CON ROSARIOS.*
Hace años, al igual que ahora, en todos los
municipios productores de café
principalmente, o donde había una economía pujante, los establecimientos de venta
de licor , juego y sexo, llegaban, se establecían y prosperaban muy rápidamente;
los establecimientos que no faltan en un
pueblo grande, mediano o pequeño, son las cantinas, los billares y las casas de amor; por supuesto Miraflores
jamás fue la excepción, allí desde hace varios años hacen presencia estos tres
tipos de establecimientos , ligados uno con otro y estos a la vez ligados a la
economía local, que está vinculada con
el trabajo y todos estos en su conjunto
ligados de manera directa a la hombría y al machismo.
La economía local producto del trabajo de su gente, la dedicación al trabajo y al ahorro. el esfuerzo y sacrificio que sumado a lo prodigioso del clima y
sus fértiles tierras, hizo de esta región un lugar en donde se movía el
dinero que salía de las actividades como las del algodón, el
café, la caña, la madera y el ganado; esto permitió ampliar más el comercio, la construcción y el
desarrollo local; y ahora en los últimos años se ha sumado la infraestructura petrolera y el
paso del petróleo por nuestras ricas tierras.
Todo este conjunto especial
trajo consigo los negocios que le sacan de entre las manos el dinero a su gente, pero que también permiten los
desahogos, la diversión, y el entretenimiento necesario después de las arduas jornadas de
trabajo.
En Miraflores desde hace muchos años, la presencia de
personas que ejercen la profesión más antigua del mundo, han estado allí presentes
y han ejercido o ejercieron su oficio en dos casas que se
ubicaron a las dos salidas del pueblo,
una por el lado de la Mocasía y otra por la salida hacia Páez. Lugares,
debidamente aprobados por la municipalidad, repudiados por las damas locales y apreciados
y muy visitados por los hombres del
pueblo.
Las famosas casas, llamadas casas de citas eran lugares en
donde se prestaban los servicios
sexuales a todos los hombres necesitados, apresurados y presionados
hormonalmente, por descargar las gónadas y saciar su apetito carnal y ese instinto animal que se lleva dentro. Pero también se prestaban los servicios de compañía para aquellos que solo buscaban
la compañía y comprensión femenina acompañada de palabras tiernas, amorosas,
sensuales, exóticas y de aliento que no lograban encontrar en sus parejas.
Luego la presencia de las damas que prestaban estos servicios era
muy común y corriente, las damas provenían
de diversas regiones del país, y eran reclutadas por alguien en la capital Bogotá; y a su vez contactadas por las
matronas de los lugares Las dos damas Rosario; quienes hacían su viaje expreso
hasta la capital, para luego llevarlas a Miraflores e instalarlas en la
CITA y allí prestar los servicios
solicitados por los visitantes.
Las casas de citas en
Miraflores tenían algo particular las dos matronas propietarias eran llamadas con el mismo nombre, ROSARIO y eran
competencia una con otra como en cualquier
negocio; luego la cantidad de
clientes, y por supuesto los ingresos, dependían
de la disponibilidad de mujeres, de la belleza contratada, de la frescura
presentada y por supuesto de la atención
brindada.
Las casas eran casas de construcción
sencilla y muy rudimentaria, que en el día permanecían cerradas al público y en la noche en su puerta alumbraba
un pequeño bombillo de luz rojiza, o
azul, que indicaba
que ya estaba abierto el lugar.
Este lugar era visitado por clientes de género masculino, con la mayor
diversidad de trabajos y profesiones tales como médicos, abogados, ingenieros, profesores
de la escuela y del colegio, jueces, comerciantes, policías, trabajadores, conductores,
obreros, estudiantes y en varias ocasiones hasta el sacerdote de turno.
Historias sobre las visitas
a donde doña rosario hay muchas, porque fue también ese lugar, y ese personaje
que hizo parte del desarrollo local y de la historia local, que conoció las mas secretas historias, debilidades
y fortalezas de cada uno de sus clientes, los cuales siempre trato con respeto
y aprecio.
Allí a la casa de citas de la
salida hacia Páez, se llegaba por un camino empedrado y la visita era por curiosidad, por costumbre, por necesidad, o simplemente por diversión,
luego había clientes diversos con
historias diversas. Como la historia del profesor Ramón y la de otros tantos
profesores y profesionales que eran
clientes VIP y que podían disfrutar de suculentos tragos y alimentos en
paños menores y en compañía de las damiselas dentro del tanque de
almacenamiento de agua llamado piscina; también estaban los que por curiosidad entraban, pero por falta de
dinero no tenían acceso a los
servicios luego si no había dinero de por medio, el cliente debía
salir rápidamente del lugar o era sacado,
por que allí se llegaba a dejar el dinero o se consume trago, o va a
la cama, o se va para afuera no se aceptaban
solo mirones ni tocones.
A Miraflores llego un profesor llamado Segundo Simón Bolívar; el cual rápidamente
se convirtió por referencia de Ramoncito en un cliente VIP del lugar y en una ocasión se encontró con
otro cliente por allí en uno de los salones, Ramón quien era conocido y
compañero de los dos, los presento
entonces el profe Bolívar se presenta como debía ser con su nombre "Segundo Simón Bolívar" pero
el interlocutor de nombre Antonio,pensó que le estaba tomando del pelo y después de escucharlo cuando le correspondió el turno se presento mucho
gusto, "Segundo Antonio Nariño" y esta que esta con migo es "Manuelita" pero
por esta noche no la puede tener porque es solo mía, los que estaban ahí soltaron
la risa y los dos nuevos conocidos quedaron de amigos por siempre por tamaño coincidencia del encuentro entre estos
tres personajes de la historia Simón Bolívar, Antonio Nariño Y Manuelita.
