Anécdotas, Cuentos, Historias

lunes, 11 de febrero de 2013

Su taya


Mi señora.

¡Oli su taya.! Es una expresión  muy  popular de Miraflores; la frase es  muy usada para saludarse entre conocidos,  o para referirse a una persona como la suegra o la esposa, o  a  cualquiera que sea mal humorad0; las expresiones “mi mujer es una taya”, “mi suegra es una taya”, o “ese hombre  o esa mujer es una taya”, son usadas con  frecuencia precisamente para denotar  el mal humor de las personas y los altos grados de intolerancia que tienen los mencionados hacia otros.

Todo esto, debido a que   una taya, es una serpiente, muy venenosa,  y agresiva, que  ataca  sin previo aviso,  causando casi siempre la muerte de los afectados en un tiempo muy corto; las tayas son reptiles del genero Bothrops atroxlas, y son conocidas como taya X, mapaná, o cuatro narices .

Doña  Bethsabé, una mirafloreña de pura cepa que en  el año 48  se fue para los llanos orientales, a acompañar  a los liberales de ese entonces, llevo de su tierra natal nuestro sello de calidad, y de identidad local, en sus costumbres y en su forma de hablar; mismo que permaneció  hasta el día  de su muerte.

Años después de terminada la violencia del 48;  y luego de haber permanecido en sus fincas trabajando; se enamoro de otro  aventurero que gustaba de las viudas, especialmente de aquellas que tenían   buen dinero , representado en fincas y ganado, sin importar la edad, la belleza física y los sentimientos de las mismas; el enamorador de viudas como se conocía, fue el dueño del amor perdido de muchas viudas millonarias y por supuesto del  dinero de las mismas, este enamorador  conoció a unas cuantas viudas, en el negocio de la compra de ganado, porque el enamorado se desplazaba por los diferentes pueblos  y fincas entre Miraflores, Páez, Campo Hermoso, Monterrey, Tauramena, Aguazul , Yopal, Paz de Ariporo y Orocué, buscando comprar ganado directamente a los finqueros, y enamorando y pelando a las viudas; luego este enamorador, siempre se dio  una buena vida,  a costillas del trabajo de los muerticos.


En una de sus tantas andanzas,  se enteró, que en los llanos de Casanare había una vieja de 60 años, viuda llamada Bethsabé, procedente de Miraflores , misma que había llegado al llano,  en el año 48 y que había amasado una gran fortuna representada en más de 1500 cabezas de ganado y  tierras  fértiles de sabana y piedemonte que sumaban más de 3000 hectáreas; también se entero que la señora había quedado viuda tres veces, y con  9 hijos entre mujeres y hombres producto del amor  de tres  matrimonios debidamente legalizados; por lo que emprende  una misión especial y exclusiva de llegar hasta donde la viuda y enamorarla como  a muchas otras.

El intento no fue en vano  y  en menos de un  mes, ya la había enamorado, y como muestra de su  cariño y amor incondicional, la llevo de paseo a Bogotá, no sin antes hacer que  la viuda embarcara 6 viajes de toros gordos con destino al mercado  de la capital y cuyo dinero tenía como fin la compra de un carro nuevo.

La viuda Bethsabé y su nuevo amor llegaron a Bogotá,  en un campero marca Toyota que tenía el enamorado  para su uso personal y que había sido adquirido  con el dinero de una de las viudas que tenia  en Páez;   la pareja de enamorados  se hospedan en el Hotel Tequendama, tal como lo tenía previamente calculado el novio, pues eso  mostraba no solo  la incondicionalidad y riqueza, sino el amor sincero  por Bethsabé, ya que  con ello demostraba que en cosas del amor  y más cuando se está enamorado no importan los gastos ,  si se va a ser feliz al lado de quien se ama.

Una vez fue vendido el ganado en el matadero San Martin,  el enamorado toma todo el dinero y lo pone en una de sus  cuentas por supuesto con la debida autorización de la viuda,   quien no solo estaba feliz y enamorada, sino convencida de que ahora si había encontrado un hombre RICO, que no escatimaba en gastos, que la sacaba a pasear,  que la llevaba a conocer la ciudad y muchos sitios elegantes, un hombre que no le daba vergüenza estar y andar a su lado, asi fuera ya una persona de avanzada edad, y con varios hijos.

