Anécdotas, Cuentos, Historias

domingo, 28 de octubre de 2012

Sinfonia Numero III


EN QUINTA DE MA.
(Miedos, novatadas, tristezas y alegrías)


Cuando la  banda de músicos de Miraflores fue contratada para las fiestas de Monterrey  se hizo por solo los tres días que duraban las mismas; sin embargo, permanecieron por ocho días en el pueblo después de las fiestas, ya que quien los había contratado era oriundo de Miraflores, y este personaje en Monterrey no solo era uno de los más ricos del pueblo, sino una persona que gozaba de gran aprecio, es decir en términos musicales era el dueño de la batuta.

La junta de ferias y fiestas de Monterrey de  ese entonces, estaba  conformada por las tres personas más adineradas,  prestantes  e importantes de la región  , Don Jeremías Vaca, oriundo de Miraflores, Don Efraín Barreto, oriundo de Campo Hermoso y don Pablo Salas  de Bogotá; luego los tres hombres apreciados, grandes amigos y   más ricos del pueblo;  invitaron a todos los músicos a quedarse después de las fiestas  como muestra de agradecimiento, por haber hecho su trabajo  muy bien en las festividades y además por ser paisanos, lo que era motivo de orgullo para  los  organizadores;  y con ello demostrar al publico  de Monterrey, cuán grande era su patria chica Miraflores, cuan culta era su gente, y la diferencia abismal que tenia frente a esos territorios en ese entonces despoblados, alejados  y que estaban en proceso de una segunda colonización  después de haber sufrido los rigores de la  violencia de los años 50.

Como   a todos los forasteros en el llano,  a los músicos, los lugareños les contaron cuentos sobre el llano,  como es el cuento de la bola de fuego, el silbón y otros espantos, les contaron de sus gentes, de Guadalupe Salcedo Unda,  de los comandantes Dumar Aljure, Fonseca, y otros tantos héroes del  llano que  en la época de la violencia del 48  se enfrentaron por  color político a otros colombianos, también les contaron  de sus  animales fieros y peligrosos y de lo machos  y celosos que son los llaneros, los cuales defienden a su esposa, novia o mujer de los forasteros  con plomo, si llegan a solo verlas con ojos  de deseo, o si llegan a  tratar de enamorarlas.

Durante esos  ocho días; los músicos fueron atendidos muy bien por los lugareños,  y fueron invitados a los caños cercanos y al río Túa  a  los famosos paseos al río  pero allí debían de tener cuidado con las rayas ya que podían ser atacados por las mismas, así mismo no se atrevían tampoco mirar a ninguna de las muchas mujeres  que en este rió  se bañaban en “combinación” (La combinación, es una pieza de algodón o lino, usada por las  mujeres, que solo  se  ajustada a la cintura, esta pieza era usada debajo  de su vestido normal a diario pero que servía también como prenda de baño, de pijama y por supuesto de seducción y coquetería) , pues en esa época los vestidos de baño no se veían por esos lugares, luego las mujeres entraban a las cristalinas aguas del río  Túa en combinación; provocando en los músicos las mas eróticas sensaciones,  y deseos, que se vieron  muy limitados  por el miedo  y temor infundido que tenían sobre lo celosos de los hombres llaneros , luego debieron  solo ver de reojo, con mucho disimulo,  pasar saliva y dejar en la memoria los sensuales cuerpos cubiertos con los delicados algodones mojados y pegados al cuerpo de las musas regiomontanas; luego todos debieron echarse su instrumento al hombro y  disimuladamente salir del río, con ello evitaron que los llaneros los desafiaran a pelear, sacaran el revólver  y !pum! al uno y !pum! al otro.

Después de haber vivido  varias experiencias durante esos ocho días, los músicos fueron despedidos del pueblo con mucha alegría  y agradecimiento por parte de todos los habitantes de Monterrey; el día viernes de la siguiente semana, don Jeremías Vaca,   don Efraín Barreto, y don Pablo Salas, contrataron un avión de “LA URRACA” . para  llevar  de Monterrey a Villavicencio, todo el  envase de cerveza y volver  a abastecer del preciado   liquido al pueblo;  la Urraca, era  la única  aerolínea que viajaba a los llanos colombianos  y a todos los llamados territorios  nacionales, prestando servicios, especialmente de abastecimiento de productos y  tiempo después el servicio  de transporte de pasajeros, usando  principalmente para sus servicios aviones viejos  Duglas B-18  que fueron usados como bombarderos  en la segunda guerra mundial.

Todos los músicos abordaron el avión de carga de la Urraca en el aeropuerto de Monterrey llenos de miedo y salieron   con destino a Villavicencio y desde allí hacia Bogotá en bus; la llegada a Bogotá fue caótica debido a que los llaneros de Miraflores y los llaneros de Monterrey, no usan saco, ni otro tipo  protección para el frío;  luego todos solo con su camisa de algodón de manga corta debieron soportar el frío capitalino, mientras llegaban al hotel denominado LOS PINOS; el hotel los pinos; era un hotel o residencia  de esos populares  que abundan en la capital, en donde prestan el servicio de hospedaje por días y por horas  a precios muy económicos, a los diferentes clientes y esta vez les correspondió un lugar  para los músicos de la banda de Miraflores; allí  en ese hospedaje pasaron la noche,  pero el ruido de la capital, el chirrido lento y después rápido de las camas de las habitaciones vecinas, el piquete constante de las pulgas, mas el gemido erótico y ahogadizo de las parejas  que esa noche  hicieron uso de los cuartos no los dejaron dormir adecuadamente, por lo  que empezaron  a hacer chistes de lo vivido  en ese  viaje a los llanos orientales  y en especial a recordar con nostalgia  y deseo carnal,  todos esos cuerpos femeninos cubiertos de la combinación de algodón húmeda que se pegaba a la figura esbelta de las regiomontanas, y que  solo pudieron ver  a la distancia y de reojo por el miedo a  morir en el intento;  así permanecieron hasta las  cinco de la mañana, hora que debían salir de esta residencia con destino a la terminal de buses, de la empresa La Bolívar  y allí  nuevamente con todo su equipaje, y sus instrumentos musicales  con destino a Miraflores. 

No hay comentarios: