O el Puente de Oro de los llanos.
Bienvenida liberal al presidente. |
Miraflores,
desde la época de la colonia, ha sido un punto geográficamente vital, es asi
que cuando se da el grito de independencia, en el año de 1810, en Santa fe de
Bogotá se enteraron de que por este
punto había un camino directo de comunicación entre los llanos COLOMBO-
VENEZOLANOS y la capital, luego, en el año
1811, fuerzas realistas a cargo de un curtido oficial español, hacen
presencia por estos lugares del Lengupá,
por que preveían que por este camino se desplazaría de manera muy rápida, el gigante que venía procedente de los llanos
colombo venezolanos, al mando de Simón Bolívar; la inteligencia militar y los estrategas del entonces ejercito de
Bolívar, al saber que este camino más corto estaba militarizado por los
españoles, llevo a que el desplazamiento de la tropa libertadora
hacia la capital, no fuera por esta vía de Miraflores, sino que debieron tomar la
ruta de Pisba-Paya.
Fernando VII el rey de España, quien luego de
ser liberado por parte de los Bonaparte, y quien se negara de manera categórica
a firmar la constitución de Cádiz, en la que los criollos reconocían la autoridad real y afirmaban la independencia, envía a Pablo Murillo, el “Pacificador” quien
con toda la autonomía y apoyo real debía restablecer el viejo orden; por ordenes
de Murillo, en 1815-16, en Miraflores, es instalada una base militar española,
que fue sustentada con hombres del ejército del rey. Puesto que por allí por
Miraflores, al ser un camino
estratégico, se corría el riesgo
que nuevos refuerzos de los
llanos colombo venezolanos hicieran
presencia en la capital.
Varios
años después, en el Gobierno del entonces presidente Enrique Olaya Herrera, y viendo la importancia
no solo militar sino económica, y por
presión de algunas personas prestantes del entonces, se expide la ley que por orden del presidente, otorgaba fondos
para la “Vía del
progreso”, que uniría a la
capital Tunja con la región del Lengupá, en un primer tramo hasta
llegar a Miraflores y en etapas posteriores hasta llegar a Monterrey.
Chulavitas fot. Campo H. |
Por
el año 1949-50, luego de la muerte de Jorge Eliecer Gaitán, el ministro de
guerra Roberto Urdaneta, por orden directa
del presidente Mariano Ospina Pérez,
envía a Miraflores cientos de
soldados, que acompañados de asesinos particulares al servicio del estado,
reclutados en la vereda de la Chulavita del municipio de Boavita, son acuartelados en Miraflores y otros
municipios, con el propósito de contener y
acabar a los liberales,
quienes también en ese momento tenían
como vía principal para llegar a Bogotá
los caminos que pasaban por Páez y Miraflores, pero que con el cerco militar no fue posible ninguna movilización y los
combates se debieron desarrollar allí en
la región del Lengupá, hasta que el
general Rojas Pinilla declara un estado de paz y tranquilidad, sellado con la
entrega de las armas por parte de los liberales, en Monterrey Boyacá hoy Casanare.
A partir de esa fecha, Miraflores se convierte en la “Perla del Lengupá”, por su floreciente economía, el trabajo de su gente, y el emprendimiento
de muchos de ese entonces en lo relacionado con agricultura, ganadería y
comercio, que sumado al intercambio comercial y cultural con los llanos de Casanare
Arauca y Meta, muchos le asignaron también el nombre de “Puente de Oro de los llanos”.
Tropas Miraflores, fot Mexico, C. Rojas. |
La
carretera del progreso, desde ese entonces
ha sido una vía de gran
importancia para toda la región ya que es una vía que une de manera rápida la capital de la república con los llanos de Casanare, pero
desafortunadamente ha sufrido los embates políticos desde antes de la
construcción, pues los intereses militares y políticos, no han permitido que
incluso al día de hoy, se tenga culminada, aunque en el mapa vial del país
aparezca desde hace unos cuantos años como una vía de primera categoría.
