Anécdotas, Cuentos, Historias

jueves, 12 de febrero de 2015

Un amor otoñal

Un amor otoñal



Cuando  cito a su abogado estaba preso en la cárcel de Berbéo, y le contó el motivo de su detención.
Evelio, a sus sesenta y cinco años se había enamorado perdidamente de Julia una joven mujer de 30 años, quien vivía por la  carretera  de Miraflores hacia Páez, exactamente en el cruce  de la vía que conduce hacia Berbéo.
Evelio, y Julia, mantuvieron su romance furtivo y en el más profundo secreto, por más  de dos años, viéndose diariamente en los potreros de una finca cercana,  o en el limonar o la Tobasía en las épocas de verano, mientras en el invierno, tarde de la noche y bajo la lluvia lo hacían en  una rancho construido, de  manera muy sencilla y  muy camuflado dentro de la vegetación  con el único propósito  de  que  fuera su nido de amor.
Doctor,  quiero que sepa mi historia y quiero que sea mi abogado ,manifestó Evelio al Dr  Vargas. El Dr Vargas un abogado  reconocido  en la región,   uno de los mas prestantes y costosos del entonces, accedió a su pedido, no sin antes manifestarle  el valor de sus honorarios, y lo delicado de la defensa.
La única respuesta de Evelio ante  su futuro defensor, fue, solo hay un problema;  no tengo  dinero, pero quiero que usted sea mi  defensor; a lo que sin palabra  y argumento, alguno,  el defensor  acepto  la defensa del  reo.
Evelio, y Julia después de un tiempo y viendo que  estaban perdidamente enamorados, y que algunos vecinos ya sospechaban de su affaire, decidieron  gritarle al mundo que se amaban, sin embargo,  Julia, planeo, antes  que  su esposo fuera asesinado y asi fue. El  esposo de julia recibió por parte de Evelio y Julia, 35 machetazos que  fueron dados sin piedad, hasta  dejar al cornudo completamente sin vida.
 La defensa del reo muy difícil de resolver; pues toda la evidencia, pronosticaba  unos cuantos años de cárcel, en el barne en Tunja,  ciudad en donde se adelantaría la diligencia.
Las instrucciones del defensor, hacia su cliente, antes de entrar a la audiencia, fueron:  “Allí  le van a conceder la palabra, luego cuando esto ocurra, solo debe decir que cede la palabra a su abogado, y entonces yo procedo”.
El Juez, y en ese entonces los jurados de conciencia, integrado por  personas probas, prestantes  e ilustradas en el tema, sumado a lo delicado del asesinato, hacían  un conjunto   en el salón de audiencia, que causaba,  cierto  grado de incertidumbre, tanto al defensor,  como al reo y demás acompañantes en el proceso.  
El juez le ordena al reo  tomar la palabra y este muy majo,  con su vestimenta de  dril oscuro, pantalón y chaqueta de cuatro bolsillos, camisa blanca y alpargates blancos amarrados con su cordón negro, se pone de pie, y aunque la pobreza era muy evidente,   estaba bien presentado y muy aseado, oliendo a limpio. Lo primero que manifiesta, es que  todo lo hecho había sido  bajo su total responsabilidad, dejando de lado, al amor de su vida.
Evelio, frente al Juez, los jurados  y los abogados el defensor y el acusador, inica a narrar su historia.
“  Mi nombre es Evelio, Castañeda, nacido en la ciudad de Miraflores,  vivo desde hace mas de 40 años en una finquita propiedad de don Ramón, allí cerca a la carretera que va de Miraflores a Berbéo,  y  me enamore de Julia desde hace  mas de 15 años,  por que Julia es una morena hermosa que cautivo mi corazón y mi alma de manera apasionada, desde el mismo día en que la vi  junto a  quien fue su marido,  todos los días me levantaba muy temprano y allí bajo las matas de monte y de manera muy disimulada la veía, como cargaba agua, ordeñaba las vacas y cargaba la leche, mientras contoneaba su cintura al ritmo  armonioso de los pajaritos. Yo le tenía mucho miedo y respeto por ser una mujer casada, pero puede más el amor que las condiciones  que la sociedad impone, y fue asi como me anime un día a saludarla, acordándome lo que me contaba mi abuelo paterno cuando  me daba miedo tomar una determinación “Hombre flojo no goza mujer bonita”; luego decidí  decirle que era  muy linda, por que ella era