Don Gregorio.
Don Gregorio ese personaje más de Miraflores que no paso inadvertido, por esta vida, no solo por su grandes dotes musicales, sino por su carisma, su forma de pensar, actuar, hablar y vivir su muy particular vida; él fue un hombre que vivió en la calle que conduce de lo que actualmente es telecom hacia el parque principal, exactamente en la casa de don Severo Hernández; allí vivió por mucho tiempo don Gregorio Ballesteros Guzmán, un hombre 1,60 metros de estatura, andar corvo, de lentes gruesos, cabello corto, áspero y puntudo tipo aguja, de voz chillona, vestir tipo Mao Tse - tung, con prendas hechas en dril, anchas, de color caqui y anchos bolsillos, buen amigo, conversador, respetuoso con todos mientras no se tocara su forma de pensar, de manos laboriosas, maestro musical y de un genio que solo aguantaba el mismo.
Interior de la iglesia Miraflores Boyaca Fot Julian A Calderón. |
Don Gregorio ese personaje más de Miraflores que no paso inadvertido, por esta vida, no solo por su grandes dotes musicales, sino por su carisma, su forma de pensar, actuar, hablar y vivir su muy particular vida; él fue un hombre que vivió en la calle que conduce de lo que actualmente es telecom hacia el parque principal, exactamente en la casa de don Severo Hernández; allí vivió por mucho tiempo don Gregorio Ballesteros Guzmán, un hombre 1,60 metros de estatura, andar corvo, de lentes gruesos, cabello corto, áspero y puntudo tipo aguja, de voz chillona, vestir tipo Mao Tse - tung, con prendas hechas en dril, anchas, de color caqui y anchos bolsillos, buen amigo, conversador, respetuoso con todos mientras no se tocara su forma de pensar, de manos laboriosas, maestro musical y de un genio que solo aguantaba el mismo.
Don
Gregorio como todos le conocíamos; y le
llamábamos por lo menos de frente; fue conocido
popularmente como FLAUTA.;
moquete que le fue colocado debido a su peculiar forma de hablar, con voz chillona, intensa, fuerte de mediana
amplitud y aguda, de buen timbre, y de
ciclo corto, él fue un hombre que decía ser ateo, con pensamiento de izquierda,
revolucionario, socialista, comunista, Marxista, Leninista, Maoísta, enemigo
acérrimo del capitalismo, de las religiones, en especial de la católica, y por
supuesto de los Yankees y sacerdotes, zapatero,
intelectual, y músico.
Fot. N. Ramirez. Pintura en la pared. |
En
su lugar de habitación en Miraflores. Tenía su negocio como
zapatero reparador y fabricante,
los zapatos que elaboraba en fino cuero, con hormas muy bien definidas, eran
comprados solo por conocedores ya que sus modelos eran clásicos, bien
elaborados, con material de óptima
calidad y sobre todo muy suaves.
Su
vida transcurría con la tranquilidad de aquel que vive la vida sin lujos, con sencillez, pero
con orgullo. Su forma de vida solitaria y muy austera, le imprimía ese toque de
frialdad con que era visto por muchos pero que en el fondo de su corazón era un
hombre bueno, trabajador y honesto.
Sus
dotes como músico inigualables, la
ejecución de instrumentos como la guitarra, el tiple, el requinto,
la bandola y la mandolina, no eran
fácilmente superados por otro músico
local, ejecución que hacía en sus momentos de descanso para deleite
personal y de cuando en vez; yo recuerdo cuando pasaba por el frente de su
negocio y el estaba ejecutando cualquiera de sus instrumentos me paraba por
buen tiempo a escuchar con atención,
como cada instrumento debidamente ejecutado emitía las más sonoras y
armónicas melodías; mientras él decía con su voz chillona “Como le va joven?” y seguía tocando.
En
otras ocasiones llegaban músicos locales
a tocar con él, a aprender y a perfeccionar
el arte allí en su zapatería, era un verdadero placer escucharlo no solo tocar
los instrumentos sino la forma en que se
dirigía a los acompañantes.
Don
Gregorio fue ese personaje que con la expresión “hijo
de puta” y otras tantas, siempre acompaño sus
diálogos, sin ningún recato ni mesura frente a ningún auditorio.
Él era convocado y llamado a participar con frecuencia en muchos actos
locales, pero en su mayoría los rechazaba por qué no era un hombre de
serenatas comunes y corrientes y de vez en cuando aceptaba hacer parte de las
mismas, después de que se le insistía, rogaba y ponía precio a su participación, dependiendo del personaje al cual se
le debía llevar la serenata. Luego una serenata o reunión en donde don Gregorio
participara era lo más exclusivo del momento.
