Anécdotas, Cuentos, Historias

martes, 1 de mayo de 2012

Un viaje de Miraflores a la capital...PARTE I



El comienzo del viaje.



Cuando se  viajaba de Miraflores a Bogotá; se hacia en buses   de dos empresas;  una llamada transportes  Márquez; que  años más tarde  se le adiciono, el Lengupá; y quedo como transportes  Márquez y Lengupá;  los buses se esta  empresa eran pintados de color amarillo claro con franjas rojas  y negras;  y todos nos referíamos  a la flota como la Márquez; la otra empresa  transportes Bolívar;  o Trans Bolívar; eran buses de color café claro; con rayas delgadas de color negro,blanco;  y roja; y todos nos  referíamos esta como la Bolívar.



Estas dos empresas de transporte; fueron  de las  primeras que incursionaron en la  región en el transporte de pasajeros; tiempo después incursiono la Rápido Duitama  con una flota de buses de color verde  con blanco y rayas rojas; esta empresa mas grande que las anteriores; fue desplazando del mercado a la empresa Márquez y Lengupá; y dejando muy poca opción para la trans Bolívar.


La frecuencia  de salidas de la Rápido Duitama era mayor; durante el día  y toda la semana; y salían  buses en diferentes horarios desde Miraflores a Tunja y Bogotá, mismos que empezaban a despachar desde las dos de la Mañana; mientras que la empresa trans bolívar;  tenia horarios de despacho   de menor frecuencia.

El viaje de Miraflores a Tunja  y Bogotá; era una odisea sobre todo en las épocas de vacaciones; los puentes festivos y los días de mercado. Luego cada vez que se abordaba un bus era un verdadero caos  mismo que dependiendo de la fecha, del tiempo invierno o verano, del tipo de bus ( viejo o nuevo en buenas o malas condiciones), del día (de mercado o  no), y del tipo de pasajeros  iba siendo mas agradable o desagradable durante el trayecto  mismo que   se hacia  entre  6 y 8 horas y  a veces mas solo hasta Tunja.

La vía que de Miraflores conduce a Tunja  se ha denominado la vía del progreso; esta vía durante muchos años  ha permanecido  abandonada por  el estado y ha sido usada como fortín político para la captación de votos de la región en época electoral; y todos los políticos  siempre  van prometiendo la  adecuación y terminación de la misma; sin que hayan hecho mayor cosa ... Hasta  hace muy pocos años; se logro  una pavimentación  muy incipiente por tramos; y  según parece; continuaremos otros mas, hasta ver por fin esta importante obra terminada. Luego hace unos años transitar por esta vía era toda una odisea   sin fin muy grande....

El bus que salía a las dos de mañana; generalmente no pasaba  por Tunja; su ruta era  Zetaquira, Ramiriquí, Jenesano, Tierra negra, Bogotá; allí viajaban comerciantes, ganaderos, trabajadores de la ciudad, empleados, campesinos, profesores, médicos abogados; todos debían abordar el bus por que   muy pocos disponían de vehículos particulares; y  los  que  lo tenían en la época;  viajaban en ellos a la capital; llevando a  sus hijos, amigos o conocidos. Luego el bus generalmente lo abordan todos sin distingo social;  ni económico allí era como  en el  cementerio todos  iguales…

Este viaje a las dos de la mañana  era un poco mas tranquilillo aunque el bus muy lleno en la temporada alta la mayoría de personas iban durmiendo, relajadas y si no ocurría nada extraordinario se llegaba a destino a tempranas horas…

El viaje que ahora cuento es el que ocurría general mente en el bus que salida de Miraflores un día de mercado, a las 10 de la mañana o el de las dos de la tarde con destino a Tunja, pasando por  Zetaquira, Rancho Grande, Ramiriquí, Boyacá (Boyacá),  y Soracá hasta llegar a Tunja. Mismo que coincidía con  varios de los mercados de la ruta hasta la llegada a la capital Tunja.

