La piscina del Colegio…
Miraflores
desde siempre ha tenido cultura de agua; y los habitantes tuvimos que aprender a nadar en
las diferentes fuentes hidrográficas de nuestro municipio.
Desde niños algo muy
importante que se debía aprender era a
NADAR y a falta de una piscina, los
pozos veraneros que se formaban en el rio Lengupá como en las quebradas de la Mocasía, La Tobasía, la
Susía, la Rusa, eran los lugares preferidos y obligatorios para hacerlo; allí a
los diferentes lugares en donde año tras
año se formaban los pozos
los niños íbamos a aprender a nadar, con la tutoría de otros mayores o
de los padres o de los profesores de la escuela o el colegio. Porque los paseos
al rio o a las quebradas no podían faltar
entonces se iba caminando hacia los pozos del Limonar en el
río Lengupá, o a la Mocasía a los pozos denominados el Ombligo, el sapo o la
quincha que quedaba más abajo del ombligo, o
bajo el puente de la Tobasía en la carretera que va hacia Páez
Esa
cultura ancestral del agua y sus desafíos jugaba un papel importante dentro de
la formación personal, pues no saber
nadar era algo asi como no saber leer,
luego la gran mayoría de los Mirafloreños sabemos nadar, unos más
que otros pero todos nos defendemos en el agua.
Somos
o éramos nadadores de rio, de esos
nadadores que la única técnica que se tiene es saber flotar, mover los brazos y pies de manera ruda, fuerte y poco armonizada que solo permite ir de un lugar a otro dentro del agua y
la sobrevivencia en caso de una
emergencia.
Todo
esto ocurría porque Miraflores no tenía
desafortunadamente un piscina en donde este deporte de la natación se pudiera
practicar adecuada y técnicamente. Luego la necesidad local, mas la
cultura despertó en alguien la idea de
construir la primera piscina del pueblo.
Bueno;
mejor dicho la primera piscina grande amplia con características especiales
para la práctica de la natación; porque ya existía en el pueblo una piscina
especial en la que solo tenían acceso los mayores de edad que frecuentaban el
lugar en donde estaba esta otra piscina.
Esta
piscina no era más que un tanque de agua construido en cemento y ladrillo que
almacenaba las aguas lluvias del
invierno mientras que en el verano era
alimentado por agua del acueducto municipal; sus medidas eran más o menos de
3X5x1 metros; y era usado como piscina
no por los veraneantes, sino por los asiduos clientes de doña Rosario allí en
su negocio LA CITA.
A
la CITA llegaban los más diversos clientes a calmar las presiones
hormonales y a disfrutar en compañía de
las damas que atendían el lugar y de paso hacían uso de este tanque que todos le llamaban piscina;
allí en la cita y en la piscina de doña
Rosario, era frecuente encontrar a médicos, abogados, jueces, policías,
profesores, comerciantes, trabajadores, estudiantes y en varias ocasiones hasta
el cura párroco del municipio, que después o antes de la faena amorosa
disfrutaban de las aguas frescas, acompañados de buenos tragos y damas
lujuriosas en paños menores o sin nada.
Todos
los asiduos visitantes que se encontraban allí en donde doña Rosario, guardaban
el secreto de sus furtivas actividades; y de manera tácita e inmediata quedaba
firmado un pacto de sangre, de esos que
no se rompen porque todos tienen el mismo pecado y con ello protegerse de las
lenguas chismosas, de la crítica social y del repudio de las damas
de la sociedad.
La
idea de la construcción de una piscina municipal surge en cabeza del rector del
colegio el profesor Salvador Rodríguez,
quien en compañía de otros profesores, buscan el apoyo de la secretaria de educación departamental, la alcaldía
municipal, el instituto de deporte de Boyacá, los padres de familia y por supuesto
los alumnos. La idea que le asalta la cabeza al señor rector Rodriguez, se debido a que muchos jóvenes y niños de ese entonces, se bañaban en las cristalinas y abundantes aguas de este chorro o quebrada la Menudera, para ello represaban sus aguas de manera temporal con barro y piedra, y excavaban con palas y picos para formar un pozo mas profundo en donde pudieran zambullirse, luego de ahí sale la idea de construir un gran tanque denominado piscina. En ese chorro habían anguilas y pescados de diversos colores tipo acuario, mismos que se fueron acabando al poco tiempo y definitivamente desaparecieron todos con el paso de los años.
Para la construcción, se asigno un lote de terreno en la parte superior del colegio sede el
campin, que tenía como característica especial el paso de la quebrada LA
MENUDERA; que podía abastecer de agua
permanente y cristalina la piscina, sin necesidad de mucho tratamiento.