Luego el plan iba tal como había sido previamente calculado. Después de permanecer dos días hospedados en el Hotel Tequendama,  allí en la capital de la república   la pareja sale de compras por la ciudad, siendo el primer punto a visitar  las joyerías del momento y las sombrererías mas afamadas  de la capital. Al siguiente día programaron ir de compras por los almacenes de ropa pero  con la condición de que cada uno iba por su lado para estar mas cómodos al momento de las compras,  propuesta aceptada por la viuda, para ello el enamorado le entrego en efectivo la cantidad de 2 millones de pesos de la época y contrato los servicios de una  señora de confianza que tenía en Bogotá , para que acompañara a la viuda a comprar   el vestuario femenino, ropa interior, vestidos, sacos, abrigos, zapatos y los aditamentos necesarios para que se viera más bonita, sensual, agradable y sobre todo agradecida; pero  también para con ello demostrar una vez más el amor sincero   hacia la viuda.

La  viuda  sale  de compras   a un centro comercial, siempre  en compañía y con  la asesoría de su acompañante. En el centro comercial Unicentro, entran a uno de los almacenes,  preguntado por un vestido de color rojo que estaba expuesto allí en la vitrina,   de manera inmediata, la joven que atendía el almacén se acerco cordialmente y  de la manera mas respetuosa a  mostrar los diferentes modelos de vestidos en diferentes colores y demás.

En Bogotá  ha ocurrido un fenómeno muy particular al hablar, es  como si hubiera sido copiado de los argentinos o italianos,   cuando en la pronunciación de la ELLE, la dicen como eye ejemplo  esta lloviendo los bogotanos  dicen  esta yoviendo, luego no hacen la diferencia cuando mencionan palabras que dentro llevan la elle o la ye.


Resulta que este mal manejo del lenguaje, causo el día de las compras un gran disgusto entre la empleada vendedora y la compradora; pues cuando  la compradora había decidido  el color del vestido, la vendedora le dice “SU TAYA MI SEÑORA”, y fue lo suficiente para que la viuda entrara en rabia, por que la vendedora no tenia  por que ofenderla de esa manera, luego la viuda le responde a todo pulmon “ SU TAYA USTE, RESPETI MAPARIA , PORQUE SI NO LE DOY BALA”, la  vendedora no sabía que hacer mientras la viuda le decía  a la acompañante que se fueran del almacén porque  no quería darle en la jeta a la  muchacha irrespetuosa,  sin embargo,  logro calmarla y explicarle a las dos la diferencia entre  SU TALLA Y SU TAYA.



Cuando llego al Hotel Tequendama nuevamente, la viuda y su acompañante, el novio ya estaba bien acomodado en el Jacuzzi del apartamento esperándola con una  botella de whisky , la factura de compra del carro nuevo y un montón de compras que él había hecho por su lado. Luego  empezaría la celebración   con su nuevo amor y a disfrutar las delicias del dinero.


Al quinto día  la pareja  viajo nuevamente con destino al llano, para  descansar  plácidamente en la finca de la viuda,  allí el novio permaneció  dos semanas, atendiendo la viuda y la  viuda disfrutando de las nuevas mieles del amor. Una vez decidió el nuevo viaje el enamorado, este le comunica que tenía que viajar y que permanecería lejos de ella más  o menos un mes   por que tenia he hacer otros negocios por el lado de Bucaramanga, Socorro y San Gil, negocios que  tenían igualmente que ver con algunas  viudas de esos lugares.


La viuda muy triste por  el viaje de su  nuevo amante, resignadamente acepta el viaje, no sin antes decirle que  le dejara el dinero producto de la venta del ganado que  habían llevado a Bogotá,  así como las llaves del carro nuevo que habían comprado para los dos, el  enamorador de viudas le dijo que el dinero se había gastado en  el carro , las compras, el viaje y el hotel y que no quedaba nada, ni un solo peso  y que más bien  necesitaba embarcar otros 5 viajes de ganado para llevar a vender ya que  no tenía dinero para su nuevo viaje.

