La Piscina del colegio en Miraflores
La
construcción de la primera piscina en
Miraflores, solo era un hueco sencillo forrado en hierro y cemento,con una entrada y salida de agua; estaba resguardada por una cerca en alambre de púa
y mallas que aislaban del agua a las personas y animales, tenia unos amplios corredores por donde se podía caminar, descansar o
correr, allí se carecía de duchas y un lugar en donde poderse colocar los diferentes
trajes de baño, entonces las mujeres algunas lo llevaban puesto desde la casa
bajo su vestimenta normal, otras lo llevaban en bolsos y se vestían haciendo sombra con una toalla que era sostenida por una amiga; mientras que los
hombres nos poníamos la camisa por delante, nos bajábamos los pantalones, los
calzoncillos y de una nos poníamos nuestro chingue.
La
administración del colegio al ver esto construyo una ducha al aire libre, y una caseta pequeña con
dos divisiones que servían como vestier y se designo una para hombres y
otra para mujeres en donde se entraba para cambiarnos. Como siempre no falto el inteligente que hizo un hueco en la pared para
poder ver a las compañeras y demás mujeres que entraban a cambiarse, este
huequito permaneció por meses sin que se
notara y el que primero se diera
cuenta de la entrada de las mujeres a cambiarse y posicionarse del mismo, era dueño temporal luego se cobraba $0,25 ctvs por dejar
que uno acercara sus ojos solo unos segundos por dos veces para ver las nalgas y lactas peladas de las mujeres que allí entraban a vestirse,
la fila era de unos 4 o 5 máximo el
tiempo era como en todo el mayor enemigo, por lo que solo en segundos se podía
ver para dar paso al siguiente antes de
que se cerrara el telón; con ese peso
ganado o más, se completaba para la gaseosa
con galletas, un helado, o unas papas chorreadas deliciosas que hacía y vendía Marina allí en el campin.
Por ese famoso huequito de los vestidores, muchos niños de la época, pudimos observar por primera vez los cuerpos desnudos de mujeres adultas y no salíamos del asombro fácilmente; es así que aun se recuerda como si fuera ayer y se continua en la recuperación lenta de estos choques visuales, hormonales y sensuales de los que fuimos atrapados por nuestra curiosidad e inocencia.
Después de un tiempo las mujeres se dieron cuenta de la pilatuna, entraban y mientras una se desvestía la otra con un palo estaba pendiente de empujarlo por el hueco cuando se asomaba el primer mirón, en una ocasión una de ellas llevo ají liquido y cuando se acerco el mirón le roció el ají en la cara dejándolo tan mal que se tuvo que llevar de emergencia al hospital siendo atendido por el Doctor Ortiz, quien estaba de turno ese día y se encontraba tomándose unos tragos en Santa Bárbara, por lo que hasta allí debió correr el portero del hospital a avisar de la emergencia. A partir de ahí se termino la manía de estar viendo y curioseando los cuerpos desnudos de las muchachas.
Años
después me entere que las muchachas también les gustaba mirar cuando los
hombres entrabamos a cambiarnos, pero solo que ellas se subían sobre un asiento
de cemento que estaba dispuesto dentro del vestier y por la parte superior
entre el techo y la pared podían ver
nuestros atributos; luego salían a secretarse, a reírse, a dar calificación y aprobación de lo observado de acuerdo con la edad y gusto.
Para
ver espectáculos de cuerpos de los
bañistas, solo se tenía que estar
presente, y muy atento, es que ver un
cuerpo humano de hombre o mujer mostrando su intimidad era algo que
causaba mucha curiosidad, a todos hombres y mujeres, no solo por nuestra
edad sino también por la época, en donde todo el mundo era muy mojigato y la
sexualidad era vista con mucho recato y nuestra educación familiar , la recibida en la escuela y colegio jamás toco de manera clara, precisa y concisa un tema tan sensible como estos.
En
una ocasión una estudiante normalista de ultimo año, una mujer de unos 24 años más o menos, estando en la piscina con su
traje de baño enterizo de color amarillo, sus compañeros empezaron a corretearla
por el borde, ella corría bastante y no
la alcanzaron en la primera vuelta, por lo que decidieron separarse en dos
grupos uno por cada lado hasta que lograron atraparla, pero ella muy ágil y
fuerte, se les descabullo y dentro de este forcejeo, su vestido de baño le
quedo corrido de entre la pierna, mostrando todos sus genitales, ella corría y
los otros detrás tratando de alcanzarla,
y los demás riéndonos del espectáculo, mientras las amigas le gritaban que se
tirara al agua pero en el desespero, la
adrenalina y el ruido de todos no escuchaba nada y seguía corriendo; solo hasta después de tres vueltas una amiga se paro y cuando paso por el frente la
empujo al agua.
