito, por que ella misma quería sacrificar al animal para no perder absolutamente nada del mismo, entonces debió salir   otro obrero,  y entre los cuatro lo pudimos atrapar;  ya cansado el pobre animal, y muy fatigado cerca de una mata de bejucos que  hacia una maraña  sobre un caño cerca a la casa, lo encerramos y con un rejo lo enlazamos como se enlaza el ganado.


Amarramos muy bien el pollo  de las patas y  lo llevamos a la casa,  cuando  se lo entregamos a la abuela, ella no podía creer  al sentir lo pesado del animal, a mi no me pareció raro, porque yo sabía que esos animales con todo lo que yo les ponía de comer tenían que ser muy grandes y sobre todo muy pesados,


La abuela antes de sacrificarlo, mando por la romana para pesar esta belleza de animal,  mientras mi  abuelo y yo apostamos  la rabadilla del gallo,  que era la presa que más  nos gustaba a los dos,  la apuesta era, el que más cerca estuviera del peso  que diera la romana, este se comería la presa apostada.  Y así fue,  mi  abuela junto con el mensual, pusieron el gallo dentro de un costal  ralo de fique, y lo pusieron a la romana, mi abuela el mensual, las cocineras los trabajadores y el abuelo no podían creer lo que pesaba ese gallo gigante, ¡pesó 29 libras y media!.


La sorpresa para todos, además del peso de este animal, también lo fue la apuesta, porque mi abuelo le calculo 29 libras y  yo le calcule 30, luego la apuesta quedo en empate, entonces debimos compartir la presa que nos gustaba a los dos, por el  empate técnico que quedamos, es que mi abuelo y yo éramos muy buenos para eso del cálculo de peso al ojo.


A la hora del almuerzo, en una mesa de madera, grande, nos  sirvieron sobre hojas de plátano, yuca, plátano verde, plátano maduro, malanga,  arroz y la  rabadilla partida en dos partes, la mitad para el abuelo y la mitad para mi,  el abuelo y yo permanecimos almorzando dos horas y media y quedamos tan llenos e indigestos que  la abuela Catalina nos  debió servir dos  vasos llenos con jugo de limón  y con zumo de unas  hierbas para que  pudiéramos digerir  bien  ese almuerzo que jamás se me  olvidara.


Después del almuerzo,  nos  recostamos en las hamacas,   y descansamos toda la tarde, pero yo nunca más  pude volver a comer  pollo porque  desde ese día que nos comimos ese pollo gigante que  yo ayude a criar, me empalago tanto que  ahora hasta el olor a pollo en la distancia, me hace dar nauseas.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Los pollos:

Quiero contratar a este Toño que parece ser una maravilla , un baquiano extraordinario y como criador de pollos sin igual.
Con un gallo de esos podremos hacer un sancocho y juntar a todo el pueblo a Cantar nuestros recuerdos.
Elizabeth Skantz. Estocolmo Octubre 7 del 2012.

Unknown dijo...

Me parece bien que resalte la banda del municipio pero le pregunto donde esta el grupo de robotica extrema del colegio campeón a nivel internacional o el grupo de teatro apocalipsis que también hemos trabajado con la parroquia el colegio y el municipio participando en actos importantes como lo es el festival internacional de la cultura, en el aguinaldo mirafloreño con nuestras carrozas y ganando primeros puestos y no solo eso si no ademas participando con las silletas en las ferias tradicionales de mi pueblo

Att: Daniel acuña
ex integrante robotica extrema 2007 y 2008

integrante actual grupo de teatro apocalipsis

María Ligia Ballesteros Barreto dijo...

Daniel Acuña: sería muy interesante que nos contaras tu enriquecedora y maravillosa experiencia como integrante de los grupos de Robótica Extrema y Apocalípsis y su participación en los diferentes eventos que mencionas. Vivir los hechos y a la vez contarlos, es dejar plasmada la huella de un caminar, en el que junto a tus compañer@s, le diste y sigues dando inmensas alegrías y satisfacciones a tu familia, Institución Educativa y comunidad en general. Como seguidora de este blog, me encantaría poder leer acá, la historia contada por ti, como protagonista de la misma, para conocer más e cerca los logros alcanzados. Es muy importante tener en cuenta que las anécdotas acá narradas, son el producto tanto de las vivencias del autor, como las de personas que de manera espontánea se han adherido a contar las propias; todo con el fin de aportar a la consolidación de la excelente idea del autor de recuperar y divulgar la historia de Miraflores y Lengupá. Así que anímate a dejar aquí plasmada la historia de tus vivencias,las que con seguridad será un verdadero deleite poderlas conocerlas. Gracias.

María Ligia Ballesteros Barreto dijo...

Daniel Acuña: sería muy interesante que nos contaras tu enriquecedora y maravillosa experiencia como integrante de los grupos de Robótica Extrema y Apocalípsis y su participación en los diferentes eventos que mencionas. Vivir los hechos y a la vez contarlos, es dejar plasmada la huella de un caminar, en el que junto a tus compañeras y compañeros, le diste y sigues dando inmensas alegrías y satisfacciones a tu familia, Institución Educativa y comunidad en general. Como seguidora de este blog, me encantaría poder leer acá, la historia contada por ti, como protagonista de la misma, para conocer más e cerca los logros alcanzados. Es muy importante tener en cuenta que las anécdotas acá narradas, son el producto tanto de las vivencias del autor, como las de personas que de manera espontánea se han adherido a contar las propias; todo con el fin de aportar a la consolidación de la excelente idea del autor de recuperar y divulgar la historia de Miraflores y Lengupá. Así que anímate a dejar aquí plasmada la historia de tus vivencias,las que con seguridad será un verdadero deleite poderlas conocerlas. Gracias.

Julio Roberto Pinzón Moreno dijo...

Magnífico relato Héctor. recoge ese marcado estilo de la exageración muy marcado en los relatos de nuestras gentes de antaño y tanto nos ha divertido. Felicitaciones Héctor, nuestra cultura y costumbres no pueden morir. Quizá Héctor un día también recoja las historias de ese personaje que narra un combate con los chulavitas en tiempo de la violencia y afirma categóricamente
"y a todos nos enterraron en caño Arenoso"