Anécdotas, Cuentos, Historias

domingo, 22 de abril de 2012

La Consistorial...


LA CONSISTORIAL…..


El termino consistorial; según  el diccionario de la real academia de la lengua  es un adjetivo que  proviene del sustantivo CONSISTORIO.

Consistorio; significa en algunos lugares  Concejo Municipal; Ejemplo: el consistorio  se ha reunido para programar las fiestas; pero también se usa para referirse a una junta que es celebrada por el papa con la presencia de  los cardenales;  y  también  para referirse a una casa de gobierno; o de la municipalidad en nuestro caso del municipio.

En Miraflores  la Consistorial se denomino a la calle que bajaba del  parque principal hacia la plaza de mercado; por el lado lateral de la casa de gobierno  o alcaldía municipal.

La Consistorial iniciaba  desde la  esquina de la alcaldía;  bajando por el costado derecho hasta el almacén de don Floro Arias ubicado en la  esquina superior de la plaza de mercado.

Por la parte izquierda iniciaba en la esquina del almacén de don Pablo Barreto;  hasta la esquina superior de la  plaza de mercado.

La consistorial; era y es  una de las calles más importantes del municipio, es el lugar por donde han transitado generaciones y generaciones de Mirafloreños; porque  al ser  la principal  calle de comunicación  entre el parque principal y la plaza de mercado es casi de obligatorio cumplimiento pasar por allí especialmente en los días de mercado Jueves, sábado y Domingo.



Hace unos años esta calle como todas las del municipio  eran empedradas; pero tiempo después fue pavimentada como las demás; perdiéndose un patrimonio muy valioso.

Bajando del parque principal por la esquina  de la alcaldía o sea por el margen derecho;  se encontraban unos grandes portones de madera pintados  cuando yo los conocí  de color rojo , luego los pintaron de color verde y después de color café; dependiendo de la   adecuación general del palacio municipal;,  estos portones eran entradas a la alcaldía por ese lugar ; y que al no ser usadas por  nadie decidieron en algún momento sellar la parte interna; para ser usadas como bodega, allí se guardaban los elementos usados por las personas que barrían  y arreglaban las calles y el parque principal que  eran denominados (BARRENDICHES); termino que a mí en lo personal no me parece; pero que es comúnmente usado para referirse a las personas que nos prestan el servicio de barrido y aseo de las calles.


Unos pasos más abajo había otra puerta, igual a la anterior  y el lugar era usado como cárcel para la detención de  mujeres;  allí   cumplían su pena; este salón fue la cárcel  de mujeres  por varios años hasta que tiempo después fueron construidas unas instalaciones en el lote aledaño y  su puerta ya era de lamina de metal  y rejas pintadas en color rojo…… más abajo  esta la casa de don Juan Alfonso,  una casa antigua de dos pisos pintada con carburo blanco, con  zócalo y puertas de color café oscuro hoy el hotel posada de don Juan;  a continuación era un terreno vacio de tamaño pequeño; en donde  se  construyo un edificio  de apartamentos de 4 pisos;  mientras que en el primer piso funciono siempre una cantina. 


Después  sigue la casa de don Floro Arias; una gran casa esquinera; de paredes blancas, con zócalo , puertas y ventanas de color verde oscuro;  que después cambiaron el zócalo por color rojo; don Floro; un comerciante de la  época   vivía allí   y tenía una ferretería y un  almacén  de víveres grande y muy bien surtido.

Por el lado Izquierdo bajando del parque la calle iniciaba en la esquina de la casa y almacén  de víveres, y rancho, de don Pablo Barreto; allí en ese almacén era muy rico comprar Helados que fabricaban ellos mismos; don Pablo era el propietario de toda esa cuadra es decir desde  la esquina del parque hasta la esquina superior de la plaza de mercado por el margen Izquierdo; los muros  de estos terrenos; eran hechos en  barro pisado;   y tenían  teja de barro que los cubría; y su color era un amarillo mostaza combinado con un color verde oscuro: tiempo después conservaron el color amarillo pero  ya el zócalo era de color rojo; en esa cuadra solo habían una o dos puertas de color verde lo demás era solo muro con tejas de barro.

Por la calle de la consistorial;  todos días de mercado el movimiento era  bastante;  por allí pasaban todas las personas que se dirigían a la plaza a hacer el mercado y por supuesto de regreso llevándolo a su casa. Lo que hacía el lugar preferido para que  se instalaran  en las aceras personas limitadas físicamente  y en regular estado de  salud; así  como ancianos, y ciegos,  pidiendo limosna; misma que se  proveía  bien en dinero o en especie (alimentos) esta contribución siempre fue dada con aprecio y recibida con agrado.

Pero también se ubicaban los vendedores de lazos fabricados en fique; era común ver allí a las personas trabajar mientras esperaban un cliente para venderle el producto. Su trabajo consistía en torcer el fique para formar los lazos y se hacía manualmente con el fique entre las piernas sostenido por el pie y con las dos manos friccionándolo hasta formar una cabuya delgada; o también friccionándolo contra el muslo de la pierna; después usando un implemento llamado tarabita; unían varias cabuyas dándole vueltas  hasta formar el lazo. 