Para poder abordar el bus de las 10 AM o el de las 2P.M;  el pasaje se debía  comprar con anticipación y si se era amigo del despachador;  este le apartaba uno o varios puestos; los cuales eran muy solicitados debido a la gran afluencia de personas.

Luego el  abordaje era a la hora prevista; allí al parque principal en donde  fueron instaladas las primeras agencias de estas empresas; y luego a la plaza de mercado,  y posteriormente a la terminal  de transporte; llegaban y  llegábamos  los pasajeros  con nuestro equipaje de viaje; el cual  consistía generalmente  en una maleta pequeña, o en una tula, en la que se llevaba la ropa y los artículos personales;   esta maleta  era acompañada muy orgullosamente por dos o tres cajas de cartón, de  diferentes tamaños amarradas muy bien con una buena cabuya de fique; misma que después fue cambiada por una fabricada en polipropileno; en una de las cajas de cartón  iba bien empacado plátano, yuca, mazorcas, panela y alfandoque, en la otra  caja se  empacaba fruta y verduras en general; bananos, mandarinas, tomates, etc.; y  unas libras de carne, o una gallinita cocinada; todo  bien acomodado para que llegara en el mejor  estado al destino final.; en la siguiente  caja de cartón,  se empacaba el pan de maíz, las arepas, almojábanas,  quesos; cuajadas, envueltos, carne nitrada. y casi siempre  una cajita metálica reciclada  y guardada por generaciones por la mamá o la abuela; misma que se usaba para transportar los huevos, estas cajas metálicas  de color rojo, verde o amarillo  con la marca de  galletas la Rosa, Noel y otras; JAMAS PODÍAN PERDERSE porque allí en ella, iban siempre bien empacados los huevos; estos se  embalaban bien con papel periódico uno por uno, o en  su defecto en amero de maíz, amarrados de  a dos o tres  con una tira que salía del mismo amero de  maíz, o con  papelón. Ese era el equipaje de viaje de todos nosotros los Mirafloreños  que salíamos orgullosos con destino hacia Tunja  o  Bogotá.

La subida al bus implicaba  acomodar las cajas y las maletas en las bodegas del mismo; entonces todos le pedíamos al ayudante del bus que nuestras cajas fueran ubicadas en  un lugar especial porque allí iban cosas delicadas que se rompían; los ayudantes hacían la mueca de hacerlo  y así seguían con el otro pasajero, hasta llenar las bodegas al máximo. pasando casi siempre por alto la sugerencia del pasajero normal; pero si era una  joven mujer quien lo solicitaba, el ayudante en  acto de gentileza, galantería y coquetería lo acomodaba en el mejor lugar; incluso algunas veces  llevaba las cajas de cartón y demás  y  ponía todo en un área cerca al conductor al lado de la ventana, en donde de verdad  iba muy bien resguardado.

Una vez acomodado el equipaje con en el tiquete en la mano  se llegaba a la puerta del bus y  se  iniciaba el asenso entre empujones, vainazos,  madrazos; y  discusiones  subidas de tono; porque todos queríamos subir primero  para llegar al  puesto indicado, luego se debía pasar por entre los demas viajeros;  y se sentían  una  o dos docenas de olores de diferente calibre que salían  de los cuerpos sudorosos,  y agitados, en medio de ese  calor,  olores de muy difícil descripción, pero  que picaban en las fosas nasales;  mientras  forcejeando se  pedía  avanzar dentro del bus  y abrir las ventanas para que  se disipara la amplia gama de olores como  el mal aliento, tufo, chucha con sus chuchitos,  pekueka, makueka y demás; allí en el puesto  que  había sido  asignado por lo general ya estaba muy bien acomodada una persona con todos su cachivaches de viaje debajo de la silla, en la palomera y sobre las piernas, luego  teníamos que  decirle que ese puesto ya  estaba asignado; generalmente se paraban con mala cara y  diciendo palabras, palabritas y  palabrotas, mientras nosotros con cara de puño esperábamos el desalojo y esas palabras pasaban volando y rozando nuestros oídos de manera suave y desapercibidas por todos.

