La Araña.
Es un arácnido grande de
color negro brillante; con muchos pelos
por todo lado; vive la mayor parte de su vida
escondido en lugares oscuros y
solo de vez en cuando se le ve, cuando asoma la cabeza, o cuando sale de su madriguera en busca de alimento……
generalmente son de gran tamaño mismo que se ve aumentado cuando caminan. Estos arácnidos es común
encontrarlos bajo piedras, en lugares
oscuros, y sitios abandonados. Las arañas
peludas son muy populares en otros
países del trópico y en Colombia hasta
se le han compuesto canciones… yo vi una
araña con pelos….. yo vi una araña con pelos…. En el alar de mi casa….
Esta historia trata de una muy particular profesora, que dictó clases en el colegio en donde
estudiamos. La Profe, en mención, era una señora cuando yo la conocí de unos 45 a 50 años de edad aproximadamente; pero como no había tenido los
placeres de la vida mundana; como muchas
otras solteronas en el pueblo; todos le decían señorita, ella era de contextura baja, y medianamente gordita, de piel trigueña, casi siempre vestía faldas entubadas en paño de un solo color o a cuadros pero siempre de colores oscuros; el largo de las faldas era un poco más abajo de la
rodilla y algunas veces unas muy pocas
veces; cuando se vestía mas sensual las faldas llegaban hasta las
rodillas, las blusas casi siempre de color blanco o rojo y
algunas con flores grandes multicolores, las chaquetas en paño o terlenka que no faltaban,
la mayoría eran de color oscuro; y una que otra vez una chaqueta roja; usaba unos grandes
anteojos para la lectura y de vez en cuando se le veía con unos lentes oscuros
grandes para el sol, nunca dejaba su paraguas grande también de color negro;
mismo que usaba con frecuencia durante
los días de lluvia o de sol; fue directora de varios cursos de las niñas más jóvenes y dictaba
clases en el colegio Sergio Camargo no se desde que época exactamente.
Cuando la señorita entraba al salón de clases, colocaba el material de clase sobre el escritorio y se sentaba en una silla dispuesta para tal
fin; su clase no era nada amena, la
verdad era muy monótona; en la clase de ella
casi todos nos dormíamos o hacíamos otras actividades mientras
ella hablaba y hablaba y solo nos
poníamos pilas, cuando en medio de la clase
decía niño o niña x Mateo 1: 23
lo que significaba abrir la
biblia y buscar hasta encontrar lo que
solicitaba; yo nunca había
usado la biblia y menos sabia
como se buscaba en la misma una lectura como tal y ahí en esa clase, aprendí que Mateo era el libro,
que 1 significaba capitulo 1 y 23 el
versículo 23.. No perdí del todo mi
plata…..
Los escritorios de los salones de esa época eran mesas de
cuatro patas muy sencillos y
muchos no tenían la tabla protectora del frente por lo que la persona que se
sentaba quedaba mostrando sus piernas
siempre.
Este personaje, tenía una particularidad que casi siempre daba
cantaleta pero sobre todo a las mujeres; les decía que debían portarse bien,
que debían aprender tratar con los
compañeros y no permitir que los niños
varones les faltáramos al respeto etc
etc.
También recalcaba mucho en cómo debían aprender a sentarse y hacerlo como unas verdaderas damas y señoritas que eran…. Lo que les quería
decir en el fondo era que debían sentarse con las piernas juntas y no mostrar los calzones, para no despertar
entre nosotros los adolescentes hombres la curiosidad por saber que había más al fondo…..
En medio de su cantaleta y a medida que iba diciendo cosas y dándoles
la lección a sus alumnas, de manera inconsciente iba abriendo las piernas y
dejando para deleite del publico a la vista los calzones; escena que nosotros le decíamos “cuadro”.
El término “cuadro” se
usaba para referirnos cuando una mujer
que llevaba falda, estaba sentada con
las piernas abiertas o entre abiertas y
dejaba ver al final del túnel los
calzones; entonces uno disimuladamente se agachaba para ver con más detalle y
ese era el cuadro. Luego si alguien tenía el privilegio de
mirar primero la escena, botaba un lápiz al piso o un cuaderno y se agachaba despacio para recogerlo y torcía
los ojos disimuladamente en dirección de donde estaba el “cuadro”…. Después de
ese deleite visual y momentáneo, se le
comunicaba al vecino para que este también viera y así el otro y el otro hasta
que terminaba la función, bien porque
las muchachas se daban cuenta, o por que
cambiaban de posición y se cerraba el telón.
Nosotros jóvenes adolescentes y ansiosos de saber, siempre
estábamos pendientes y alerta de
cual mujer ponía la escena, bien fuera de las
compañeras de clase, o de otras de otros
cursos, en los descansos o donde estuviéramos y también esperábamos con ansia las
clases con las profesoras por que alguna
en cualquier momento podía mostrar el cuadro;
pero había una que nunca fallaba
y esa era la famosa señorita.
El remoquete de araña peluda; salió producto de una función de estas; dicen que en un año, en
que ella igual dictaba su clase, en un
curso de solo hombres, en su gran mayoría adultos; y todos sabiendo lo de las altas posibilidades de ver
“cuadro” con las profesoras; estaban muy
alerta a ver con quien y cuando se podía
observar el espectáculo, hasta que por fin en un día caluroso del mes
de Marzo, se abrió el telón y uno tras
otro empezaron a ver, a decir y a murmurar
cosas entre ellos; uno decía que no tenia calzones; el otro decía
que si, uno decía que
eran de color negro , el otro
decía que no y así la discusión continuaba en clase mientras se iba viendo la
película; todo era un mar de conjeturas, que no llegaban a conclusión alguna;
por lo que decidieron llamar a un perito que
evaluara y dilucidara tamaño
problema.
El perito, un alumno del mismo curso, de mayor edad, ya muy experimentado en las lides sexuales,
con amplio y vasto conocimiento en
anatomía femenina, era la persona más
indicada para salir de este conflicto, por lo que su concepto fue solicitado
unánimemente por todos los interesados.
Asi fue que el experto boto un
cuaderno al piso hacia un lado y un lapicero al otro, con el fin de tener más
tiempo para ver detenidamente el fenómeno producto de la discusión.
El perito de manera muy calmada y con la paciencia de un experto, se agacho lenta y
pausadamente a recoger su cuaderno y su lapicero, deteniéndose
varias veces y por varios segundos para hacer
el avaluó y con ello emitir su concepto y
descifrar el enigma; y así dejar
de lado la polémica entre los demás
compañeros.
Cuando concluyo el peritaje,
les dijo a los otros de manera salomónica, ceremonial y con la sapiencia
de un experto “no sean pendejos que lo que se ve negro, muy negro, adentro,
bien al fondo, no son los
calzones; son los vellos que se le salen de los calazones; eso es lo que es y la señorita si tiene
calzones; lo que pasa, es que al salirse los vellos sobre los calzones, se ve
como si fuera “ UNA ARAÑA NEGRA Y PELUDA…..”
Todos rieron por el
dictamen y desde entonces la famosa señorita, se quedo para siempre con el apelativo
de la araña peluda; moquete que se transmito de generación en
generación.
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