El
inicio de la construcción de esta vía,
en el gobierno de Olaya Herrera, que
continúo en el gobierno de Eduardo
Santos y culmino de manera parcial hasta Miraflores en el gobierno de Alfonso López Pumarejo, se hizo a pico y pala, y el día 8 de mayo, de
1938,a las tres de la tarde, se inauguró
esta importante vía nacional por el
presidente Alfonso López Pumarejo.
Primer carro For Raul Moreno. |
Para
La inauguración de la vía, el presidente pernocto en Tunja, en compañía de la comitiva y algunos de los ministros más
importantes de su gobierno, el ministro de educación, José Joaquín Castro Martínez, el ministro
de obras públicas Cesar García Álvarez, el ministro de Correos y Telégrafos
Nicolás LLinás Vega, y el ministro de gobierno Alberto lleras Camargo, más
conocido en el argot popular como el Muelón Lleras.
La
caravana de más de 20 vehículos, fue
acompañada por el gobernador de Boyacá,
y todos sus secretarios, los diputados del entonces y una gran cantidad
de periodistas, entre los cuales se destacaban los del periódico” El Tiempo”,
quienes al finalizar hicieron una gran crónica de lo majestuoso de la región
del Lengupá. Al paso por los diferentes municipios, la comunidad salía con banderas
a saludar la singular caravana, pues no solo pasaban por estas tierras los más importantes personajes del país y del
departamento, sino una gran cantidad de carros, que jamás se habían visto, ir uno tras otro, por esta vía, era algo jamás visto por sus habitantes quienes a
duras penas sabían que existían los carros, luego los lugareños no solo
agitaban las banderas, sino también se
quitaban el sombrero mientras a grito entero decían bienvenidos “susmercedes”.
Recibimiento presidencial Fot, Zetaquira. |
La
caravana presidencial y departamental, fue recibida en Zetaquira por más de 350
jinetes, que provenían de Miraflores, Páez, Chámeza, Sirasí, Campo
Hermoso, Berbéo y San Eduardo, jinetes
que en sus mejores caballos elegantemente aperados sentían el más grande
orgullo de tener una carretera que llevaría
mucho progreso y riqueza para la región,
luego darían la mejor bienvenida a quien después de unos cuantos años les iba a entregar el tan anhelado sueño.
El
presidente y su comitiva siguieron acompañados de los cientos de jinetes, quienes libaban
licor, y al ritmo de conjuntos de música de cuerda y pólvora celebraban la llegada a la región de tan importantes
personajes del país, a Miraflores
llegaron a la 1 :45 de la tarde, se apearon de los caballos y vehículos y
fueron invitados a almorzar a la casa de
Santos Acosta, en donde sirvieron gallina criolla, y carne asada acompañada de arroz, plátano y yuca, de bebida sirvieron limonada hecha con panela y limón mandarino,
jugo de naranja y mango, y un guarapo suave preparado con miel
fresca de caña, mismo que acompañaron con
algunos licores de la época.
Discurso presidencial Miraflores. Fot H. Roldan |
A las
tres de la tarde, después del discurso
del gobernador, de los ministros
y del presidente, en la plaza pública, se corta la cinta tricolor, que daba por
inaugurada la carretera “Del Progreso”;
la cinta tricolor es cortada con una tijera que prestara y llevara
personalmente “Carmelita”. Carmelita, fue una joven
mujer, que para la época
colaboraba en la organización de bienvenida de la comitiva presidencial, y quien preparo una de las viandas ofrecidas en el almuerzo,
una rica mantecada, que fue acompañada
con un suave y delicioso masato de arroz
y que los invitados degustaron después
del almuerzo.
Carmelita,
muy elegantemente vestida, llevaba una bandeja de plata que había prestado la
familia Santos, la cual iba sobre ella un mantel blanco debidamente almidonado
y sobre este, la famosa tijera de Carmelita. Cuando Carmelita estira la mano con la bandeja que
llevaba la tijera para que el presidente
López cortara la cinta, es recibida por el ministro de gobierno, Alberto Lleras
Camargo, quien de manera disimulada, le sujeta la mano pausada y suavemente a Carmelita, que sumado a un guiño de su ojo le hace entender
lo interesante que estaba.