Todo el mundo se acomodaba en sus puestos se ponían cosas debajo de la silla, en la palomera, en las piernas y donde se pudiera mientras  de pie iban más personas  que  se sostenían   de los asientos y de las barras superiores; todos muy  acalorados, apeñuscados, respirando  el aroma maluca  e inolvidable  que  expelía esa mezcla de sudor, alimentos, licor, aseo, desaseo y demás; todos bien mezclados y repartidos equitativamente en las cantidades exactas para todos los viajeros; mismos que debíamos acomodarnos dentro de este bus...mientras el ayudante gritaba  frecuentemente dirigiéndose a los usuarios atrás hay espacio, corrasen,  para atrás  patrón, para atrassss, échele  más para atrás…. Patroncita …Corrase patrasito que ella se baja alli no mas….

Mientras eso ocurria; el conductor del bus un señor de bigote y patillas, con una gran panza voluminosa entraba al bus con su palillo entre los dientes;  su camisa a medio abotonar, muy sudoroso, con una bayetilla al hombro o una toalla con la que se limpiaba el sudor  y se acomodaba al volante masticando su palillo mientras le decía al pasajero que estaba mas cerca a la barra de cambios; córrase patroncito para  un ladito; acto seguido  llevaba su mano derecha a la barra de cambios y  moviéndola de lado a lado para poner el bus en neutro daba Start, mientras preguntába al ayudante que si había revisado las llantas…. y si había subido suficientes bolsas, en esa época de papel; mismas que eran dadas a los pasajeros en caso de emergencia; el muchacho le respondía "SI EÑOOR".. allí lentamente  empezaba a retroceder; mientras el ayudante le gritaba  dele, dele, elelelelele.......a la izquierdaaa,  a la izquierdaaa, dele elelelelele, la la derechaaa, a la derechaaaa, pareloooooooooo, parelooooo, parelooo, y le daba tres golpes  para indicar que hasta ahí estaba bien; entonces a carrera el ayudante daba los últimos gritos anunciando la salida; mientras corría por que el conductor  ya había arrancado   y se subía  al bus sosteniéndose con una sola mano, mientras  seguía diciendo  atrás, atrás  patrona… atrás hay espacio patrona...

No faltaba el despistado que no había llegado a tiempo; y se había quedado  sin subirse al bus, mientras corría  con su maleta y sus cajas de cartón,  haciendo señales con sus manos, para que el bus se detuviera;  los pasajeros gritaban pare, pare, que viene un pasajero y el ayudante también  téngalo, téngalo, téngalo…

Así de esa manera empezaba el viaje con destino a la capital……..

Este relato continua en la PARTE II..

5 comentarios:

Unknown dijo...

La primera empresa de transporte llegó a Miaflores y operó un buen tiempo hasta q entró la Marquez y la absorbió se llamó TRANSPORTES LA GARANTÍA, familiarmente La GARANTÍA
Tampoco en sus inicios se pasaba por Jenesano puesto q esa carretera de Jenesano a la central en tierra negra se abrió mucho despues y para ir a Bogotá necesariamente había q ir hasta Tunja

Unknown dijo...

Antes de esas empresas existió una que se llamaba "La Garantía", con oficina en el almacén de Guillermo Barreto, quien luego administró "La Bolívar". De ytodo modos, muy buen artículo y bellos recuerdos.

Unknown dijo...

Conocí a Bogotá en 1952 , la ruta fue por Ramiriquí Jenesano Rurmequé Tibaná Ventaquemada , sin pasar por Tunja.Sguro que no conocieron una flota llamada "La Guayuriba"

Unknown dijo...

En 1952 sali por primera vez de Mkraflores por la vía Ramiriquí , Jennesano, Turmequé , Tibaná , Ventaquemada , sin pasar por Tunja. Co ocieron una empresa de teansportes llamada "La Guayuriba " ?

Unknown dijo...

Conocí Bogotá en 1952 sin pasar por Tunja , la ruta era por Jenesano Tibaná Turmequé Ventaquemada... Conocieron una flota llamada "La Guayuriba"