La tarabita era una tabla pequeña que  se unía con un palo   a través de un orificio que le permita  girar en el eje y a la vez ir entrelazando las cabuyas una con otra sin que se enredaran; hasta formar el lazo completamente.

Allí en esa calle también se ubicaban algunas vendedoras de canastos; ollas de barro y juncos.

Algún día de los tantos días de mercado;  paso un muchacho por el frente de dos cieguitos que estaban allí pidiendo la limosna y por tomarlos del pelo;  les dijo; “ahí les dejo un peso para que se lo repartan…” las dos personas le creyeron; y  asumían que el otro tenía el peso; por lo que  en horas de la tarde vino la discusión ; luego uno  le decía al otro que le diera su parte;  por supuesto   la discusión termino en golpes por los dos cieguitos,  con su tacto se ubicaron  y se lanzaron más golpes; pero  en uno de esos golpes  uno de ellos se cayó; entonces al caer;  encontró la pierna del otro  y lo agarro muy fuerte hasta que lo tumbó también; y  salieron por la consistorial abajo  dando vueltas y golpeándose  contra  todo; la pelea duro un  buen tiempo y nadie los separaba,  sino que le  les hacían barra para que siguieran en la pelea  hasta que paso por ahí  el gerente de la  empresa Márquez   un señor de apellido Ramírez, separándolos y no permitiéndoles mas pelea; sin embargo ellos insistían en su parte correspondiente del peso que el muchacho supuesta mente les había dejado… el señor Ramírez, les explico que  el muchacho lo había hecho  por tomarlos del pelo  y que la próxima vez no se dejaran engañar  y saco  dos  pesos dándole a cada uno su peso correspondiente;  mientras insultaba a todos los presentes por no haber ayudado a que la pelea parara.

Tiempo después el mismo muchacho paso nuevamente por cerca de ellos y les dijo lo mismo y uno de los cieguitos por la voz lo identifico y saco una vara  de café que usaba como  bastón y se la descargo  con fuerza en  la espalda  al muchacho dejándole un gran moretón..

Cuando el muchacho, llego a donde el papa llorando, este le pregunto qué había pasado y el muchacho  le conto lo sucedido en la calle de la consistorial con el ciego.

El papa se fue a preguntar y los ciegos le contaron que el muchacho era el mismo que  los había hecho pelear anteriormente por el peso..

No se pregunto más: y el papa salió  a donde estaba su hijo y le dio  una golpiza que jamás olvido….

El joven muchacho era el hijo del señor RAMIREZ mismo señor  que   en la pelea por la repartición del peso  había separado a los ciegos.

Después de esta paliza;  el señor Ramírez  mando a  su  hijo a la casa; ellos Vivian por  la salida hacia Páez;  dicen que cuando llego su mama llamada doña Anita también pregunto  qué había pasado; el  joven le conto y la  mama le dio  una paliza adicional por haberse burlado de personas discapacitadas….


Hoy la consistorial  sigue siendo una calle tan importante como antes; ahora está construido por los dos lados de ella, hay edificios  de apartamentos, locales comerciales,  en donde funcionan diferentes negocios; algunas casas como la de don Pablo Barreto fueron demolidas;  allí hay construido un edificio   con un diseño arquitectónico muy particular; que como otros tantos de esa cuadra ,  desafían el gusto arquitectónico tradicional  que siempre ha estado presente en el pueblo.



Otras casas  han sido modificadas en  hoteles,  y unas se han mantenido como eran antes; en el centro han construido  materas de ladrillo en las cuales hay plantas sembradas y es una calle completamente peatonal.


Son los cambios generacionales  de la arquitectura  del pueblo  que combinados con desarrollo  van modificando el paisaje urbano dejando en unos solo los recuerdos del pasado, las historias  vividas en ese entonces. y una mezcla  en su arquitectura local que  dan ganas de llorar.


1 comentario:

María Ligia Ballesteros Barreto dijo...

Me haces recordar la linda casita de estilo colonial del señor Pablo Barreto, la que fué y como tu lo cuentas, demolida y construído allí un enorme edicifico que para mí, rompió totalmente con la armonía de la arquitectónica del lugar. Yo, como siempre,fuí muy del compartir con mis abuelitos. Alguna vez, muy niña, mi abuelita paterna María Rosalbina Espinosa Muñoz (Q.E.P.D), me llevó a donde el Sr. Pablo Barreto a comprar el mercado de víveres para la semana. Ella utilizaba su acostumbrado, auténtico y bello pañolón negro elaborado en fino paño. Coincidió en que en el mismo lugar había otra señora vestida muy similar a mi abuelita y yo, en un momento de distracción, me hice al lado de ella. Mi abuelita al terminar de adquirir el mercado, lo echó al hombro en el acostumbrado pollero y salió del sitio, camino a casa. Después de andar varias cuadras y observar que la nieta no iba con ella, muy preocupada, se devolvió en mi búsqueda y me encontró en el mismo almacén del Sr Barreto, al lado de la otra señora, la que yo creía era mi abuelita. Luego de hacerme un llamado de atención, dulcemente me tomó de la mano y me llevó con ella. Este momento es inolvidable por dos situaciones: - El recordar con nostalgia a mi abuelita, con quien conviví casi la totalidad de mis estudios de primaria. - La desaparición de la casa colonia, el que fue otro desacierto administrativo, el permitir su demolición.