como la luna llena que en el Lengupá se refleja en las noches de verano, en las cristalinas aguas de los ríos quebradas y manantiales, , era como los cámbulos y los Ocobos florecidos en el verano,  o como el reflejo de la luz que día a día hace presencia en la peña del aura, no había ningún defecto,  ni tampoco había palabras para describir su singular belleza, toda era muy bella. Y fue entonces cuando al escuchar mis palabras sonrió dejando ver su blanca dentadura  amarfilada que hacia juego con el color de su piel canela, el carmín de sus labios,  y lo azul de sus ojos. Tenía razón estaba completamente enamorado y mis palabras hicieron  camino en su corazón que latía  a ritmo de tambores mientras apasionadamente le colmaba su cuerpo de besos,  mientras nuestros cuerpos ardían de  incontenible pasión, enjugados de sudor y olores que se mezclaban finamente con el aroma de las flores perfumadas que ese día acompañaron  nuestros cuerpos lujuriosos y nuestro mayor secreto.
Ustedes señores del jurado no entienden no podrán entender como  cuando el amor  nos  golpea la puerta, podemos negar su entrada, ustedes señores del jurado, y su señoría  jamás podrán entender que el amor entre  dos seres  no tiene  límites ni medida, por lo que  decidí de una vez por todas terminar con la vida de aquella persona  que se interponía entre nuestro amor infinito. Y fue ese día viernes cuando decidí, llegar hasta la casa de habitación, de los esposos, y aunque ella no estaba ahí presente, mi corazón tuvo mas fuerza que la misma vida para  darle los machetazos a quien no merecía el amor de mi doncella.
Mientras decía esto,  y  mas,  los miembros del jurado enjugaban sus ojos  de las lágrimas que este relato de  amor les causaba, pues jamás en la vida,  habían escuchado a un analfabeta,  a un hombre pobre y enamorado expresarse de manera tan poética;   y fue ahí   en ese momento, cuando el abogado, pudo  entender que la defensa estaba hecha, defensa que  de manera poética realizo  Evelio, finalizando con la frase, Señores del Jurado, y su señoría, espero que me entiendan  todo lo que  se hace por amor y más cuando se está en la época otoñal, y si de ustedes  esta mi condena por amor iré al panóptico  con la cabeza en alto a purgar mi condena.
Acto seguido se sentó y  pidió que le fuera  dada la palabra su defensor, quien manifestó algunos tecnicismos y terminó la audiencia que duro más de 6 horas  de un asesinato  que  por su forma atroz  debía ser castigado con la mayor pena.
Todos en silencio,  defensor, acusador,  reo, juez y  jurados, quedaron  mudos, mientras el juez  impartía la orden de desalojo  de la sala mientras se tomaba la  determinación del jurado de conciencia. No paso más de 4 minutos cuando nuevamente fueron llamados a la sala,  el fallo ya estaba tomado por parte del jurado…….. INOCENTE, a lo que el juez llamo en privado a los jurados, a los abogados  para replicar sobre la determinación tomada  para este asesino que por amor le quito la vida al esposo de su amada.  El defensor,  con diplomacia debió hablar con el juez manifestándole  lo magistral de la exposición de motivos del asesino y que un hombre como esos y mas a esa edad, debía  declararse no culpable y más cuando los jurados ya habían dado su veredicto. Situación que el juez en medio de su autoridad lo acepto declarándolo INOCENTE.

Años después cuando  el Dr. Vargas paso haciendo una campaña política por los lados de Berbéo, y  en medio de un calor inclemente, paro allí en la tienda para tomarse una gaseosa; mientras  lo hacia un  hombre de más de 85 años salió de la mano de una mujer también mayor y le saludo de manera efusiva, recordándole quien era y que debía aceptarle una sola cerveza por qué no tenía más ,que solo una.  Evelio vivió hasta los 99 años,  y todos los  días de su vida, acompañado  de  su amante,  a quien nunca dejo de amar, en medio de la naturaleza, los cámbulos, los  Ocobos, el  canto de los pájaros, el amarillo de la luna y el reflejo de la misma en las  aguas cristalinas de los ríos Lengupá y las quebradas la Mocasía y la Tobasía.