Las
competencias de natación eran muy
frecuentes y allí participaban los mejores nadadores, por categorías, edad y
estilos de nado (100 o más metros, libres, espalda, pecho, mariposa). Para ello
debían entrenar diariamente y estar en forma, luego salían en horas de la mañana entre 5 y 6 de la
mañana a entrenar o en horas de la tarde, y por supuesto allí no podíamos
faltar los espectadores, en una ocasión una hermosa dama que aun hoy recuerdo,
entrenando el estilo espalda, se le
salió un tetero mientras nadaba, por supuesto ella no se dio cuenta y siguió
nadando hasta completar los 200 metros (8 piscinas) para los que se estaba
preparando; nosotros niños quedamos perplejos de ver su exuberante lacta de color muy blanco flotar y moverse al ritmo del braceo, hacia arriba y abajo
hacia adelante y atrás a medida que avanzaba en
el entrenamiento, muchos le
gritaron pero ella no escucho. Solo hasta que termino los 200 metros, salió y se
dio cuenta de lo ocurrido, muy roja y achantada
permaneció, por haber mostrado una de las blancas, hermosas y protuberantes
mamas. Mientras nosotros tristes,
cabizbajos y desalentados de no poder continuar con el espectáculo.
Con
frecuencia entre grupos de solo damas o
solo hombres el piscinazo se hacía
completamente en bola, y cuando
alguien se acercaba se corría al agua y
se permanecía sujeto a las paredes
mientras se iba el intruso, pero
en ocasiones el intruso entraba a agua también, luego todos
a vestirse dentro del agua rápidamente y a reír socarronamente.
En otras ocasiones se sentaban en grupos alrededor de la piscina bellas y hermosas jóvenes, con sus bonitos trajes de baño y en poses muy sensuales que nos observaban coquetamente y lanzaban unas miradas insinuantes juveniles a los que estábamos por allí sacando pecho y dándonosla de don juanes; entre ellas apostaban a cual de todas mirábamos mas, o cual era la mas admirada y coqueteada por nosotros y esa era la ganadora, hasta que una de las mamás se entero y le pareció muy indecente ese hecho; entonces se regó la bola entre las madres y les prohibieron a todas volver a la piscina.
En otras ocasiones se sentaban en grupos alrededor de la piscina bellas y hermosas jóvenes, con sus bonitos trajes de baño y en poses muy sensuales que nos observaban coquetamente y lanzaban unas miradas insinuantes juveniles a los que estábamos por allí sacando pecho y dándonosla de don juanes; entre ellas apostaban a cual de todas mirábamos mas, o cual era la mas admirada y coqueteada por nosotros y esa era la ganadora, hasta que una de las mamás se entero y le pareció muy indecente ese hecho; entonces se regó la bola entre las madres y les prohibieron a todas volver a la piscina.
A
los hombres también nos pasaban cosas,
era frecuente ver como se hacía
un nado llamado la alcancía que era entrar al agua, quitarse la pantaloneta y
sacar todo el tren posterior sobre el agua de manera que solo se viera esta parte del cuerpo, es decir
nalgas arriba. Eso se hacía con
frecuencia mientras los espectadores hombres y mujeres se reían a carcajadas, hasta que en una ocasión llego el Vicerrector del colegio y nos encontró a varios dando la función y a varias muchachas haciendo barra por lo que no solo nos llamo la atención muy fuerte, sino que mando a llevar a los papas para darles a conocer la clase de hijos que tenían en el colegio estudiando.
Mientras
unos nadaban otros descansábamos boca abajo a pleno sol, pero la parada de allí era muy incómoda ya que la
tirantez que se sentía bajo la
pantaloneta no disminuía rápido, por lo
que el calambre llanero debía ser eliminado entrando al agua rápidamente,
mientras las muchachas observaban, señalaban con el dedo y se reinan a
carcajadas mientras nosotros pasábamos colores por la vergüenza.
En
una ocasión, un grupo de mujeres,
agarraron a un amigo, lo sacaron de la piscina y le quitaron la
pantaloneta dejándolo empeloto fuera del
agua, ese día era un sábado y la piscina estaba muy llena de gente, acto
seguido le escondieron la ropa por la
entrada del colegio en donde había una estación meteorológica, nadie lo quiso
ayudar y debió permanecer empeloto dentro de la piscina por varias horas hasta
bien entrada la noche.
Allí
se podían observar muchas cosas risibles, como
la presencia de sapos acompañando a los bañistas, la familia dándose un baño de popularidad mientras destapaban ollas llenas de gallina y
alimentos varios, era como ir al rio pero sin cocinar y no faltaba el
despistado que se enjabonaba, se restregaba
el cuerpo con un estropajo y se tiraba a
la piscina a quitarse el jabón.
Tiempo
después y lentamente se fue descuidando el lugar, ir ya no era agradable para nadie,
el agua de pésima calidad, llena de cucarachas, sapos, culebras excretas y
basuras, los filtros se destruyeron, se agrietaron los pisos internos y externos, la
quebrada disminuyo su cauce producto de la deforestación, las mallas protectoras se cayeron, entraban vacas , burros marranos y gallinas; y estas aguas putrefactas se volvieron un criadero de sapos, ranas y zancudos.
No
sé con exactitud hasta que año funciono la
piscina del colegio y primera
piscina publica de Miraflores, pero lo
que si se, es que el tiempo, la deficiente construcción que sumada a la mala administración,
desidia y abandono total, fueron los encargados de sepultar para siempre los sueños, los esfuerzos físicos, económicos
y demás de un pueblo que con su
sacrificio, voluntad y verraquera lograron hace años tener este lugar de
esparcimiento para todos.