DE JACINTO.
Los
años mozos de Jacinto Bautista, un personaje
de la región, que fue criado por
su padre y madre con un rigor extremo, junto a 7 hermanos entre hombres y mujeres, y educado en una época en donde los hombres ocupaban un
espacio de respeto, que se adquiría y tenía un valor en la escala social, no solo por el dinero y el machismo mostrado
con las mujeres, sino también por lo aventureros, mujeriegos, trabajadores y
peleadores, lugar que se ganaba bien
ganado y se podía mantener, solo dependiendo de cuántos muertos tuviera cada cual a sus espaldas.
En
Páez como en todo el Lengupá y parte de Casanare, Jacinto,
ocupaba un rango alto dentro de la sociedad del entonces, ya que no solo
tenía dinero, y varias mujeres, sino que
además contaba con un gran miedo y respeto por
todas las personas del entonces, porque en su haber para la fecha ya tenía
cinco muertos a su cargo.
El
último de los muertos del año 65 en el que
Jacinto fue el responsable, era una
persona humilde y trabajadora, que gozaba del aprecio de muchos del entonces,
por lo que una vez ocurrió el crimen, fue rápidamente detenido antes de
que se subiera a su caballo que lo llevaría con destino a la Ururía, y
con ello salir hacia los llanos y
perderse de la justicia hasta que vencieran los términos.
Jacinto
antes de ser detenido, da una batalla
final que termina con 5 policías heridos; y solo hasta que se terminan las
balas de su revólver 38 lo pueden capturar, para lo cual se unió una fuerza de más
de 15 agentes del orden y una docena de enemigos silenciosos que tenia.
De
manera inmediata es llevado a los calabozos del cuartel de la policía en Páez y
al día siguiente es trasladado a Miraflores, para que el juez promiscuo
municipal lo llamara a interrogatorio.
La
imputación de cargos era únicamente por la muerte de Manuel, el hombre humilde
que fue liquidado por que no le brindo una cerveza a Jacinto y porque
estaba cerca de la cantinera en la guarapería, la cual era una enamorada eterna
de Jacinto.
La
entrada de Jacinto al juzgado fue muy custodiada y el reo acompañado de unos cuantos agentes del orden, porque no
solo era peligroso para la sociedad, sino que además había una alta probabilidad
de que se volara. Los curiosos que por montón
se acercaban por la consistorial y frente al palacio de gobierno municipal, en
donde estaba la sede de la policía, no dejaban de murmurar, unos a favor otros en contra y una multitud
de mujeres enamoradas del valiente y apuesto Jacinto hacían círculos y lloraban
para que juez no encontrara la forma de
condenarlo.
En
el interrogatorio, el juez le pregunta
a Jacinto, su nombre, su apellido, lugar
y fecha de nacimiento, estado civil, y personas
a cargo.
El
reo tranquilo y calmadamente va respondiendo cada una de las preguntas, de la
manera más tranquila, pues ya tenía un
plan para salir sin cargos ante la ley; y su plan consistía en ofrecerle al
Juez un buen botín de dinero, o una bala
de su 38, a través de uno de sus hermanos.
En
realidad el Juez no tenía más que algunos testimonios muy débiles para condenar a Jacinto, testimonios que por miedo
y presión no contaban la verdad sobre la
muerte de Manuel, luego lo más probable era que Jacinto saliera libre en el
primer interrogatorio, pero el Juez empeñado en poner bajo las rejas a
Jacinto debía ser muy cuidadoso con las
preguntas y poner mucha atención a las
respuestas.
Nombre
y apellido: Jacinto Bautista,
Lugar
y fecha de nacimiento: La Ururía "Casanare", el 17 de Agosto de 1928.
Edad:
"es que usté no sabe de arimetica?".
Estado
civil: arrejuntao y con varias indias.
Personas
a cargo: solo 5 pero todas
en dejensa propia.
Y ese fue el punto por el cual se investigo
las 5 muertes de la cual había sido autor material y sin condena.
Jacinto
por su respuesta fue condenado a 12 años
de prisión en el panóptico de Tunja, y
se ordenó el traslado de
Miraflores a la capital un día miércoles a las 3 de la mañana, acompañado de dos policias.
En
la vía que de Miraflores conduce a Tunja, antes de llegar al alto del perico,
los policías que lo llevaban se
durmieron; eso fué lo que argumetó la policía, pero al parecer fué una argucia más de Jacinto, usada dentro de un segundo plan de escape. Jacinto se les escapó tomando rumbo desconocido, pero años más tarde se
supo que Jacinto estaba en las minas de Muzo, en donde afianzo su
prontuario, y años después, Jacinto fue dado
de baja en Casanare, por un comando
élite de la policía que lo perseguía por varios delitos.