Anécdotas, Cuentos, Historias

domingo, 9 de septiembre de 2012

Un peludo aracnido.


La Araña. 

Es un arácnido grande  de color negro brillante;  con muchos pelos por todo lado;  vive  la mayor parte de  su vida  escondido en lugares oscuros  y solo de vez en cuando se le ve, cuando asoma la cabeza, o cuando  sale de su madriguera en busca de alimento…… generalmente son de gran tamaño mismo que se ve aumentado cuando   caminan. Estos arácnidos es común encontrarlos  bajo piedras, en lugares oscuros, y sitios abandonados.  Las arañas peludas  son muy populares en otros países del trópico  y en Colombia hasta se le han compuesto  canciones… yo vi una araña con pelos….. yo vi una araña con pelos…. En el alar de mi casa….

Esta historia trata de una muy particular profesora, que  dictó clases en el colegio en donde estudiamos. La Profe, en mención, era una señora cuando yo la conocí  de unos 45 a 50 años de edad  aproximadamente; pero como no había tenido los placeres de la vida mundana;  como muchas otras solteronas en el pueblo; todos le decían señorita, ella era  de contextura baja,  y medianamente gordita,  de piel trigueña,  casi siempre vestía faldas entubadas  en paño de un solo color  o a cuadros pero siempre  de colores oscuros; el largo  de las faldas era un poco más abajo de la rodilla y algunas veces unas muy pocas  veces; cuando se vestía mas sensual las faldas llegaban hasta las rodillas, las blusas casi siempre de color  blanco  o rojo y  algunas con flores grandes multicolores, las  chaquetas en paño o terlenka que no faltaban, la mayoría eran  de color oscuro;  y una que otra vez  una chaqueta roja; usaba unos grandes anteojos para la lectura y de vez en cuando se le veía con unos lentes oscuros grandes para el sol, nunca dejaba su paraguas grande también de color negro; mismo   que usaba con frecuencia durante los días de  lluvia o de sol; fue  directora de varios  cursos de las niñas más jóvenes y dictaba clases  en el colegio Sergio Camargo  no se desde que época exactamente.

Cuando la señorita entraba al salón de clases,  colocaba el material  de clase sobre el escritorio  y se sentaba en una silla dispuesta para tal fin;  su clase no era nada amena, la verdad era muy monótona;  en la  clase de ella  casi todos nos dormíamos o hacíamos otras actividades  mientras  ella hablaba y hablaba  y solo nos poníamos pilas, cuando  en medio de la clase decía  niño o niña x  Mateo 1: 23   lo que significaba  abrir la biblia y buscar hasta encontrar  lo que solicitaba;  yo  nunca había  usado la biblia  y menos sabia como se buscaba en la misma una lectura como tal y ahí  en esa clase, aprendí que Mateo era el libro, que 1 significaba capitulo 1 y  23 el versículo 23.. No  perdí del todo mi plata…..

Los escritorios de los salones de esa época eran mesas  de  cuatro patas muy sencillos  y muchos no tenían la tabla protectora del frente por lo que la persona que se sentaba quedaba mostrando sus piernas  siempre.

Este personaje, tenía una particularidad que casi siempre daba cantaleta pero sobre todo a las mujeres; les decía que debían portarse bien, que debían aprender  tratar con los compañeros y no permitir que  los niños varones les faltáramos al respeto  etc etc.

También recalcaba mucho en cómo  debían aprender a sentarse  y hacerlo  como unas verdaderas damas  y señoritas que eran…. Lo que les quería decir en el fondo era que debían sentarse con las piernas juntas y  no mostrar los calzones, para no despertar entre nosotros los adolescentes hombres la curiosidad por  saber que había más al fondo…..

En medio  de su cantaleta  y a medida que iba diciendo cosas y dándoles la lección a sus alumnas, de manera inconsciente iba abriendo las piernas y dejando  para deleite del publico  a la vista los calzones;  escena que nosotros le decíamos  “cuadro”.

El término “cuadro”  se usaba  para referirnos cuando una mujer que llevaba falda, estaba sentada  con las piernas  abiertas o entre abiertas y dejaba ver  al final del túnel los calzones; entonces uno disimuladamente se agachaba para ver con más detalle y ese era el cuadro. Luego si alguien tenía el privilegio  de  mirar primero la escena, botaba un lápiz al piso   o un cuaderno   y se agachaba despacio para recogerlo y torcía los ojos disimuladamente en dirección de donde estaba el “cuadro”…. Después de ese deleite  visual y momentáneo, se le comunicaba al vecino para que este también viera y así el otro y el otro hasta que  terminaba la función, bien porque las muchachas  se daban cuenta, o por que cambiaban de posición y  se cerraba el telón.

Nosotros    jóvenes adolescentes y ansiosos de saber, siempre estábamos  pendientes  y alerta de  cual  mujer   ponía la escena, bien fuera de las compañeras de clase, o de otras  de otros cursos, en los descansos o donde estuviéramos  y también esperábamos con ansia las clases  con las profesoras por que alguna en cualquier momento podía mostrar el cuadro;  pero había una  que nunca fallaba y esa era la famosa señorita.

El  remoquete de araña peluda;  salió producto de  una función de estas; dicen que en un año, en que ella  igual dictaba su clase, en un curso de solo hombres, en su gran mayoría adultos;  y todos  sabiendo lo de las altas posibilidades de ver “cuadro” con las profesoras;  estaban muy alerta a ver con quien y cuando  se podía observar el  espectáculo,  hasta que por fin en un día caluroso del mes de Marzo, se abrió el telón y  uno tras otro  empezaron a ver, a decir  y  a murmurar cosas  entre ellos;  uno decía que no tenia calzones; el otro decía que si,  uno  decía que  eran de color  negro , el otro decía que no  y así la discusión  continuaba en clase mientras se iba viendo la película; todo era un mar de conjeturas, que no llegaban a conclusión alguna; por lo que decidieron llamar a un perito que  evaluara y dilucidara  tamaño problema.

El perito, un alumno del mismo curso,  de mayor edad,  ya muy experimentado en las lides sexuales, con amplio y vasto  conocimiento en anatomía femenina,  era la persona más indicada para salir de este  conflicto,   por lo que su concepto fue solicitado unánimemente por  todos los interesados. Asi fue que  el experto  boto  un cuaderno al piso hacia un lado y un lapicero al otro, con el fin de tener más tiempo para ver detenidamente el fenómeno producto de la discusión.

El perito de manera muy calmada y con la paciencia   de un experto, se agacho lenta y pausadamente  a recoger  su cuaderno y su lapicero,  deteniéndose  varias veces  y  por varios segundos  para hacer  el avaluó  y   con ello emitir su concepto   y  descifrar  el enigma;  y  así dejar de lado la  polémica entre los demás compañeros.

Cuando concluyo el peritaje,   les dijo a los otros de manera salomónica, ceremonial y con la sapiencia de un experto  “no sean  pendejos que lo que se ve negro, muy negro,  adentro,  bien al fondo,  no son los calzones; son los vellos que se le salen de los calazones;  eso es lo que es y la señorita si tiene calzones; lo que pasa, es que al salirse los vellos sobre los calzones, se ve como  si fuera “ UNA ARAÑA NEGRA Y PELUDA…..”

Todos rieron  por el dictamen y desde entonces la famosa señorita, se quedo para siempre con el  apelativo  de la araña peluda; moquete que se transmito de generación en generación.

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