 Y esa fue la gota  que  rebozo la copa, pues la viuda que era viuda 3 veces,  había quedado así en esa situación con los tres maridos, por que  los mismos habían querido robarle y disfrutar el dinero con  mujeres más jóvenes, luego ella los seguía sigilosamente  y cuando los encontraba con las amantes les disparaba   a los dos sin contemplación,  con  una puntería muy fina,  que jamás fallo  un solo disparo, y  los mataba. Después de los hechos, la viuda salía y se entregaba a las autoridades locales, mientras decía "Tiru lindu, Lindu Tiru", dicen que a uno de estos esposos, lo mato de un tiro que le dio en una espinilla y fue fulminante, por que la espinilla el muerto la tenia en la frente, luego los conocidos se mofaban de tan certera puntería; la viuda después de matar a los infieles  esposos, y luego de confesar su delito sin recato, al poco tiempo, salía libre ya que sus abogados siempre demostraron en su defensa,  ira e intenso dolor.


Cuando su ultimo enamorado le manifiesta lo del nuevo embarque de ganado, la viuda  saca  una carabina  marca Remington calibre 22 que había comprado  dos meses antes, para defenderse de los ladrones de ganado que continuamente llegaban a  su finca,  y ese día nuevamente  debió usarla para  un nuevo ladrón  no solo de ganado  sino también de corazones.

El  enamorador debió poner sus manos en alto, mientras Bethsabe le gritaba “que creyó su taya mapariu  que a yo me iba a robar, pues se jodió, tiene plazo de un mes pa devolverme mi plata, o si no lo busco y lo matu”. Mientras esto ocurría  uno  de  sus hijos le arrebataba las llaves de los  carros y  las hijas de la viuda, lo desnudaron y lo montaron amarrado a un tractor viejo,  lo llevaron esa noche al pueblo dejándolo  empeloto  y amarrado en el parque principal del pueblo.


Según contaron  después  de este suceso, el enamorador de viudas, llegó nuevamente a Páez a buscar a una  de las viudas que había dejado abandonada y  pobre para pedirle su perdón, mismo que no fue concedido y tuvo que irse  a vivir con su esposa a Bucaramanga con el poco dinero que le quedo después de haber  pagado el capital con intereses  del dinero que   había  tomado de la viuda mirafloreña Bethsabe en los llanos de Casanare.



Aquella viuda  que de verdad era “una taya” , no tomaba caldo de lengua para decirle la verdad a nadie y  por su valentía y coraje heredado en Miraflores, no permitió que fuera despojada de su riqueza, por parte de este  enamorador de viudas. Según cuentan, Bethsabé, murió en brazos  del sexto  de sus maridos cuando tenía la edad de 72 años mientras se quejaba de su enfermedad y  gritaba “ahora  si, quien sabe pa donde taya me voy a ir, si pal cielo o pal infierno”. 


1 comentario:

Anónimo dijo...


Escribe Elizabeth Skantz desde Estocolmo

Un relato que nos remonta a una y otra viuda y a uno y otro Don Juan “extranjero” que quiso engatusar a nuestras mujeres ricas e ingenuas.
Buena lección les da el escritor a estos malandros engatusadores , y también a las damas para que no se dejen engañar de cuanto apuesto Don Juan con sombrero bello y miel y azúcar en su hablar , empalagan el oído de la dama de turno y d desaparecen con el dinerito de la misma para disfrutar con otras damas más jóvenes y acordes a su condición.
Además, el escrito nos incita a usar bien el léxico taya y talla son dos cosas bien pero bien distintas.
Es aceptado por nuestra Academia de la Lengua usar y= ll pero ahí nos vienen las confusiones.
Relato de antes que podría también ser d e hoy. General y universal, eso le da peso a nuestro escritor Héctor Roldán que con sus escritos hace las delicias de sus lectores.