Cuando unos estudiantes
bajaron una noche a calmar los deseos carnales, por supuesto con poca disponibilidad de dinero , entraron
al lugar y lo primero que hicieron fue llamar a la propietaria del lugar para
preguntar cuánto valía la cerveza, el trago
y por supuesto el momento de pasión con alguna dama; Doña Rosario muy atenta les comunica los precios, allí la
cerveza y todos los licores, costaban hasta tres veces más que lo que valía en una
cafetería y era mucho más alto el valor dependiendo del marrano. Luego después
de escuchar los diferentes precios Cerveza a 15, aguardiente a 100 y la niña 250,
alguno de ellos le replico que si había una
posibilidad de tener un menor precio por la dama, ya que tenía disponible 70 es decir para dos cervezas y solo 50 para la
dama. Doña Rosario le dijo; si espere un momentico y le pego un grito a una
de las trabajadoras diciéndole, "hágame el
favor y me trae la muñeca de palo para este pobre muchacho por que no tiene
para pagar una de carne"… y lo saco del lugar a escobazos.
Doña Rosario; tenia a todas sus colaboradoras siempre en
las mejores condiciones físicas y sanitarias;
cada ocho días se veía salir de
la CITA, subir a la plaza de
mercado acompañada de unas 6 o 7
de ellas todas bien pintadas,
bien vestidas, entaconadas y perfumadas, con destino hacia el Hospital Elías
Olarte , en donde se les hacia el respectivo control sanitario, ese día en el
hospital muchas personas que estaban por allí esperando ser atendidas por los médicos
de turno, aplazaban las citas ya que el hecho de compartir espacio con todas
estas bandidas les causaba angustia, repudio y asco.
Después de la respectiva
consulta, la matrona y toda su recua de acompañantes como se les decía popularmente, salían hacia el parque
principal entraban a los almacenes a
comprar y daban varias vueltas por el
parque principal y otras calles, contoneando la cadera, mostrando su carné de
sanidad, coqueteando, mandando besos y
diciendo piropos a cuanto hombre joven,
adulto y viejo estuviera por allí. Los hombres solitarios o en grupo no dejaban de verlas, se reían con ellas, les
decían cosas y les observaban desde el pelo hasta la punta de los pies como
dice la canción, se hacían comentarios morbosos
y a veces impertinentes de los atributos que ellas estaban poniendo en
venta principalmente, lo voluminoso de
su trasero, lo grueso y largo de
sus piernas y el tamaño de sus lactas
Las Damas del pueblo criticaban,
se hacían cruces, torcían la cara y decían cosas sobre las pobres bandidas, eso
sí, sin quitarles el ojo de encima y
silenciosamente admirar y tal vez
envidiar como se podían contonear y mover
armónica y sensualmente las caderas y
traseros metidos dentro de sus vestidos
o pantalones bien apretados e iban
acotando con voz sarcástica que será lo
que los hombres les ven a estas
guarichas… uyyyy que hombres más sucios, quien sabe que es lo que les dan esas
indias.
En ese entonces no había publicaciones
especializadas en esos temas y menos virtuales en donde se pudieran exponer los
ejemplares con todos sus atributos, luego la manera más fácil de comercializar
el producto era mostrándolo en vivo y en
directo y ese era el fin de estos famosos paseos por el pueblo, pero tenían un
valor agregado, el hecho de tener debidamente
actualizado su carné de sanidad, ya que eso le daba ese toque de seguridad para
que los clientes fueran con más confianza, lo que sumado al coqueto, a la insinuación y los piropos directos
por parte de las susodichas, hacían que este método de comercialización fuera
muy eficiente.
El lugar muy en el fondo era
aceptado también por las mujeres del pueblo, ya que decían que era necesario que
estas trabajadoras sexuales
estuvieran allí cumpliendo su labor
ya que eso permitía que las mujeres de
bien no fueran acechadas, perseguidas y abusadas por parte de los hombres
necesitados de calmar los instintos
sexuales
Allí a la cita se llegaba por diversión era como entrar a
cualquier otra cantina a tomar cerveza o aguardiente, solo que los precios muy
altos, de paso se echaba una bailadita bien apretadita con la pareja y si el paciente lo deseaba y tenía el dinero podía
pasar al segundo nivel a disfrutar por un momento luego si eso ocurría, allí quedaba
sepultado para siempre en los huecos de doña Rosario, todo el dinero fruto de su
trabajo.
*este relato se ha podido hacer gracias a la colaboración de varios de mis lectores, quienes han participado activamente y han aportado vivencias y hechos no conocidos públicamente. Por obvias razones no puedo mencionar quienes son pero si puedo agradecer infinitamente toda su contribución
1 comentario:
Hola Héctor muy interesante conocer Miraflores a través de tus historias. Me hiciste recordar mucho a mi mamá que siempre utilizaba la palabra guaricha.
Gracias por distraernos he instruirnos con tus escritos.
Hasta pronto
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