La
construcción se empezó más o menos en el
año 1970 o 71 a pico y pala; para la
excavación se usó mano de obra estudiantil; es decir a los estudiantes de la época se les impuso la orden de hacer trabajos allí a
cambio de nota de algunas materias como
educación física, manualidades y otras, también en varias ocasiones se castigaron a muchos por su indisciplina o por cualquier evento no aceptado o tolerado por los profesores enviándolos
a picar y remover tierra por horas para
la construcción de la piscina.
El
municipio, la asociación de padres de familia, el departamento, el instituto
del deporte de Boyacá y toda la sociedad local fueron protagonistas en la
construcción de la piscina del colegio
que culminara años después mas o menos para el finales de 1974.
La
excavación, la construcción con hierro cemento y arena por montón, no sé en qué condiciones técnicas se hizo; la verdad nunca he
sabido sobre la participación de algún
ingeniero, o de planos, o de cálculos de
resistencia; al parecer se hizo con la dirección de algunos maestros de obra
locales, la de algunos de los
profesores, y la fuerza bruta de obreros
y estudiantes.
Esta
piscina después de tanto esfuerzo físico y económico por
varios años al fin llego al punto de llenado o de prueba, sus
dimensiones más o menos de unos 25
metros de largo por 9 de ancho, la parte
más profunda 4, 50 metros mientras que en la parte más superficial algo asi
como 1 o 1,20 como máximo.
Cuando
se realizo la prueba y durante varios meses, esta obra tenia los pisos y paredes recubiertas con cemento a
la vista y asi se puso a disposición de los estudiantes y público en
general.
La
entrada del agua se hacía por dos
conductos que la transportaban a través
de tubos de GRES que se conectaban a los
tanques de purificación. Los tanques de purificación eran 3 o 4 tanques
elaborados en ladrillo a la vista,
construidos dentro de un cauce temporal
de la quebrada , en donde se iniciaba el punto de captación, los tanques se
llenaron de piedra bolón o bola o redonda
de diferente tamaño, que provenía del
rio Lengupá, haciendo la función
de filtro retenedor; luego el agua
entraba por los orificios de los tanques, y mediante el proceso físico de
reposo y decantación, las partículas flotantes
se sedimentaban lentamente en cada tanque, y asi el agua cada vez más
limpia pasaba de tanque en tanque hasta llegar al último tanque el cual estaba
recubierto con cemento y de allí salían los tubos de gres que la conducían
hasta la piscina.
En
época de invierno, se debía disponer de un trabajador que desviara del punto de captación las aguas de la
quebrada hacia su cauce natural para
evitar la entrada de aguas llenas de barro a los tanques de sedimentación y por
ende a la piscina; ya que si esto ocurría, el fondo de la misma, quedaba lleno
de lodo.
La salida del agua era por un orificio dispuesto en la parte superior del limite máximo de llenado y de allí caía libremente al foso mayor de unos 5 metros de profundidad en donde había una válvula grande giratoria de color rojo que permitía la evacuación total del agua cuando había que hacer limpieza.
Con
la piscina en funcionamiento, los paseos al rio y las quebradas bajaron de calificación y entonces el paseo era los
sábados y domingos ir al campin a tirar piscina, allí dábamos rienda suelta a nuestras
aptitudes en el agua, jugábamos, y
disfrutábamos mucho en compañía de amigos,
compañeros y compañeras del colegio.
El
área adyacente a la piscina se cerró con alambre de púa y malla, para evitar la
entrada no autorizada de personas, los estudiantes podíamos hacer uso de las instalaciones gratis cuando teníamos
clase de educación física o cuando nos colábamos por medio de la cerca de
alambre, los particulares debían pagar un precio mayor que el
de los estudiantes, las boletas las vendía Marina, quien trabajara y viviera durante años en el Campin y en la
puerta permanecía otro trabajador cuidando y
pidiendo las entradas.
En
esta piscina se pudo poner en práctica el deporte de la natación ya que en las clases de educación física el profesor
de turno en ese entonces el profe Pulido nos enseñaba algunas técnicas
elementales como aprender a respirar, movimientos sincronizados de pies y
brazos flotación, nado mariposa, espalda, pecho ,libre etc.
En
la semana cultural y en otras ocasiones
se hacían competencias de natación, asi mismo se preparaban allí los
deportistas que representarían el colegio en los juegos intercolegiados en esta
disciplina.
Allí
practicaban con frecuencia algunos que eran buenos nadadores no de rio sino de piscina,
como los miembros de la familia Klevens,
de la familia Moreno Guzmán,
algunas de las Fernández y otros más que no recuerdo exactamente.
Mientras
que nosotros los nadadores de rio
jodiamos la vida, jugábamos, nos reíamos y veíamos con asombro y embebecimiento como nadaban de bien todos estos
participantes.
Continúa en la PARTE II....
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