En
una ocasión mientras perfeccionaban una
serenata en compañía de uno de sus pocos amigos, Don Gregorio le iba indicando las notas para la entrada o en
algunos puntos del instrumental, pero el
alumno pasaba por alto la indicación, lo que lo ofendía mucho, luego hacia una parada momentánea y
súbita mientras le decía “es en Faa, en Faaa… en
Faaaa, Hijo de puta le dije que era en Faaaaaaa”, y continuaba con la ejecución, mientras el
acompañante se reía de manera nerviosa
pero entendiendo la personalidad de Flauta y soportando con nobleza sus
palabras ya que el hecho de ser
acompañante musical de él era orgullo
porque don Gregorio no hacia compañía musical sino con unos pocos
privilegiados y los mejores en su rama.
Allí
en su lugar de trabajo, vivía, cocinaba, tocaba, leía todas las revistas de
China Informa y China Reconstruye, mismas que llegaban mensualmente desde la China
a muchos en Miraflores, también leía sobre socialismo, ferviente seguidor de
Mao, Marx, Lenin y Castro; y si en ese entonces
Hugo Chávez hubiera sido popular como lo es hoy, estoy seguro que igual
hubiera sido uno de sus defensores, todas
las noches, en la mañana y en la tarde sintonizaba Radio Habana de Cuba
y durante el día se dedicaba a la
reparación o a la fabricación de zapatos
y
cuando sonaban las campanas para
los llamados a la misa o el sacerdote
ponía música religiosa por los altoparlantes, decía con
su particular voz, “ese cura Hijo de P. ya
está llamando a sus mozas para que lo visiten”, las mozas del
sacerdote que él refería eran las
monjas; y acto seguido concluía “que cosa mas
bárbara amigo la única herencia que nos dejaron los
españoles fue la religión y las enfermedades venéreas”.
Su
personalidad era muy particular, respetuoso con todos, soez, con los
sacerdotes, con monjas, con el capitalismo, los yankees y con quien le ofendía,
luego muchos usaban esta debilidad de él
frente a la iglesia y cuando llegaba un sacerdote nuevo le comentaban sobre este ateo y muchos de ellos llegaban a su
zapatería buscando la conversión; luego el sacerdote llegaba y le saludaba “buenos
días don Gregorio”, y el respondía “buenos
días caballero, en que le puedo servir”;
“don Gregorio yo soy el nuevo sacerdote del
pueblo y quiero invitarlo a la casa del señor”
. los cambios repentinos en el color
de su piel, los ojos desorbitados por la furia y sus soeces palabras
hacían en su conjunto que el sacerdote
jamás volviera por allí, “Mire so hijo de la
gran P. a mí no me venga a decir que hacer con mi vida, ¡Fuera de aquí!, ¡Fuera
de aquí! ¡Fuera de aquí! Hijo de p.. Y el sacerdote debía salir, mientras él se quedaba echando más pestes y haciendo
su labor de zapatero de manera agitada.
En
otra oportunidad una monja superior llego por referencia de algún desocupado a mandar arreglar unos zapatos allí a su negocio; como siempre el señor
saludo “Buenos
días señorita en que le puedo servir”
“gracias don Gregorio vengo a
ver si me puede arreglar estos
zapatos”. “Con mucho gusto señorita”.
¿Cuánto vale ese trabajo? Pregunto la monja,
“son 120 pesos señorita” acoto don Gregorio,
la monja replica “¿me deja este arreglo en 100?”, y fue
lo suficiente para que el hombre
se enfureciera y le dijera “mire señorita
aquí no venga a ponerle precio a mi trabajo, si no le alcanza pídale al cura mas pero aquí eso es lo que
cuesta mi trabajo”. La
monja quedo como la canción de Shakira,
sorda, ciega y muda al escuchar esto y salió
de allí casi a punto de
desmayarse.
Poco
tiempo después de este incidente, con la monja; en su labor de zapatero tuvo un
accidente de trabajo; mientras cortaba el cuero para sacar un par de suelas, se
le zafó uno de sus afilados cuchillos y se cortó profundamente una pierna a la
altura de la ingle; luego exclamaba ¡Auxilioooo.. ayúdenmeee por favor!, ¡ayyy Dios
me voy a morir!, alguien que paso por allí lo llevo al hospital
rápidamente, y debió permanecer hospitalizado
unos cuantos días, en esa época las
monjas hacían parte del equipo de
enfermería, porque no había suficiente
personal, luego las labores de enfermería eran atendidas por las hermanas de esta comunidad y por supuesto don
Gregorio debió ser atendido por
ellas las cuales realizaban las
curaciones diarias de la herida que se
hizo con su afilado cuchillo de zapatero, herida que
casi lo deja sin genitales y
que las monjas debieron ver, limpiar y
curar durante varios días.
Después
de esto su actitud hacia las monjas
cambio un poco esa fue como su primera
muestra de fe en el SEÑOR.
