EL MAJIOSO.
Benedicto nació en Miraflores, vereda de Buenos Aires arriba, en el año 1970, a la edad de
14 años quedó huérfano de padre y
madre, y a la edad de 16 se fue con su tío paterno llamado Benjamin, a las
selvas del Vichada.
Benedicto solo pudo
adelantar el curso primero de primaria
en la escuela rural de la vereda, ya que sus posibilidades familiares, y económicas no le permitieron
ese derecho fundamental de recibir la educación básica.
Al ser un niño de escasos
recursos, con solo primero
primaria, de familia muy pobre, tuvo que aprender a trabajar en las rudas
labores del campo, su destino estaba escrito, sería un jornalero por siempre.
Las selvas del Vichada en aquel tiempo, eran los lugares preferidos para muchos campesinos
de Miraflores y de otros lugares del
país, ya que allí en ese entonces, los cultivos ilícitos estaban en pleno auge,
por lo que la mano de obra era muy bien
pagada aunque los sacrificios
familiares, y los riesgos fueran incalculables.
Benedicto, llego a las selvas del Vichada y aprendió el único trabajo que allí se ofrecía, ser
raspachin (trabajo que se realiza en los cultivos ilegales para cosechar la hoja de coca), allí
en ese departamento y en ese trabajo, permaneció trabajando 10 años, hasta cuando el tío Benjamín
falleció, producto de una sobre dosis de
alucinógenos que consumió durante
una semana, mientras fornicaba con una de las fufurufas que prestaban sus servicios
sexuales en esa región, Benedicto al poco tiempo se fastidio de ese trabajo, que sumado a la pérdida de su tío, tomo la determinación de regresar al pueblo, con todo el dinero que había logrado ahorrar durante los 10 años
de arduas labores en su oficio.
La llegada al pueblo fue
como la llegada que años atrás hacían los famosos mineros o
esmeralderos, después de que habían sufrido en las minas de esmeraldas y habían
logrado encontrar una gema que los
sacaba de la pobreza aunque fuera por unos pocos días. ( Música, trago, mujeres, botas, sombrero y cadenas.)
Benedicto un poco más precavido, compró una pequeña parcela, busco
novia, contrajo matrimonio rápidamente, y se dedico a las labores del
campo, como muchos otros en la región,
sembrar yuca, plátano, malanga, frijol, café,
frutas y hortalizas varias, cuidar cerdos y ordeñar vacas con la que dignamente se ganaba el sustento diario para
él y toda su familia.
Al tiempo sus 2 hijos varones, estuvieron en edad de ser enviados a
la escuela lo que Benedicto con orgullo y con decisión hizo; porque
él como muchos otros padres responsables, no quería que ninguno de sus hijos fuera analfabeto y
tuviera que correr su misma suerte.
Los días Domingos y Jueves cuando llegaba al pueblo con toda su familia, después de vender sus
productos y hacer el mercado, entraba
a una tienda de la plaza, se tomaba sus
cervezas en compañía de amigos y
conocidos, mientras contaba las
historias de su trabajo y en medio
de la borrachera imaginaba ser
un capo de capos.
Así transcurría su vida
entre la finca y el pueblo, entre cantina, tragos y sueños, en realidad el se
sentía después de sus tragos un capo, aunque nunca lo fue, pues solo fue un triste raspachin que dejo
parte de su vida y las
huellas de sus dedos pegadas a las
plantas de coca que ayudo a cosechar durante esos diez años en las chagras que se
hicieran en las selvas del Vichada
Cuando llevo a matricular sus hijos a la escuela, ese día de la
matricula, le preguntaron la información necesaria para dejar el debido registro como a todos, nombre
y apellido del alumno, lugar de
nacimiento, nombre y apellido de los
padres, y profesión.
En el pueblo como en el campo, los padres tienen diversas
profesiones siendo lo más común,
agricultores, ganaderos y comerciantes; pero ese día cuando indagaban a Benedicto apareció una nueva profesión.
Don Benedicto cual
es su profesión pregunto la profesora a
cargo, Benedicto muy orgulloso,
respondió: “SOY MAJIOSO, y quero que mis hijos no
queden burros como yo quero que algún día sean dotores, porque yo si tengo
como pagar toitos sus estudios, yo los quero
mandar es a la JANORIANA a que
sean dotores, y que no tengan que
sembrar vichuela, o golele el rabo a las vacas como me ha tocado a yo.”
Acto seguido la profesora
pregunto que si no quería cambiar de
profesión ya que no quedaba muy bien
dejar esa profesión en los libros, Benedicto muy atento y
respetuoso replico, "Si projesora tiene razón entonces que quede
mejor MAJICO porque eso es lo que soy
MAJICO. y no MAJIOSO porque eso queda mal".
Años después sus
hijos lograron ingresar a la Pontificia Universidad Javeriana en la ciudad de
Bogotá, y terminar sus estudios superiores. cuando terminaron la academia, sus
hijos le solicitaron a su padre que les enviara dinero para el "MOSAICO",
pero fue tal su enojo, que Benedicto, pensó que era que sus hijos
se habían vuelto GAY`S, y que si eso
era así quedarían descalificados de por vida y sin
herencia, y que si querían plata para el "MOSAICO", tenían que
trabajar en un salón de belleza; este mal entendido les costo a
sus hijos la burla de todos sus compañeros y un buen tiempo para que
Benedicto lograra entender lo que significaba un mosaico, el impase
se arreglo y los sueños de sus hijos se cumplieron tal como
fue el deseo de su padre, y gracias al esfuerzo y trabajo de este MAJIOSO de
Miraflores quien en medio de su
inocencia veía con orgullo tener esa profesión de MAJICO y no le
gustaba decir que era un prospero agricultor y ganadero.
2 comentarios:
El majioso /majico
Una historia con un final distinto. Una buena moraleja donde los hijos, de alguien sin educación, pueden comenzar otra vida , con estudios universitarios y una final en otra dirección.
Elizabeth Skantz Estocolmo. Octubre 7 del 2012.
Un sentimiento muy respetuoso a todos esos padres humildes y soñadores que han trabajado para cambiar la vida de sus hijos. Mis padres no fueron majiosos, son campesinos, y siempre lucharon por hacer de mi un profesional. Gracias papás. Gracias Miraflores. Tierrita linda.
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