Mientras
el presidente corta la cinta, atiende a
los lugareños, da instrucciones, y celebra
con la población de todo el Lengupá, liberal y conservadora, el Ministro
Lleras, le comenta a López que quería visitar la tumba de su pariente el General Sergio Camargo, quien falleciera allí en Miraflores, en el año de
1907 y que estaba enterrado en el cementerio local, a lo que el presidente asintió; acto seguido, el ministro
Lleras, invita a Carmelita, a que junto
con otros tres miembros de la comitiva los lleve al cementerio, propuesta que la joven mujer no pudo resistir,
después de esta visita de Lleras a su pariente en el cementerio, Carmelita le
pregunta que como le había parecido la mantecada y el masato de arroz que habían
servido después del almuerzo, el fulano no solo responde que era la mejor mantecada y masato que hasta esa fecha se había
tomado, sino que además quería llevar
como presente para su esposa, (Berta
Puga, una Chilena con la que se había
casado en 1931) unas cuantas porciones
de esa rica mantecada; Carmelita no resistió
el halago de su rica receta, sino que sumado al hecho de haber sido tocada su
mano suavemente por el ministro, el
guiño de ojo mientras entregaba la tijera para cortar la cinta, mas la solicitud de compañía, a visitar la tumba
de su pariente, lo invito muy sonriente y amablemente a que
visitara su panadería, un lugar llamado
“la Cascada” que estaba muy cerca del parque principal, el Ministro quien
gozaba de la juventud, el poder y el dinero, acepto la invitación y fue directo a “la Cascada”; allí sentados en una banca de madera cerca a las
vitrinas en donde se mostraban los
diferentes panes, que se preparaban en la
panadería, el ministro y los
demás acompañantes libaban licor, que acompañaron con una buena y fermentada chicha que les llevo un señor de apellido Cendales, mientras tanto Carmelita alistaba mas mantecada, y
otros manjares locales, que empacaría
delicadamente para que el ministro llevara de presente a su casa en la capital.
Vitrina de la cascada fot. E. Cristancho. |
Pasado el tiempo, y el licor habiendo cumplido su cometido, el ministro lleras, se
acerca a la propietaria y en medio de
enamoradoras palabras, suaves
caricias y susurros delicados, y le va
proponiendo amores a Carmelita, quien
de manera efímera responde
con caricias y colma de besos al
ministro; la relación estaba sellada desde ese mismo momento, de
reciprocidad entre la mirafloreña y el
ministro.
Al
poco tiempo, llega a la cascada un emisario del presidente, avisando al
ministro y demás que ya debían partir nuevamente con destino a la capital, por
lo que el romance entre Carmelita y
Lleras, duró solo unos pocos minutos; mientras el ministro se despedía
de la paisana, esta con lagrimas en los
ojos y apretando sus manos, le juró amor eterno y el ministro le aseguró que volvería
en poco tiempo a visitarla nuevamente,
por lo que no solo debía guardarle su
amor, sino la fidelidad eterna.
Miraflores la Perla del Lengupá. Fot. Miraflores. |
Carmelita
falleció varios años después, solterona
y enamorada de su único amor,
haciendo como siempre los mejores panes, hojaldres, mantecadas,
liberales y masato de arroz; la Cascada se convirtió en un punto obligado de
visita por todos los mirafloreños y visitantes, porque sus recetas de verdad eran únicas;
a Carmelita no le faltó su rico pan en las vitrinas y las múltiples
propuestas de matrimonio, por parte de
unos cuantos admiradores, pero
ella fiel a su promesa, con el
ministro Lleras, no solo los despreció, sino que les comparaba de manera
vanidosa, con el Muelón Lleras y les
manifestaba que jamás podrían optar a
ser novios o esposos de ella porque su
compromiso seguía vigente con el Ministro
hasta el día de su muerte.