Una
vez reunidos allí unos pocos, alguien le
pregunto por sus hijos, eso lo llenaba de nostalgia y se le aguaban los ojos
por que él debió abandonarlos cuando estaban estudiando aun, pero sacaba
fortaleza y justificaba su acción contando
algo sobre ellos de manera por demás muy natural.
Una de las cosas que
recuerdo es esta. “Yo no sé de ellos; alguna vez vino por acá uno que dicen
es piloto de Avianca, yo eso no lo sé;
vino a
saludarme y a llevarme pero yo no sirvo para irme detrás de ningún Hijo
de P., además no lo acepto, por que
cuando estudiaba en el colegio de Boyacá
en Tunja me llamo uno de sus profesores para decirme que mi hijo estaba
encerrado en el baño con otro hijo de p. Yo llegue y le pregunte pero me negó todo,
como le parece mi amigo el hijo de p. me salió marica, marica me salió el hijo de puta y desde ese
entonces se dejo de llamar hijo mío.
Algo
que le ofendía mucho era que fuera llamado
por su moquete flauta; eso lo
enfurecía y sacaba de casillas asi como lo sacaba la religión y el capitalismo,
una vez pasó por el frente un amigo de él de gran confianza, de profesión
abogado, persona respetada y de gran
prestigio pero como todos los
Mirafloreños tomadores de pelo y con el humor a flor de piel; era un día
domingo en horas de la tarde y este
abogado paso caminando por el frente de su negocio ya un poco
entonado y le dijo “¡ADIOS FLAUTA!” de manera inmediata se paro en la puerta y con su
característica vos chillona le dice “FLAUTA
YOOO? ¡Flauta será su madre! ¡hijo de
puta cara de sapo!” algunos que estaban sentados en telecom escucharon la réplica y se atacaron de la risa mientras
don Gregorio disparaba un montón de palabras soeces por minuto.
Miraflores Boyaca Panorámica. Fot, albun virtual de Miraflores. |
En
la liturgia que en el ancianato se hacía Don Gregorio era el primero en hacer la
fila para recibir el cuerpo de Cristo representado en la comunión y su
fe católica fue muy grande mientras
hacia la fila para llegar a donde San Pedro.
Don
Gregorio ese personaje que como muchos más
hace parte de las historias
locales y que son un patrimonio de valor para todos los Mirafloreños; fue una persona con familia numerosa en
Miraflores pero que por su pensamiento, forma de actuar, comportamiento
solitario y su carácter fuerte debió
vivir y morir siempre solo; su única compañía fue la Dios aquel que tanto
odio en la mayor parte de su vida. Por lo que nunca le hizo honor a su nombre
de GREGORIO que significa estar siempre
preparado.
Interior de la parroquia Fot .Julian A Calderón. |
3 comentarios:
El tío Gregorio, luego de su regreso a Miraflores, vivió en principio con una hermana de nombre Eloísa. Al morir ella, abandonó la vivienda y se fue a vivir con el sobrino, o sea mi abuelito paterno. De allí se trasladó a la casa de habitación de don Severo Hernández, en donde y como lo cuenta Héctor, tuvo su negocio de zapatería, actividad que alternó con la música y lectura de libros y revistas relacionados con el socialismo. Mi padre, quien mantuvo una buena relación de amistad con el tío Gregorio y con quien aprendió algo del socialismo; cuenta que Él burlescamente se refería al diezmo parroquial como: “El tributo que había que pagarle a los curas” y que otro de sus dichos era "Estos HP...chulos", el que enunciaba cada vez que fabricando o arreglando los zapatos, se daba con el martillo en los dedos. Muy agraciado relato sobre la vida de otro personaje Mirafloreño, que por su talante y sabiduría dejó huella en su tierrita natal.
Interesante.
La historia de Gregorio es muy interesante. Yo no sabía lo de sus problemas con su familia. Pero era indudable que por sobre todo, amaba su libertad.
Otra cosa que le rebotaba la bilis era el comunismo soviético. Y en esa época, uno de pequeñito pensaba que comunismo era comunismo y punto. Pero para Gregorio la cosa no era tan simple. O mejor era bien complicada. Porque a la vez que echaba madres contra los soviéticos, adoraba a Fidel. Y entonces la cosa no cuadraba.
Cada vez que tocaba era para mí, un momento de alto turmequé cultural. Porque Gregorio era un músico de calidad. Y en escena era fenomenal.
Yo soy uno de los nietos de Don Gregorio; soy hijo de su hija Graciela y recuerdo al abuelo con mucho cariño. Ley su blog y se me hizo demasiado interesante y me hizo recordarle a la vez que aprendi un par de cosas que no sabia. Es de anotar que dentro de esta historia existen unos datos que no son exactos y si me gustaria contactarme con uds para poder saber mas y a la vez corregir parte de la historia.
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