LA CHAMPA.
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La champa Fot. Myriam Vargas. Miraflores. |
Ese
fruto de sabor exótico que con solo verlo y pensar en ello pone a funcionar la producción de saliva como cuando uno ve a
alguien consumiendo limón directamente.
La
champa o comúnmente llamada Chamba, (Campomanesia Lineatifolia) la
hemos considerado como una fruta única y propia
que identifica a la región del Lengupá
, pero en especial a Miraflores, todos
soñamos con un gran sorbete de esta
delicia, o con un helado de la misma fruta.
Hace
años, unos de los pocos que hacían los famosos helados de champa en Miraflores,
era la esposa de Don Pablo Barreto en la
esquina del parque principal, frente a la alcaldía municipal bajando por la
calle de la consistorial; allí legábamos grandes y chicos a comprar ese delicioso
manjar Mirafloreño; al volverse famosos los helados de esta fruta que se veía como algo insignificante, otras
heladerías copiaron la idea y
poco a poco se fue volviendo muy comercial este tipo de helados en todos
los puntos de venta.
El
fruto que se cosecha una o máximo dos
veces en el año, era usado en todas
nuestras casas para hacer ese delicioso
sorbete o jugo de fruta batido con leche, mismo que nos era servido bien a
la hora del almuerzo o a la media
mañana o por la tarde, por lo que desde
siempre ha sido la Champa, parte de nuestra dieta, de nuestra cultura culinaria
y hoy gracias a dios orgullo de
Miraflores.
Cuando
estudiaba en la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, entre los años 1984 al
1990 todos los años para la cosecha, de la fruta en Miraflores
alistaba viaje y en la plaza de
mercado compraba un montón de fruta fresca, que
llevaba a la casa y con la ayuda
de dos señoras la despulpábamos y
empacábamos en bolsas plásticas en cantidades de libra, que después congelaba y cuando regresaba a Bogotá
nuevamente, la llevaba bien acomodada en termos
especiales para que no se
perdiera la cadena de frio. Mientras duraba el viaje.
Esta
pulpa de
fruta de champa bien refrigerada y empacada, la vendía por libras a la persona que era la propietaria de la cafetería de la
facultad de Agronomía en ese entonces; después de que la
administración de la Universidad Nacional de Colombia quitara la cafetería central en donde nos
proveían alimentos a los estudiantes y a
cambio en cada facultad montó
cafeterías particulares para
suplir esta necesidad
estudiantil. Allí en la cafetería de la facultad, les indique como hacer el famoso jugo de champa y aprendiendo
inmediatamente, lo empezaron a comercializar; todos los
compradores y degustadores, se preguntaban y esto qué es? como se llama? de donde salió? En donde se
cultiva? que fruta es? que sabe muy
rico!; uno de mis profesores cuando lo probo
e investigo de donde había salido la fruta, me llamo para hablar sobre
el tema y describió su sabor como una mezcla
entre guayaba, maracuyá y guanábana. Los jugos se vendían en
tiempo record y me pedían mas
y mas pulpa pero
desafortunadamente la cosecha era
muy corta y mi capacidad logística muy pequeña lo que limitaba el suministro permanente de
la famosa PULPA DE CHAMPA que era muy
solicitada por todos los que
compraban allí sus alimentos y
tenían el privilegio y placer de
saborearla.
En
ese entonces y por sugerencia de uno de
mis profesores mi proyecto de grado era
realizar una investigación sobre esta
exótica fruta, ya que empezaba en el
país a ponerse de moda la fruticultura y en especial la de frutas exóticas como
la pithaya, la guanábana etec. Al dar
inicio al proyecto encontré grandes limitaciones debido a la escasa o nula información básica que
permitiera tener un punto de partida
inicial, por lo que el proyecto quedo allí, cambiando mi investigación del cultivo de la champa hacia
otro muy promisorio el cultivo de la Guanábana.
Con
el producto de la venta de las muchas libras de pulpa de fruta de champa, que comercializaba en un solo punto obtenía dinero suficiente para poder parrandear
y ayudar en algo para mis estudios, más para parrandear que para los
estudios a decir verdad. A esta pulpa empacada le coloque el nombre
comercial "Frutica`s del campo". y le hice un logo que ponía sobre las
bolsas adherido con cinta adhesiva; fue tan bueno el mercadeo de esta
pulpa de champa, que las utilidades me permitían en esa época viajar con frecuencia en avión desde Bogotá
a Cali a visitar a una de las novias de ese entonces.
Hoy
estando lejos de mi patria grande y de mi patria chica añoro tener sobre mi mesa del comedor a la hora del almuerzo,
o de la comida, o a cualquier hora del
día un gran vaso lleno de este jugo cargado de sabor y de nostalgia; entonces debo conformarme con ver las fotografías del FB y pasar saliva por un
largo tiempo mientras mi mente recuerda
y evoca su sabor y mi paladar y cuerpo lo pide como
cuando se requiere de un analgésico para calmar el dolor rápidamente.